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El policía malagueño que puede perder la visión por acudir a detener a un maltratador homicida
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ESTÁ PREVISTO QUE HOY LO VUELVAN A OPERAR

El policía malagueño que puede perder la visión por acudir a detener a un maltratador homicida

Carlos, agente de la Comisaría de Fuengirola, fue agredido con golpes y patadas durante una actuación que encadenó con el operativo para capturar al hombre que mató a su casero y propinó "17 puñaladas" a su pareja

Foto: Lugar donde se produjo el grave suceso al que acudió el policía herido. (EFE/Jorge Zapata)
Lugar donde se produjo el grave suceso al que acudió el policía herido. (EFE/Jorge Zapata)

Carlos está nervioso y preocupado. Le da vueltas a la cabeza. Y está justificado. Este viernes debe volver a entrar en el quirófano para salvar la visión de su ojo izquierdo. Los cirujanos oftalmólogos realizarán un nuevo intento para tratar de sanar el desprendimiento de retina que este policía nacional de la Comisaría de Fuengirola sufrió durante la detención de un individuo que agredía a los viandantes. Una intervención que encadenó para estar al lado de sus compañeros en uno de los sucesos más graves ocurridos recientemente en la Costa del Sol: la captura de un hombre que había matado a su casero y que asestó "17 puñaladas" a su pareja porque supuestamente le iba a delatar por un crimen anterior.

La carrera profesional del agente está en peligro porque el diagnóstico es complejo. La intervención a la que fue sometido el día 9 no ha sido todo la satisfactoria que esperaban los facultativos, por eso va a ser operado nuevamente con la esperanza de que la evolución sea mejor. No obstante, los expertos se muestran muy cautos con las opciones y manejan distintos escenarios en base al porcentaje final de pérdida de visión.

La fatal intervención que pone en riesgo el futuro de este agente se remonta al pasado 17 de abril. Sobre las 22:35, la sala del 091 informaba de la presencia de un joven que estaba agrediendo y amenazando a los viandantes con los que se cruzaba, según explicó la Comisaría Provincial.

Carlos, que como todos los indicativos Búho iba paisano, llegó con celeridad al lugar requerido porque se encontraba cerca. Al dar el alto al sospechoso, éste emprendió la huida y entró en un edificio de varias plantas. Los policías localizaron la vivienda en la que podía estar oculto y, al llamar a la puerta, el individuo —de 29 años de edad— se abalanzó propinando puñetazos y patadas.

Foto: Comisaría de Fuengirola. (EFE/Jorge Zapata)

El agente herido se llevó la peor parte al recibir un golpe seco en el ojo izquierdo, aunque en esos instantes no fue consciente de la gravedad de las lesiones. Así que prosiguió la intervención que concluyó con el arresto de su agresor por un delito de atentado contra agente de la autoridad.

La Confederación Española de Policía (CEP) explica que Carlos iba a trasladarse a un centro de salud para ser examinado, cuando entró un aviso de emergencia que esa noche y la madrugada del día 18 de abril iba a movilizar a todos los efectivos de servicio de la Comisaría de Fuengirola. Se informaba de que un individuo supuestamente había matado a su casero y había intentado hacer lo mismo con su novia. La chica, que "recibió 17 puñaladas", pudo salvar la vida al tirarse por el balcón.

El homicida había huido y todas las unidades participaron en un dispositivo de búsqueda y localización que culminó con el arresto del sospechoso. Un tipo peligroso al que se investiga como autor de otra muerte violenta ocurrida días antes.

"Carlos, ante una situación de fuerza mayor, y por necesidad del servicio, no acudió al médico. Nunca sabremos qué hubiese pasado si hubiese ido, pero para él primaba detener a ese hombre", señaló la organización sindical. El agente se marchó a su casa y, cuando despertó ese jueves, notó los primeros síntomas. "La visión un poco borrosa y como unos destellos", aunque lo achacó a la frenética noche que había pasado.

La CEP trabaja en distintos escenarios, pero considera que si el agente es jubilado, debe ser en acto de servicio y no por enfermedad común

La CEP relata que el indicativo Búho fue a la comisaría sobre las 18:00 para aportar los datos que requería el Grupo de Investigación para completar las diligencias del terrible suceso y allí volvió a expresar a un compañero que tenía problemas con la vista. A pesar de ello, se incorporó a su turno, que comenzaba a las 22:00.

Alrededor de las 00:30 del siguiente día, el agente fue requerido para trasladar a una detenida al centro de salud de Las Lagunas. Cuando se encontraba allí, y preocupado porque las molestias persistían, le preguntó a una doctora. Ésta le examinó y "saltaron todas las alarmas". Se le diagnosticó sinéresis vítrea y le recomendaron que acudiese sin demora a un especialista.

Desprendimiento de retina

Carlos comunicó a su jefe el abandono del servicio por causa médica, pero cuando llegó a su ambulatorio, le explicaron que a esas horas no estaba operativa la sección de Oftalmología, por lo que tuvo que esperar a la mañana. El policía se desplazó entonces al hospital Xanit Internacional de Benalmádena, donde un oftalmólogo confirmó los peores presagios: "Un desprendimiento de retina gigante en el ojo izquierdo".

Foto: Imagen del documental elaborado por la Confederación Española de la Policía. (CEP)

Se le sometió a un tratamiento para intentar revertir su grave estado, pero al no responder positivamente, el 9 de mayo "fue operado de urgencia". El postoperatorio precisó estar 16 horas bocabajo y "fue duro" porque requería asistencia constante. Pero estas penurias se habrían llevado mejor si los resultados de la cirugía hubiesen sido óptimos. Y no fue así. Desde la organización sindical se precisó que este viernes, si no hay cambios, Carlos volverá a entrar en quirófano.

Los escenarios son diversos y todos dependen del porcentaje de visión que pueda recuperar, por eso la Confederación Española de Policía trabaja en todos ellos. Si la pérdida, finalmente, es mínima, se solicitará el traslado a un puesto adaptado a su condición física. Pero si la Dirección General de la Policía opta por la jubilación, consideran que "debe ser considerada por lesiones en acto de servicio".

"El hecho de que no fuese al médico tras la agresión no debe penalizar, y que sea jubilado por enfermedad común, ya que Carlos antepuso una emergencia a su salud. Pudo haberse ido a recibir asistencia sanitaria, e igual no padecería la situación en la que se encuentra ahora, pero entendió que debía ayudar a sus compañeros a detener a un peligroso criminal".

Los afectados vuelven a denunciar el creciente "sentimiento de impunidad" entre los agresores de policías

El sindicato policial espera que "hagan con él lo que se ha hecho con decenas y decenas de policías heridos en los graves disturbios de Cataluña, algunos con los que se fotografió el presidente Pedro Sánchez cuando estaban ingresados en el hospital". Así que sus representantes están moviéndose administrativamente para que este agente tenga la mejor salida.

La CEP aprovechó para volver a recordar el incremento de ataques a miembros de los cuerpos policiales como resultado de un creciente "sentimiento de impunidad" de los agresores. En este punto, recuerda que puede ir a peor si se aprueba la modificación de la Ley de Seguridad Ciudadana —llamada Ley Mordaza— porque "nos quitarán potestad".

Carlos está nervioso y preocupado. Le da vueltas a la cabeza. Y está justificado. Este viernes debe volver a entrar en el quirófano para salvar la visión de su ojo izquierdo. Los cirujanos oftalmólogos realizarán un nuevo intento para tratar de sanar el desprendimiento de retina que este policía nacional de la Comisaría de Fuengirola sufrió durante la detención de un individuo que agredía a los viandantes. Una intervención que encadenó para estar al lado de sus compañeros en uno de los sucesos más graves ocurridos recientemente en la Costa del Sol: la captura de un hombre que había matado a su casero y que asestó "17 puñaladas" a su pareja porque supuestamente le iba a delatar por un crimen anterior.

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