¿Quién ha robado el conejo de Parauta? 5.000 visitantes, una recompensa y cero pistas

Parauta, un pequeño pueblo del Valle del Genal de Málaga, de poco más de 250 habitantes, se vio desbordado el pasado fin de semana. Cerca de 5.000 personas, la inmensa mayoría, llegadas en autobuses y turismos particulares, se desplazaron al municipio para disfrutar de la Fiesta del Conejo y recorrer la singular ruta del Bosque Encantado que transcurre hasta la vecina Cartajima. Numerosos visitantes, entre los que supuestamente se encuentra un ladrón que ha soliviantado a los parauteños, y que ha desatado una búsqueda que ha concitado la atención de muchos medios de comunicación del país. Porque alguien se llevó el pasado fin de semana una estatua de un conejo de algo más de un metro de altura y a la que los lugareños tenían un gran cariño.

La alcaldesa del pueblo, Katrin Ortega, en conversación con este periódico, explicó que se acordó engalanar Parauta con una "decoración especial" para este día tan señalado en la localidad y que atrae a turistas de distintas provincias de Andalucía. Entre los adornos destacaba la figura emblemática, la que representaba la fiesta: un conejo. "Una estatua grande, que mide más de un metro y que colocamos a la entrada del pueblo".

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Pero las previsiones se desbordaron y "no imaginamos que la cifra de visitantes fuese de casi 5.000 personas". Eso colapsó un municipio "con unas infraestructuras muy básicas, que tiene una carreterita para entrar y salir", y por donde debían transitar aproximadamente 60 buses. Se provocaron atascos y hubo que trabajar para realizar una salida escalonada de todos los vehículos.

"Con esa marabunta de gente, perdimos la pista al conejo", confiesa la regidora, que tira de humor y señala que "no sabemos si se subió a un autobús, si a un coche o qué pasó con él".

Fue a las siete de la mañana del domingo cuando se percataron de que la estatua no estaba, y rápidamente se desplazaron para comprobar si su hermano gemelo, que estaba ubicado en otra parte del pueblo, había corrido la misma suerte. Afortunadamente, se encontraba en su sitio.

Ortega cuenta que el "robo" o "secuestro" del conejo generó "indignación" entre los vecinos porque "se han llevado el símbolo de una fiesta declarada de especial singularidad", por lo que decidió acudir a las redes sociales para solicitar la colaboración ciudadana y tratar de dirigirse en un mensaje a la persona que lo sustrajo. "En un minuto lo pensé, y en un minuto lo publiqué". Acompañado de una imagen de la víctima, decía: "¡¡¡DESAPARECIDO!!! El Ayuntamiento de Parauta ofrece una recompensa de 100 euros al que nos devuelva el conejo. Puede estar en cualquier punto de Andalucía. Por favor, es importante para nosotros".

La estatua "es de resina, y cuesta en torno a los 700 euros, así que si alguien nos lo devuelve por 100 euros, pues 600 que nos ahorramos", razonó la alcaldesa, que no podía imaginar la repercusión que tendría su publicación. Al momento le estaba llamando el primer medio de comunicación y pensó que sería por la gran presencia de personas en la Fiesta del Conejo, "pero me dijeron que me querían preguntar por el secuestro". "Y a partir de ahí, una entrevista tras otra. Acabo de colgar con Espejo Público de Antena 3", señala antes de comenzar a atender a El Confidencial.

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La regidora, que también saltó a los medios cuando en pandemia destinó el dinero del alumbrado navideño para regalar un jamón a cada vecino, afirma que, desde que lanzó su SOS en las redes sociales, no han recibido ningún mensaje o comunicación de quien lo tiene. Tampoco ningún dato sobre su posible paradero. Cree que no ha corrido buena suerte: "Sinceramente, pienso que el que se lo ha llevado, cuando ha visto la fotografía del conejo en todos los medios de comunicación, lo habrá triturado".

Katrin Ortega señala que, "si no regresa, tendremos que buscarnos la vida para reponerlo, porque es la imagen de nuestra fiesta". "El lunes tengo cita con el diputado de Fomento —Francisco Javier Quero—, voy a proponerle que nos financien uno de cinco metros, que mida tanto que no se lo puedan llevar", bromeaba la regidora, que no esperaba que un mensaje en Facebook iba a situar a su pueblo bajo el foco mediático.