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Un disputado voto del PP pone a CiU contra las cuerdas en Cataluña
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DURA NEGOCIACIÓN PARA REPARTIRSE INSTITUCIONES

Un disputado voto del PP pone a CiU contra las cuerdas en Cataluña

Convergència i Unió (CiU) tiene una patata caliente encima de la mesa. Una de sus prioridades es alcanzar la presidencia de la Diputación de Barcelona, que

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Un disputado voto del PP pone a CiU contra las cuerdas en Cataluña

Convergència i Unió (CiU) tiene una patata caliente encima de la mesa. Una de sus prioridades es alcanzar la presidencia de la Diputación de Barcelona, que se le había resistido hasta el momento, una de las más importantes instituciones que tiene la comunidad autónoma. Y está a un voto de conseguirlo. CiU tiene 20 representantes, el PSC tiene 19, ICV tiene 4 y ERC tiene 2. Pero el PP consiguió otros seis, por lo que su decisión puede dar o quitar la Diputación a los nacionalistas. En resumen, que los populares tienen en sus manos la gobernabilidad de una institución que maneja cada año más de 600 millones de euros. Distintas fuentes nacionalistas consultadas por El Confidencial coinciden en señalar que existen negociaciones “intensas” entre CiU y PP para llegar a acuerdos.

Fuentes del PP consultadas por este diario, por su parte, aseguran que “la Diputación de Barcelona es lo bastante importante como para que tengamos que negociar algunas contrapartidas”. Y desde CiU se contesta que no hay contrapartidas para negociar cargos. Pero nada es gratis en este mundo. “Somos conscientes de que tenemos un as en la manga. A CiU no le basta con la abstención del PP, sino que tenemos que votar a favor para que su candidato salga elegido presidente, puesto que, si no, los votos del Tripartito sumarían 25. Por tanto, no podemos desperdiciar la ocasión”, añaden las fuentes.

Extraoficialmente, un miembro de la dirección convergente reconoce que “el cambio de cromos entra dentro del juego político”. Y es que no hay más remedio. El PP puso a CiU sobre la mesa un gran dilema: los populares dan a los convergentes la Diputación de Barcelona a cambio de que los nacionalistas permitan gobernar en Badalona (la tercera ciudad catalana) a Xavier García Albiol, el polémico candidato que basó buena parte de su campaña en un discurso radical contra la inmigración ilegal. García Albiol consiguió ser el candidato más votado en Badalona, desbancando al candidato socialista, Jordi Serra. Y pasó de 7 a 11 concejales, mientras que Serra se quedó con los 9 que tenía.

El PP quiere gobernar en esta ciudad por dos motivos: porque ha sido la fuerza más votada y porque, por primera vez en la historia, tiene la posibilidad de gobernar una ciudad con un cierto peso. “Es la primera pica en Flandes”, escenifica un dirigente popular. Pero, paradójicamente, el propio presidente de la Generalitat, Artur Mas, prometió en la campaña que nunca permitiría que García Albiol fuese alcalde de la tercera ciudad catalana debido a sus mensajes radicales contra los inmigrantes.

Según manifestaron fuentes de CiU a este diario, el candidato convergente en esta localidad tiene la intención de presentar candidatura propia a la alcaldía, por lo que no votaría ni por García Albiol (PP) ni por Serra (PSC). “Las cosas pueden cambiar en dos días, pero por el momento ésa es la decisión que ha tomado Ferran Falcó, nuestro candidato, que es consciente de que bajó en votos [perdió un concejal] y que, gobierne quien gobierne, estará en la oposición”, aseguran a El Confidencial fuentes de la dirección de CiU. Y añaden que “si hay contrapartidas, éstas han de darse dentro de Badalona y en ningún caso han de ser extrapolables fuera del municipio”.

Pero hay más: “Es importante que Manel Reyes sea el próximo alcalde de Castelldefels, ya que fue el más votado”, dice un dirigente popular. Esta localidad, al sur de Barcelona, es una de las pocas del cinturón rojo que los socialistas han perdido: el PP obtuvo 8 concejales frente a los 7 del PSC, los 5 de CiU, los 3 de ICV y los 2 de una formación independiente. Por tanto, el PP necesita a los convergentes para gobernar. Con las alcaldías de Badalona y Castelldefels, además, el PP entraría, por primera vez, en el área metropolitana de Barcelona, un hito histórico. Y esta formación no está dispuesta a perder la ocasión.

Las llaves del PP 

“Evidentemente que vamos a utilizar nuestro voto en la Diputación de Barcelona”, dicen en la dirección del PP. Las fuentes consultadas reconocen que esta institución es moneda de cambio, pero con matizaciones. Un miembro de la dirección de CiU subraya que “por la importancia de la institución, tenemos una presión extra. No se puede decir que no sea objeto de negociación, ya que es lógico que el PP quiera utilizar esta baza. Pero no vamos a ir a un intercambio de cromos para determinar cargos en instituciones. Es un tema que estamos negociando. Nuestra meta es gobernar la Diputación y hemos de mirar cómo hacerlo”.

Que el PP tiene la llave de muchas puertas después del 22-M es un hecho consumado. “Vamos a poner encima de la mesa algunas de las situaciones locales, aunque sabemos que cada ciudad tiene sus propias particularidades y su propia química entre los partidos. Pero hay que hablar y ver hasta dónde podemos llegar. En líneas generales, es posible que exijamos que prevalezca la fórmula habitual: que salga elegida la lista más votada, aunque no siempre será así”, dicen fuentes populares a este diario. En definitiva, eso permitiría a CiU mantener o conquistar algunas parcelas de poder. “No hemos decidido aún votar a favor de Convergència en la Diputación”, advierten desde el PP. Y eso porque en el cartapacio de las negociaciones con CiU están varias cuestiones: la Diputación barcelonesa, la alcaldía de Barcelona y la alcaldía de Tarragona, aunque subrayan que “por los resultados, el PP puede ser bisagra y opción de cambio en muchos municipios”. En Convergència, sin embargo, afirman que “no vamos a negociar paquetes de alcaldías”. Y señalan que en Reus, la segunda ciudad de Tarragona, PP y CiU ya han llegado a un acuerdo. Los convergentes fueron la lista más votada por primera vez y el PP le dará los votos necesarios para poder gobernar con mayoría absoluta. Fue un pacto local, pero bien visto por la dirección de ambas formaciones, que puede escenificar la entente que existe entre los dos partidos.

Y en Barcelona, el PP está dispuesto a permitir que el convergente Xavier Trias sea el nuevo alcalde, en sustitución del socialista Jordi Hereu. CiU tiene en la capital catalana 14 concejales frente a los 12 del PSC. Pero el PP cuenta con 8 (la mayoría absoluta se sitúa en 21) y CiU necesita, aquí, una pequeña ayuda de los populares. El PP no pondrá impedimentos para que Trias gobierne, ya que ganó con claridad las elecciones y, además, por primera vez se desalojaría a la izquierda del consistorio. Pero, por paradójico que pudiera parecer, el caso paradigmático de la capital catalana no es el principal quebradero de cabeza para los dirigentes de CiU.

“Sí que tenemos, de momento, una patata caliente, que es la alcaldía de Tarragona”, señalan las mismas fuentes. Y es que en esta ciudad el PSC obtuvo 12 concejales e ICV 1, mientras que PP y CiU sacaron 7 cada una. Los convergentes ganaron a los populares por sólo 3 votos, aunque el PSC obtuvo casi el doble de sufragios. Y ahí entra en juego otra estrategia de equilibrios. CiU podría permitir que la alcaldía continuase en manos de los socialistas, como hasta ahora, si éstos se decantan por la abstención en la votación de los presupuestos de la Generalitat que anteayer fueron presentados en el Parlamento. El PSC ya anunció el voto en contra, pero todo está abierto, porque CiU está dispuesta a renunciar a Tarragona para sacar adelante las cuentas. Y mataría dos pájaros de un tiro: permitiría que gobernase la lista más votada y, al mismo tiempo, lograría aprobar sin problemas los presupuestos del Gobierno.

Convergència i Unió (CiU) tiene una patata caliente encima de la mesa. Una de sus prioridades es alcanzar la presidencia de la Diputación de Barcelona, que se le había resistido hasta el momento, una de las más importantes instituciones que tiene la comunidad autónoma. Y está a un voto de conseguirlo. CiU tiene 20 representantes, el PSC tiene 19, ICV tiene 4 y ERC tiene 2. Pero el PP consiguió otros seis, por lo que su decisión puede dar o quitar la Diputación a los nacionalistas. En resumen, que los populares tienen en sus manos la gobernabilidad de una institución que maneja cada año más de 600 millones de euros. Distintas fuentes nacionalistas consultadas por El Confidencial coinciden en señalar que existen negociaciones “intensas” entre CiU y PP para llegar a acuerdos.

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