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La Junta de Andalucía cierra el centro de menores inmigrantes de Estepona
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La Junta de Andalucía cierra el centro de menores inmigrantes de Estepona

El Gobierno andaluz ordena el traslado de los 25 niños y jóvenes de origen marroquí a otros complejos andaluces. Sucede ocho años después de su apertura, que costó 1,5 millones

Foto: Foto: Agustín Rivera.
Foto: Agustín Rivera.

Son los niños que vienen en patera. Los que se esconden debajo del camión. La Junta de Andalucía ha cerrado el centro especializado para menores inmigrantes no acompañados (menas) Isdabe de Estepona, de referencia en Andalucía, el único en toda la provincia de Málaga de sus características, y que ha acogido a 25 niños y jóvenes, la mayoría procedentes de Marruecos, para su orientación laboral y educacional. El complejo llevaba abierto desde agosto de 2008. La rehabilitación del edificio costó 1,5 millones de euros.

La subvención que otorga el Gobierno andaluz al centro asciende a 37.000 euros mensuales. “Con esta cantidad, no se puede mantener. Para garantizar su viabilidad, se necesita un presupuesto de 45.000 euros al mes. Hay déficit: ni la Junta ni la empresa que lo gestiona quieren destinar más dinero”, denuncia a El Confidencial Adel Tensani, uno de los trabajadores del centro. Los menores se han repartido en centros de Sevilla, Málaga y Córdoba. También en Almería y Huelva. Solo estas dos ciudades cuentan como Estepona con infraestructuras y medios especializados similares, los mejores de Andalucía, para acoger a estos menas.

Los problemas presupuestarios de la Junta han abocado al cierre. La situación se remonta a 2014, cuando la gestión del centro salió a licitación pública contando con una plantilla de cuatro educadores, cuatro auxiliares técnicos, un orientador, una trabajadora social a media jornada y una directora. En ese momento, 16 personas componían el personal. La nueva empresa que ganó el concurso (Asociación a favor de la Salud Integral, Bienestar Social y Medio Ambiente, Asaint) no subrogó a toda la plantilla. Algunos fueron a juicio. Lo ganaron y el 1 de agosto de 2015 fueron readmitidos. Pero el dinero no llega y la Junta no quiere aumentar “ni un céntimo más el presupuesto”, critica Tensani a este diario.

Larbi Zekri, natural de Tánger, 42 años, lleva desde 2001 trabajando en este centro que antes se ubicaba en Gaucín, un pueblo de la Serranía de Ronda. “Ya han cerrado el edificio y apenas quedan dos limpiadoras para entregarlo”, explica. “Los últimos meses ha sido un descontrol. Es lo normal”, dice Zekri, que hoy mismo está convocado en el SERCLA (Sistema de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales de Andalucía), en Málaga capital, para intentar llegar a un acuerdo para la resolución de su contrato laboral.

"Les enseñamos español y los llevamos a la playa"

“Son niños a los que enseñamos español, organizamos para ellos un montón de actividades, los llevamos a la playa, jugamos con ellos al fútbol… Les identificamos, porque la mayoría vienen indocumentados. Llamamos a su familia y les enviamos los documentos correctos”, subraya Tensani.

Este es un centro polémico. El PP, el Partido Andalucista y otro grupo político local de Estepona pidieron en 2007 un cambio de ubicación porque creían que el espacio “perjudicaba al municipio y crearía delincuencia”. El PSOE e IU sí creían en la iniciativa. Antes, los vecinos lo veían con buenos ojos. Todo cambió hace un año.

“Nunca nos habían dado problemas, pero cuando cambió la dirección empezó el desastre. Te amenazaban con ‘rajarte’ las ruedas del coche. Vienen en pandilla y como no tienen hora entran y salen como quieren”, remarca una señora de unos 50 años que no quiere decir su nombre. “No sabemos de quién es la culpa. Asuntos Sociales de Estepona dice que es de la Junta y la Junta dice que es del Gobierno central. Se echan la pelota de uno a otros. Ojalá haya cerrado”, añade.

Entre el Aldi y varios hoteles de cuatro estrellas

“Sabíamos lo que iba a ocurrir”. Habla Salvador Perujo, de 62 años, vecino de la zona. “Todo estaba muy mal. Hicimos manifestaciones cuando lo iban a abrir. No nos hicieron caso y ahora ya se van”, explica. Al lado del centro hay un supermercado (Aldi) y varios hoteles cuatro estrellas. También una zona de chalés. En la basura acumulada, aparte de taburetes, muebles de cuarto de baño y cajas, hay una caja de Moët Chandon con nombres árabes. Said. Fátima. Y amor.

Unos 100 metros más allá, muy cerca de la playa, Pepe Reyes, responsable del bar de la Asociación de Vecinos Santiago Apóstol Isdabe, observa desde la barra cómo juegan sus amigos la partida de dominó. Son varios jugadores. “No puedo opinar sobre los menores. A mí no me ha afectado mucho. A última hora, el último año, sí he notado mucha delincuencia. Antes estaban más vigilados. Había más control sobre ellos”, abunda Reyes.

Los chicos llegaban al bar y compraban tabaco. Luego se iban. Pepe les enviaba a otro sitio a comprarse cigarrillos sueltos. “Los niños son así”, declara. “Bueno, que tampoco eran tan niños”. Y señala la altura de alguien de 1,90. Él mide 1,65. La asociación representa a trabajadores de hostelería de Estepona, muy cerca ya del límite con Marbella. “Aquel que nunca hace nada nunca se equivoca”, reza el lema de la asociación. “Bueno, eso depende”, remata Reyes.

La caja de Moët & Chandon

Al lado del centro de menores hay un edificio enorme que sirve como residencia de mayores. Unos turistas de Barcelona pasean ajenos a los cambios en el vecindario. Es la hora de correr o andar rápido por la zona. En el bar irlandés Punto de Encuentro, una camarera rubia con acento ruso dice que a todos los menores se les exige enseñar primero su documentación antes de consumir pintas de cerveza.

En el centro, en la avenida El Norte, 14, hay todavía dos luces encendidas. El buzón está roto. El interruptor está arrancado. Funciona el portero electrónico. Las canchas de baloncesto están vacías. Y esa caja de Moët & Chandon con los nombres de Said, Fátima y el amor esperando a que un operario se la lleve.

Son los niños que vienen en patera. Los que se esconden debajo del camión. La Junta de Andalucía ha cerrado el centro especializado para menores inmigrantes no acompañados (menas) Isdabe de Estepona, de referencia en Andalucía, el único en toda la provincia de Málaga de sus características, y que ha acogido a 25 niños y jóvenes, la mayoría procedentes de Marruecos, para su orientación laboral y educacional. El complejo llevaba abierto desde agosto de 2008. La rehabilitación del edificio costó 1,5 millones de euros.

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