Benalmádena, capital del budismo europeo: "Todos en Bután conocen este pueblo"

Si usted fuera un afable ciudadano del reino de Bután conduciendo por la A-7 a la altura de Benalmádena, no le sorprendería lo más mínimo la visión de una mole blanca y casco de punta dorada que parece colgada en mitad de la ladera frente al mar.

Usted ya sabría, como todo buen vecino del Himalaya, que se trata de la gran estupa de la Iluminación de Benalmádena. El templo budista más grande de Occidente y uno de los más grandes del mundo, construido a imagen de la estupa Chorten Memorial de la capital butanesa de Timpu.

Pero, lo que quizás no sepa ni el buen amigo butanés, ni usted, es el por qué hay una estupa budista, tan grande, que se divisa desde Fuengirola.

La respuesta la tiene Margarita Lenhert Kossowski, la actual presidenta de la Asociación Cultural Karma Kagyu, la asociación encargada de levantar el monumento hace justo 15 años. "Esto fue una petición expresa del Gobierno de Benalmádena, que nos cedió el terreno para construirla. Pero no teníamos intención de levantar la estupa más grande de occidente desde el principio, simplemente se dio así".

Es la estupa budista más grande de Occidente con 33 metros de altura, 26 metros en la base y una sala interior de más de 100 metros cuadrados

Las razones de tal petición hay que buscarlas en la mitad de los años 90 y los primeros contactos entre el alcalde de la época, Enrique Bolín y el gran lama del reino de Bután, Lopon Tsechu Rinpoche, tío del actual quinto rey de Bután, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck.

Rinpoche, que había visitado la Costa del Sol para impulsar la construcción de una estupa cerca de Vélez-Málaga, conoció al edil y comenzaron los primeros contactos para construir el templo. "Es sobre todo gracias a Lopon Tsechu Rinpoche que nuestra estupa es tan famosa en Bután", explica Margarita.

Las estupas son unas de las construcciones más antiguas del mundo. Se iniciaron hace 2.500 años, primero como tumbas en vertical en honor a reyes

El edificio, que costó alrededor del millón y medio de euros y fue financiado a base de donaciones, sería inaugurado el 5 de octubre de 2003. Se convirtió en la estupa budista más grande del mundo occidental con 33 metros de altura, una base de casi 26 metros y un espacio interior de cien metros cuadrados. Más de 4.000 personas acudieron al acto de inauguración, entre ellos, varios miembros del gobierno de Bután. Solo faltó Lopon Tsechu Rinpoche, quien había fallecido en junio de ese año.

Pronto se convirtió en uno de los principales reclamos turísticos del pueblo. "Nos visitan muchísimos turistas, sobre todo en verano, porque quieren saber qué es este edificio y por qué está aquí", cuenta Margarita. "El budismo en Europa es algo relativamente nuevo y está creciendo. En la zona cada vez se conoce más. Aunque nosotros no tenemos ninguna intención de expandir el budismo desde la estupa".

Las estupas son unas de las construcciones más antiguas del mundo. Se iniciaron hace 2.500 años, siendo primero tumbas construidas en vertical, en honor a reyes, y personas nobles, y que con el tiempo tomaron formas y simbologías más complejas. Según las enseñanzas budistas, existen hasta ocho tipos diferentes estupas.

La de Benalmádena fue un ejercicio de innovación del arquitecto, Wojtek Kossowski, marido de Margarita. "Nuestra estupa es muy peculiar, con un estilo que combina lo oriental y lo occidental y que tiene una gran sala de meditación, algo que muy pocas tienen". De hecho, lo normal es que sean monolitos, monumentos rellenos y no edificios visitables. "La hemos hecho así para facilitar el conocimiento de la gente que no es budista. Tenemos programas anuales con lamas de los Himalayas, hacemos sesiones de meditación, damos charlas, tenemos exposiciones", explica Margarita, mientras decenas de turistas inundan los aledaños del edificio cámara en mano.

Lo que parece innegable es que la estupa de la Iluminación ha puesto a Benalmádena en el centro del mundo budista. En abril de este año, la localidad acogió la II Conferencia Internacional de Unión Budista Europa, que se celebró por primera vez en España. "Y, además, gracias entre otras cosas a la estupa, Benalmádena es el primer municipio en España que ha sido nombrado Municipio por la Paz por la Unesco", señala Margarita.

Si bien en Benalmádena no todo es budismo. Desde la municipalidad se preocupan de poner en valor el pluralismo religioso de la población. Según los datos del ayuntamiento, la población cuenta con hasta 123 nacionalidades distintas entre sus apenas 60.000 habitantes y acoge, además de la estupa, un templo hindú, una sinagoga y una mezquita.

Una pluralidad religiosa que parece casar bien con benalmadenses. "A nosotros nos tratan estupendamente", explica Margarita, a cuyas hijas apodan en el pueblo, "las hijas del Buda".