Zarrías aprovecha su cercanía a Rubalcaba para empezar a cavar la tumba de Griñán

En este proceso diabólico en el que se ha convertido la crisis del PSOE, con continuas novedades, conspiraciones y navajeos, Gaspar Zarrías ha iniciado su propia carrera de fondo convirtiéndose en el máximo defensor de Pérez Rubalcaba, atribuyéndose ser uno de los que convenció al vicepresidente para que diera el paso al liderazgo y, de fondo, preparando el camino para ocupar un lugar de influencia en la nueva cúpula. Todo ello con el fin de cumplir uno de sus principales objetivos: cavar la tumba de Griñán, quien ha traicionado a Chaves y a él mismo en Andalucía.

La defensa que Zarrías hace de Pérez Rubalcaba sitúa la crisis del PSOE en su verdadero trasfondo. Para el secretario de Relaciones Institucionales, Rubalcaba es el nexo con Felipe González, por encima de Zapatero. “Mi ideal de político –dice Zarrias- es Felipe González, y Rubalcaba, respetando el trabajo y valentía de Zapatero, después de Felipe, es el que mejor representa las esencias de un partido centenario”: Es el triunfo de la vieja guardia socialista, que vuelve después de la experiencia de una Nueva Vía que con el liderazgo de Zapatero ha puesto al PSOE en una situación crítica. 

“Le hemos ido a buscar…”

Abundando en su esfuerzo por aparecer como parte del núcleo duro de la nueva situación que se atisba en el partido, Zarrías se incluye entre quienes convencieron a Rubalcaba para que diera el paso adelante y liderase electoralmente el partido. "Le hemos ido a buscar –asegura Zarrías refiriéndose a Rubalcaba-. Él no se ha propuesto. Hemos ido a buscarle porque creemos que es la persona que, en estos momentos, puede unir más al partido”.

La carrera por situar las lealtades personales junto a quienes en cada momento ostentan el poder tiene en el PSOE sobrados ejemplos. Sin embargo, en el caso de Zarrías, sí puede asegurarse que desde hace meses ya, y al principio junto a Manuel Chaves, su mentor, ha venido preparando el desembarco de Pérez Rubalcaba en la secretaría general del partido coincidiendo con su papel de líder electoral para 2012. 

Como publicó El Confidencial, Chaves llegó incluso a proponer a Rubalcaba que su hombre de confianza, Gaspar Zarrías, ocupara el número dos del partido, el lugar que hoy ostenta José Blanco, cuando la sustitución de Zapatero se produjera de hecho, y a cambio le prometió el apoyo del partido en Andalucía, sobre el que entonces Chaves ejercía más control que Griñán.

Zarrías coge a Griñán con el pie cambiado 

La situación en la que hoy se encuentra Zarrías contrasta con la posición de fuera de juego en que ha quedado José Antonio Griñán, después de ver la deserción de Carme Chacón, su candidata en unas primarias a las que ni siquiera llegará a concurrir. Entre los objetivos de Zarrias, ahora ya sin un Chaves al que se considera amortizado por los escándalos, está cobrarse la deuda que con él tiene Griñán. 

Con motivo de la sucesión de Chaves, el actual presidente de la Junta accedió a la secretaría general del PSOE-A poniendo, entre otras condiciones, que ni Zarrías ni Pizarro –los dos brazos de su antecesor- ocuparían cargos orgánicos. Zarrías se burló de Griñán autocolocándose como presidente del PSOE de Jaén –el que más respaldo electoral ha tenido el pasado 22-M-, anunciando la “vuelta del padre”, a Andalucía –refiriéndose a él mismo- y advirtiendo que iba a estar vigilante sobre el territorio que controló con mano de hierro cuando era el segundo de Chaves en la Junta.

Zarrías ha cumplido la mayor parte de sus promesas. Entre las asignaturas que tiene pendiente está hacerle pagar a Griñán la traición a Chaves y a él mismo-. Y la posición en la que hoy se encuentra cada cual por imperativos de una crisis que se desboca por minutos, le da la oportunidad de empezar a cavar la tumba de su adversario, muy debilitado ahora por la derrota electoral de Andalucía en el primera prueba de Griñán como secretario general del  PSOE-A.