Artur Mas amenaza a Rajoy: habrá consulta popular si no hay pacto fiscal
Sin prisas pero sin pausas. Ése es el ritmo que quiere marcar el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, para conseguir de Rajoy un pacto
Sin prisas pero sin pausas. Ése es el ritmo que quiere marcar el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, para conseguir de Rajoy un pacto fiscal que permita a esta comunidad salir de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) para tener una financiación propia que la acerque al concierto económico de que gozan el País Vasco y Navarra, con la recaudación de todos los impuestos por parte de la Generalitat y un pago posterior de una cuota al Estado.
En un balance de su año de gobierno, Mas detalló también en tres puntos la hoja de ruta que piensa seguir los próximos meses: primero, “recuperar el país económicamente y crear empleo”; segundo, “salvar los pilares del estado del bienestar”; y tercero, “preservar el autogobierno y dar pasos significativos en el avance del mismo” proponiendo el pacto fiscal. Pero eso será en el segundo semestre. Hasta entonces, quiere aprobar la ley de consultas no refrendarias para poder presionar al Gobierno central con una consulta popular (que no es vinculante, al no ser referéndum) y atraer a PSC y PP al consenso político sobre el concierto. Además, subrayó que pide a PSC y a PP que hagan como sus respectivos partidos en el País Vasco, que están a favor del concierto “y no se ha roto España por ello”.
Pero va con cautela, “haciendo los deberes”, recortando y ajustando el déficit, porque, subrayó, “no nos hemos pasando 30 años ajustándonos para ser intervenidos ahora por el Gobierno central, por el Estado español”.
De ahí el interés en recortar gasto público. Y más que lo va a seguir haciendo, porque el año que ahora comienza va a ser de órdago: en el 2012 se reducirán los sueldos de los empleados públicos casi el 5%, lo que afecta a unas 230.000 personas. Luego, prevé un incremento de ingresos por las tasas que ha impuesto la Generalitat: un euro por receta, aumento de las tarifas del transporte público, del canon del agua y de las matrículas universitarias (es lo que Mas llama “corresponsabilidad de la sociedad”); y tercero, por la venta de patrimonio del Gobierno, con lo que prevé recaudar 1.000 millones más adicionales y cumplir con el objetivo del déficit del 1,3% a finales del 2012.
“Creemos en lo que hacemos. Tiene sentido. Y cuanto antes lo hagamos, mejor”, enfatizó el presidente catalán. Hizo un balance de su mandato triunfalista, sin autocrítica y autocomplaciente. “Estamos en una situación tremendamente complicada, pero recuperable si no perdemos el rumbo que hemos emprendido”, subrayó. Y más: “Hemos marcado un estilo dialogante y de dejarse ayudar, de extender la mano para que quien quiera ayudar lo pueda hacer. Por eso, podemos hacer un balance bastante bueno, quizá no excelente, pero sí bastante bueno, ya que con nuestra geometría variable, pactando con el PP, con el PSC o con ERC, hemos podido sacar adelante casi todas nuestras propuestas”. Y advirtió que no hay alternativa: o recortes o el caos. Quienes abogan por salir de la UE y quienes abogan por endeudarse más pero no bajar el gasto público “o lo que plantean es pura utopía o un gran engaño”. O sea: o recortes sociales o directos a la intervención, como Grecia.
Culpó a Europa de haber cerrado el grifo pero advirtió que el Banco Central Europeo ha abierto el grifo del crédito al sistema financiero. “Ha pasado casi inadvertido, pero ahora ya presta dinero a tres años, cuando hace poco dejaba el dinero y pedía su devolución a un mes. Si esa estrategia se confirma, la de la apertura del crédito, las condiciones de tesorería mejorarán y no nos veremos tan ahogados como hasta ahora”.
Contactos con el Gobierno central
También reconoció Mas que su consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, envió al ministro Cristóbal Montoro un expediente con todos los temas pendientes y, entre ellos, la deuda que el Gobierno central tiene con la Generalitat y que ha tensionado las finanzas autonómicas. Son 759 millones de euros correspondientes a la disposición adicional tercera del Estatuto y que están consignados en los Presupuestos Generales del Estado. El propio Mas, que habló dos veces con Mariano Rajoy desde las elecciones, también se lo recordó al presidente del Gobierno, pero no ha recibido respuesta.
“Comprendo que primero ha de saber cómo tiene la casa que acaba de heredar y que es un desbarajuste, pero se lo iré recordando”, añadió. Además, advirtió que “el PP decía hace pocas semanas que ese dinero se tenía que pagar. Espero que tenga seriedad y que lo haga. Si no fuese así, la base de la confianza se rompería. Siempre puede poner excusas para no pagar, pero serían excusas de mal pagador”.
También recriminó al Gobierno central su trato a las autonomías. “Esto de tratar a las autonomías como niños o malos alumnos es una memez y una gran injusticia. Primero, porque es el Estado quien tiene el mayor déficit acumulado; y segundo, porque las autonomías somos una parte muy importante del Estado. Hoy, casi todos los servicios, los sanitarios, los educativos, la seguridad, la ley de la dependencia, los transportes públicos, etcétera, depende de los gobiernos autonómicos. Y si no son conscientes de eso, al final se erosionará el Estado”.
El Gobierno catalán, sin embargo, mantendrá sus representaciones en el exterior (actualmente tiene abiertas oficinas en Berlín, París, Bruselas, Nueva York y Londres). “No nos subsumiremos dentro del Estado español, sino que mantendremos perfil propio para la promoción del país y la promoción comercial. Pero tenemos voluntad de colaborar con las delegaciones diplomáticas españolas dentro de lo posible”.
Desde la oposición no se tardó en salir al paso del balance triunfalista de Mas. La portavoz de ICV, Dolors Camats, fue la más dura. Cuestionó la política de ajustes y enfatizó que “el método Mas para encarar la crisis no funciona”, ya que su política de ajustes es “injusta, ineficaz y genera más depresión económica y más paro”. Más esquivo estuvo el líder socialista, Pere Navarro, que admitió que comparte objetivo final con Mas, es decir, obtener más reursos para Cataluña, pero criticó al presidente catalán por no concretar cómo invertiría los recursos que obtendría con el concierto.
ERC, sin embargo, lo ve diferente. Los republicanos están dispuestos a apoyar al Gobierno convergente si Mas convoca un referéndum sobre el pacto fiscal cuanto antes y lleva la propuesta a Madrid. De nuevo, Esquerra se puso a disposición del presidente catalán para “evitar” que siga dependiendo del PP. “No queremos ver al Gobierno catalán empequeñecido por una pinza entre el PP catalán y un Gobierno del PP con mayoría absoluta en Madrid, porque si el President se empequeñece, se empequeñece el país”, señaló Anna Simó, portavoz parlamentaria de ERC. El portavoz de Solidaritat Catalana per la Independència (SI), Alfons López Tena, auguró que el concierto económico está abocado al fracaso porque es “como tratar de llegar a un acuerdo con un ladrón” y echó en falta en el discurso de Mas que dijese que “España nos roba”.
Carmen de Rivera (Ciutadans), acusó al President de “victimista” y le recordó que “ha cogido las tijeras y ha recortado los pilares fundamentales del estado del bienestar, que son la sanidad, la educación y los servicios sociales”. De Rivera le recriminó que “se dediquen 40 millones de euros a política lingüística o que pasemos de 35 millones a 39 millones de euros destinados a la trama exterior de embajadas”. El portavoz adjunto del PP en el Parlamento catalán, Santi Rodríguez, sin embargo, alabó el tono “realista” del balance hecho por el President pero le recriminó su amenaza de una consulta sobre el concierto. Y le recordó que “el PP ha contribuido a poner en rumbo al país, que iba a la deriva, gracias a su colaboración positiva y responsable con la Generalitat”.
Sin prisas pero sin pausas. Ése es el ritmo que quiere marcar el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, para conseguir de Rajoy un pacto fiscal que permita a esta comunidad salir de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) para tener una financiación propia que la acerque al concierto económico de que gozan el País Vasco y Navarra, con la recaudación de todos los impuestos por parte de la Generalitat y un pago posterior de una cuota al Estado.