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CiU descarta abiertamente la ‘sociovergencia’ y un pacto con el PP en Cataluña
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LOS CONVERGENTES ESPERAN A ERC CON LOS BRAZOS ABIERTOS

CiU descarta abiertamente la ‘sociovergencia’ y un pacto con el PP en Cataluña

"Descartamos una sociovergencia [pacto entre CiU y PSC] y un pacto con el PP después de las elecciones. En caso de no obtener una mayoría absoluta,

Foto: CiU descarta abiertamente la ‘sociovergencia’ y un pacto con el PP en Cataluña
CiU descarta abiertamente la ‘sociovergencia’ y un pacto con el PP en Cataluña

"Descartamos una sociovergencia [pacto entre CiU y PSC] y un pacto con el PP después de las elecciones. En caso de no obtener una mayoría absoluta, técnicamente, podemos gobernar con una mayoría relativa. Jordi Pujol ya lo hizo durante 11 años de los 23 que fue president, con pactos puntuales con los otros partidos a lo largo de la legislatura. Es decir, con más de 60 diputados puedes padecer más o menos, pero puedes gobernar en solitario”. Así se expresaba, poco antes de finalizar la campaña, a El Confidencial Francesc Homs, el cerebro económico de CiU y uno de los muñidores del programa electoral de Artur Mas.

 

El resultado está en el aire. Los convergentes esperan ganar los comicios, pero a estas alturas ignoran cuántos escaños pueden aglutinar debido a la incertidumbre de la abstención y al elevado porcentaje de los ciudadanos indecisos, que pueden decantarse finalmente por cualquiera de las opciones. “Según las informaciones que tenemos, la participación se sitúa ya entre el 55 y el 56%, una tasa similar a las elecciones del 2006. Una participación así puede determinar que no entre en el Parlamento el mundo friki y además obliga a resituarse a las demás formaciones”, señala también a este diario un alto cargo del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC).

Los socialistas creen que su base son 32 escaños, pero a partir de ahí dependerá de la movilización de su electorado para no perder ninguno de los 37 escaños que tiene en la actualidad. “Ya sabemos que en las autonómicas se queda en casa mucho ciudadano que sí va a votar en las generales y que, tradicionalmente, nos vota a nosotros. La abstención perjudica a las opciones progresistas. Por tanto, una alta participación podria hacer subir a ERC hasta los 16 o 17 y que CiU baje hasta los 58 o 59 [la mayoría absoluta se sitúa en los 68]. Lo que sí se detecta es un trasvase de votos de ERC a CiU y otro flujo pequeño en sentido contrario, pero los votos que se les pueden ir de PSC o de PP son sólo algo anecdótico”, añade la misma fuente.

En esta tesitura, la ayuda estable que puede esperar CiU es de Esquerra, consolidando un frente catalán. Los republicanos han sido extremadamente cautos en esta campaña y han hecho del PP su principal enemigo, obviando los ataques directos a CiU y a su candidato, Artur Mas. Francesc Homs, sin embargo, les echa en cara que durante los meses de precampaña, septiembre y octubre, ERC “ha ido por los pueblos explicando el caso Palau. Cierto que en la campaña no han entrado a saco, pero su mítin final fue en el Palau de la Música, un lugar emblemático que todos ham empleado contra nosotros. A pesar de ello, Joan Puigcercós [candidato de ERC] no se refirió en ningún momento al tema, pero sí otros oradores, entre ellos Joan Ridao [secretario general de Esquerra]. De todos modos, si se hubiera de hacer política de pactos, no tendremos en cuenta estas cosas; la haremos mirando más al futuro que al pasado, porque somos muy profesionales”. En otras palabras, los puentes de entendimiento están tendidos y la compenetración entre ambas formaciones es alta.

Desde las filas del PSC, la sensación es que “ERC es el órdago de CiU, pero debido a la situación económica por la que atravesamos un pacto entre ellos es una bomba de relojería. Además, hay que mirar ya hacia las municipales. Luego, hay otro problema añadido, que es la posición de Duran Lleida dentro de CiU y que no apostaría precisamente por un pacto con ERC. A Duran le gustaría más gobernar con pactos puntuales con el PP”.

Artur Mas, un líder sin oposición

Sin embargo, en Convergència minimizan este extremo. “El liderazgo de Artur Mas le permite presentarse ante la dirección de CiU con cualquier pacto bajo el brazo”, subraya Francesc Homs. Y Mas ya advirtió que pretende incorporar a su Gobierno a personalidades independientes, ya sea del sector de la empresa e incluso, si se da el caso, de otros partidos, como el PSC. Uno de los nombres que más se repiten en las quinielas es el del ex consejero de Cultura con Pasqual Maragall, Ferran Mascarell. Desde CiU se mantiene un absoluto silencio al respecto. Y desde el PSC se afirma que “no es posible repetir la experiencia de Sarkozy en Cataluña”. Además, añaden que “si Artur Mas hubiera tocado a algún socialista, lo hubiera hecho público ya, porque ha ido a quemar todos los cartuchos en esta campaña”.

Para Homs, hay dos cosas muy claras en estas elecciones, “las primeras celebradas en Cataluña después de estallar la crisis económica”. Una de ellas es que “hay un resultado claro a favor de CiU”. La segunda, que el Tripartito ha hecho una “gran aportación: ha estimulado la baja participación”. El dirigente convergente afirma que “una parte de nuestra campaña nos la han hecho nuestros contrincantes. Éramos el centro de todos los ataques. El PP decía que pactábamos con los independentistas y que éramos aliados del PSOE. El PSC decía que nos acercábamos al PP o a los independentistas. ERC, que hacíamos el juego al PP y que apostábamos por la sociovergència. Total, que la única formación con la que realmente había una confrontación de modelo y alternativa era ICV. Con ella sí que había un debate claro en términos políticos. Incluso Joan Herrera [presidenciable ecosocialista] repetía en los mítines que había que impedir que CiU gobernase porque si no acababa con el legado que había dejado ICV. Y tenía razón”.

También lamenta que la campaña haya adquirido, en su fase final “una dimensión muy friki, que se evidencia en los espots y anuncios de PSC y PP. Son anuncios muy alejados de la centralidad que quieren representar. Por ejemplo, la chica simulando un orgasmo mientras vota a José Montilla o el videojuego de Alicia Croft [el vídeo en el que Alicia Sánchez-Camacho, candidata popular, emula a Lara Croft y que hubo de retirar] matando independentistas o inmigrantes. ERC mantuvo algunas estridencias, como el ataque de Puigcercós a los andaluces, que es criticable, pero propio de Esquerra. Lo curioso es que socialistas y populares emplearon recursos propios de partidos minoritarios”. A ello hay que sumar el hecho de que tanto PSC como ERC han ido renegando de algunas cosas que hizo el Tripartito durante siete años. “Y a la hora de hacer balance, vemos que en el campo catalanista sólo tienen el Estatut, que además fue recurrido. Y en el ámbito social, la Ley de la Dependencia, que además es de Madrid, porque en políticas sociales y estado del bienestar no han hecho nada importante. Es normal que PSC y Esquerra estén arrepentidos. Por eso CiU ha recibido mucha ayuda externa en esta campaña”, zanja el digirente nacionalista. Ahora, ya todo depende de los ciudadanos.

"Descartamos una sociovergencia [pacto entre CiU y PSC] y un pacto con el PP después de las elecciones. En caso de no obtener una mayoría absoluta, técnicamente, podemos gobernar con una mayoría relativa. Jordi Pujol ya lo hizo durante 11 años de los 23 que fue president, con pactos puntuales con los otros partidos a lo largo de la legislatura. Es decir, con más de 60 diputados puedes padecer más o menos, pero puedes gobernar en solitario”. Así se expresaba, poco antes de finalizar la campaña, a El Confidencial Francesc Homs, el cerebro económico de CiU y uno de los muñidores del programa electoral de Artur Mas.

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