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Guerra llama a movilizarse a los ‘descamisados’ andaluces tras las acusaciones de Duran
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EL PSOE PROPONE REPROBAR EN EL PARLAMENTO AL LÍDER DE CiU

Guerra llama a movilizarse a los ‘descamisados’ andaluces tras las acusaciones de Duran

El convergente Josep Antoni Duran Lleida se ha convertido en el principal aliado del PSOE en Andalucía. A pesar de su aparente perfil equidistante entre los

Foto: Guerra llama a movilizarse a los ‘descamisados’ andaluces tras las acusaciones de Duran
Guerra llama a movilizarse a los ‘descamisados’ andaluces tras las acusaciones de Duran

El convergente Josep Antoni Duran Lleida se ha convertido en el principal aliado del PSOE en Andalucía. A pesar de su aparente perfil equidistante entre los dos grandes partidos, las acusaciones de Mas sobre el PER y los bares andaluces supuestamente repletos de jornaleros subvencionados, ha permitido a Alfonso Guerra, que ha tenido que empujarle a la conciencia histórica de su partido para que lo mantenga de número uno por Sevilla, llamar a los “descamisados” y que el PSOE utilice de nuevo el agravio del pobre frente al rico, mezclando en este último cajón a la derecha catalana y nacional.

Como el recuerdo a veces lo suele cargar el diablo, resulta toda una paradoja que el mismo Alfonso Guerra que hace casi treinta años sacó la cabeza por una ventana del Hotel Palace, junto a Felipe González, para saludar por el triunfo socialista en las elecciones de 1982, y se reuniera después en ese emblemático establecimiento para recordar la gesta, se vaya ahora a otra habitación del mismo hotel a decirle a su electorado que los ricos que se alojan en él son los enemigos de los andaluces que le votan a él como candidato por Sevilla.

Pescando en la “famélica legión”

El nuevo error de Duran Lleida criticando un PER que en Andalucía ya no existe como tal, para tapar los problemas de CiU con los recortes en Sanidad, lo ha aprovechado la vieja guardia socialista para calentar el voto rural, la zona electoral donde el PSOE aún puede tener esperanza de evitar que la debacle sea la que marcan las encuestas.

Guerra llevaba años huérfano de su “famélica legión”, había perdido su lugar en un PSOE que parecía huir de los viejos dinosaurios hasta que tuvo que echar mano de Rubalcaba, y acaba de reclamarla refiriéndose a “los que viven en el Hotel Palace” y “les parece que 400 euros es derrochar". Manuel Chaves, otro miembro de la vieja guardia, critica a Mas por  “elitista, clasista y xenófobo”, y otros miembros del PSOE andaluz, como Mario Jiménez, portavoz parlamentario, o incluso en otras ocasiones, el propio José Antonio Griñán, ponen el acento en la derecha catalana relacionándola con la derecha nacional del PP.

Terapia de grupo a la sombra de Blas Infante

Para darle mayor relieve a la operación agravio, el PSOE ha registrado en el Parlamento andaluz una iniciativa para que se repruebe a Duran, en la que inicialmente todos los partidos están de acuerdo. La sesión amenaza con ser una terapia de grupo en la que cada cual se muestre más andalucista que el adversario y Duran salga camino de la pira bajo la foto de Blas Infante.

Sin embargo, el destino de este desagravio apunta a un electorado rural que en Andalucía hacía tiempo que no contaba con la presión de quienes en las campañas suelen mover los bajos instintos de ricos contra pobres, y a los que Duran les acaba de hacer un buen servicio. El principal problema del PSOE en Andalucía, en el plano electoral, es la penetración que el PP consiguió en las pasadas elecciones en zonas donde los socialistas tenían el control exclusivo. Ese fue de hecho el síntoma de la debacle del partido que ahora lidera José Antonio Griñán, más que la consolidación del voto popular en las capitales y grandes contextos urbanos.

En este esquema es donde fallan las relaciones entre casos de corrupción y resultados electorales, De tal forma que así como había andaluces que cuando estalló el caso Juan Guerra decían que “antes robaban ellos y ahora…”, para justificar los apaños y el enriquecimiento del hermano del vicepresidente, los millones de partidas como la de los falsos ERE que han ido a pueblos de la Andalucía rural para repartir entre “los nuestros”, más que ser objeto de escario, para algunos ha sido la demostración de que el partido ampara a los que en él se cobijan.

De esta mentalidad es de la que durante décadas se ha nutrido el socialismo de los descamisados, muy superado en la mayoría del territorio andaluz, pero aún subyacente en el núcleo duro electoral de un PSOE al que las palabras de Duran le vienen como anillo al dedo para intentar salvar los restos del naufragio.

El convergente Josep Antoni Duran Lleida se ha convertido en el principal aliado del PSOE en Andalucía. A pesar de su aparente perfil equidistante entre los dos grandes partidos, las acusaciones de Mas sobre el PER y los bares andaluces supuestamente repletos de jornaleros subvencionados, ha permitido a Alfonso Guerra, que ha tenido que empujarle a la conciencia histórica de su partido para que lo mantenga de número uno por Sevilla, llamar a los “descamisados” y que el PSOE utilice de nuevo el agravio del pobre frente al rico, mezclando en este último cajón a la derecha catalana y nacional.