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Bienvenidos a ‘Archirona’: la cárcel sin torre de vigilancia
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MANTENERLA CERRADA CUESTA 800.000 EUROS AL AÑO

Bienvenidos a ‘Archirona’: la cárcel sin torre de vigilancia

Las obras del Centro Penitenciario Málaga II de Archidona acabaron en 2013 y han costado 130 millones de euros. La cárcel no abrirá hasta 2018

Foto: Panorámica del Centro Penitenciario Málaga II de Archidona. (Toñi Guerrero)
Panorámica del Centro Penitenciario Málaga II de Archidona. (Toñi Guerrero)

Quien diseñó esta cárcel quizá nunca jugó de niño con un Lego. La versión malagueña del aeropuerto sin aviones de Castellón está a 52 kilómetros de Málaga capital. En Archidona (8.700 habitantes), conocida por su singular Plaza Ochavada o la anécdota que relatara Camilo José Cela, hay una cárcel que cuesta 800.000 euros al año, ha costado 130 millones de euros… y está cerrada (con la obra ya terminada) desde marzo de 2013. ¿Lo más grave? En el proyecto se olvidó construir la torre de vigilancia… Bienvenidos a ‘Archirona’.

Ángel Yuste es el secretario general de Instituciones Penitenciarias. El 15 de octubre visitó el centro para ‘vender’ que la obra civil estaba “concluida”, pero le faltaba la “seña de identidad” de la torre. Yuste argumenta que el Gobierno del PP -la cárcel se gestó en el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero- no llegó a tiempo para incluirla. La excusa es que la cimentación no se había ejecutado. ¿La alternativa? Una sala interna donde se duplica la vigilancia electrónica. “La torre tiene la ventaja de que ante un fallo o incidente grave permite hacer una detención del foco de conflicto de forma visual. Eso es particularmente interesante”, admitió Yuste.

Nadie esperaba que dijera nada de la torre. Nadie se lo había preguntado. ¿Fue transparencia o vergüenza ajena (más bien propia)? “Vivimos una época muy relajada por ausencia de incidentes colectivos graves, pero una innovación que ha acreditado su eficacia yo creo que no se tenía que haber suprimido y lamento personalmente que no pudiéramos llegar a tiempo a construirla y ponerla en funcionamiento”, insistió el alto cargo del Gobierno de Mariano Rajoy. El centro es de los más grandes de España:110.291 metros cuadrados de superficie construida.

Celia Villalobos achaca la falta de torre a una “estupidez” de Mercedes Gallizo

Celia Villalobos arropó a Yuste en la visita. Villalobos critica que fue Mercedes Gallizo, secretaria general de Instituciones Penitenciarias entre 2008 y 2011, quien decidió que la cárcel de Archidona no llevara torre. “Era una estupidez. Y eso ha obligado a formular un sistema más sofisticado de vigilancia”, critica Villalobos en conversación telefónica con El Confidencial. La vicepresidenta del Congreso, diputada malagueña, también denuncia cómo el proyecto original contenía pantallas de televisión de plasma en cada celda. “Eso era imposible de sostener; ahora habrá módulos separados y herméticos”, explica. Contará con 12 módulos residenciales y 50 celdas en régimen cerrado. En total, podría acoger a unos 2.000 reclusos.

Mercedes Montero lleva apenas cuatro meses como alcaldesa de Archidona, tras más de una década de Gobierno de IU. Esta profesora de Lengua y Literatura en el colegio religioso Medalla Milagrosa de Torremolinos, de 47 años, no fue invitada a la visita de Yuste al oficialmente denominado Centro Penitenciario Málaga II. Para llegar a la cárcel hay que atravesar una carretera de montaña de unos cinco kilómetros, con curvas pronunciadas y estrecha vía. Montero quiere impulsar un nuevo trazado (con viaducto incluido) que le podría costar a la Junta de Andalucía ocho millones de euros.

La cárcel, situada en el kilómetro 6 de la carretera que une Archidona con Villanueva del Trabuco, no se veía a finales de la pasada década como un elemento positivo para el pueblo. Hubo protestas. El mensaje estaba claro: no queremos que los presos estén cerca. El alcalde de Alhaurín de la Torre, Joaquín Villanova, utilizó sus artes para difundir las ventajas de contar con un centro penitenciario. Alhaurín se hizo famoso por encarcelar a políticos de Marbella como Jesús Gil o Julián Muñoz. La prisión provincial de Málaga, inaugurada en 1991, tiene ahora 1.200 internos, 329 presos menos que en diciembre de 2009, según cifras del Gobierno.

Los habitantes de Archidona empezaron a valorar que en el centro trabajarían 500 funcionarios (con menos de 300 no podría funcionar), se duplicarían los efectivos de la Guardia Civil (ahora hay 12) y se crearía un juzgado de vigilancia penitenciaria. Eso lograría en principio riqueza, movimiento de gente y podría reducir las cifras de desempleo: la tasa de paro alcanza ahora el 35% de la población activa.

La oferta de empleo público ha impedido abrir el centro

El problema al que se ha enfrentado el centro es la nula existencia de oferta de empleo público planteada desde el Gobierno. El final de la legislatura y la inmediata celebración de elecciones generales han permitido a Instituciones Penitenciarias fijar incluso fecha para la puesta en funcionamiento de la infraestructura: apertura parcial en mitad de 2017 y a pleno rendimiento en 2018.

Alberto Arjona, concejal del PP del Ayuntamiento de Archidona, recuerda que fue en 2007 cuando el proyecto llegó al equipo de Urbanismo de la corporación municipal. El PP apoyaba a IU en la alcaldía. “Lo negativo del centro es el tiempo que lleva el proyecto sin estar abierto. Nos ha tocado una legislatura dura caracterizada por las circunstancias económicas. La contratación de funcionarios ha sido imposible. Esperemos que en los próximos meses sea una realidad”, relata Arjona, quien considera como lo más positivo el posible aumento de población y los beneficios para los proveedores locales.

Según Yuste, las obras de la cárcel han supuesto 850 puestos de trabajo relacionados indirectamente con la construcción del centro, en la que han participado 18 empresas andaluzas. En los presupuestos de 2016 hay una partida presupuestaria de 26 millones de euros para empezar a equiparlo; 71 millones se han financiado entre 2012 y 2016.

Al alto cargo del Gobierno le preocupan los 20 millones que tiene que pagar de IVA la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEP). “Cuando me reuní con el secretario general, también se mostró preocupado con el pago del IVA pendiente. Dijo que había muchas facturas atrasadas”, cuenta la alcaldesa, delante de la cárcel ayer por la mañana.

En el Centro Penitenciario Málaga II no hay ni rastro del guardia de seguridad que circula a menudo en bicicleta, con su chaleco reflectante, por la carretera que comunica con el pueblo. No se ve. Lo mismo está en el interior, donde existen varias señales de STOP contundentes, tras las vallas y las concertinas. “Esto hay que ponerlo en marcha. Cuanto más se tarde, más caro será. Necesitamos que abra”, señala la primera edil. El factor revulsivo de la cárcel es una especie de versión posmoderna de ‘Bienvenido Mister Marshall’.

El Gobierno no invitó a la alcaldesa a conocer el centro

La alcaldesa no entiende cómo no fue invitada a la visita de Yuste. “Me enteré extraoficialmente y al día siguiente vi la foto. No la conozco por dentro. Me hubiera gustado conocerla”, confiesa. Para ver la cárcel con detalle se necesitan cuatro horas. Para dar un vistazo por el casco histórico de Archidona, que ya disfrutó Washington Irving, mítico viajero y embajador estadounidense del siglo XIX, se requiere algo menos de tiempo,

La Plaza Ochavada, una de las más singulares del mundo, ligeramente inclinada, con puertas, ventanas y alturas diferentes, data del siglo XVIII. A la derecha del ayuntamiento se sitúa el restaurante Arxiduna, que representará a Málaga el próximo mes de enero en Madrid Fusión con un arroz marinero con algas y plancton cubierto de espuma de gazpachuelo y crujiente de camarón.

Rubén Antón es uno de los jefes de cocina del Arxiduna, situado en una antigua mezquita mozárabe, con cinco cuevas en su interior, que data del siglo VIII y es patrimonio histórico de Andalucía. “¿Que qué opino de la falta de torre en la cárcel? Es un fallo típico de España. Yo creo que es como si en el restaurante nos faltaran las brasas. Es increíble”. Su mujer, vasca, acaba de llegar con Iker, su bebé, que lleva puesta una minipajarita negra. Es la primera salida a la calle del pequeño, de 15 días, aún con los ojos casi cerrados.

“Cuando suelten a la gente o paseen por aquí los que tengan Tercer Grado habrá mucho impacto en el pueblo. Vamos a pasar miedo…”, confiesa un vecino

Francisco Fernández Alba, de 36 años, antiguo jefe de seguridad del hotel Antequera Golf, es el dueño del Arxiduna y se prepara para recibir a una promoción del Instituto Barahona de Soto, todos de la quinta del 72, que se reúnen 25 años después de haber acabado COU. Sirven cervezas y tapas. Los hay que hace muchos años que no se han visto. El reencuentro. “Se cree que es bueno lo de la cárcel. Los resultados ya se verán”, cuenta Fernández Alba.

La opinión de un cliente del restaurante refleja que en Archidona no todos están de acuerdo con la infraestructura penitenciaria. “Me he enterado esta mañana que no habrá torre. No sé si reírme o llorar. Se gastan dinero con nuestros impuestos. Hay que tener más cuidado”. Y amplía aún más su respuesta, sin querer desvelar su nombre. “Cuando suelten a la gente o paseen por aquí los que tengan tercer grado, habrá mucho impacto en el pueblo. Vamos a pasar miedo. Mira allí, hay 10 niños chicos solos. Aquí nos conocemos todos. Tendremos que cambiar la mentalidad. Están esperanzados en que entre más dinero en Archidona, como si eso nos fuera a salvar…”.

“Esto de la cárcel nos va a dar vidilla”

Francisco Alba Paneque, de 86 años, pasea con su bastón por la Plaza Ochavada a las 14:50. “Yo mientras no vaya a la cárcel dentro, me parece bien”, bromea este antiguo empleado de limpieza del ayuntamiento. Javier Muñoz, de 23 años, es el dueño del otro restaurante de referencia de la plaza, el Uno del Ocho. “Esto de la cárcel nos va a dar vidilla. Aquí pocos somos jóvenes. No tenemos discoteca y nos vamos a Granada, Málaga o Antequera [a 10 kilómetros de Archidona]”.

“Esto de la cárcel va para largo. Aquí todos estamos deseando que se abra”, señala Tomás Lara Guerrero, de 56 años, responsable de la cafetería Laralba. “Tenemos el ejemplo de Alhaurín, que están muy contentos y mejor que antes. Trabajaríamos más. No solo por los funcionarios, sino por los familiares de los presos”, resalta Lara. “Aquí el invierno es muy duro, hace mucho frío. Y en verano la gente se va a la playa o al campo…”. Así argumenta sobre la falta de torre: “Yo no sé para qué es necesaria con los adelantos tecnológicos que hay, si está el hombre con el ordenador y la pantalla. No lo he interpretado como un fallo o un recorte”.

Bienvenidos a ‘Archirona’.

Quien diseñó esta cárcel quizá nunca jugó de niño con un Lego. La versión malagueña del aeropuerto sin aviones de Castellón está a 52 kilómetros de Málaga capital. En Archidona (8.700 habitantes), conocida por su singular Plaza Ochavada o la anécdota que relatara Camilo José Cela, hay una cárcel que cuesta 800.000 euros al año, ha costado 130 millones de euros… y está cerrada (con la obra ya terminada) desde marzo de 2013. ¿Lo más grave? En el proyecto se olvidó construir la torre de vigilancia… Bienvenidos a ‘Archirona’.

Sistema penitenciario Málaga Celia Villalobos
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