¿Es legal dar de comer a las palomas en España? Estas son las multas que pueden ponerte si lo haces

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Dar de comer a las palomas es una estampa que habrás visto en más de una ocasión. Esta escena también se ha mostrado con frecuencia en el cine como una práctica habitual en los parques de las ciudades para alimentar a estas aves. ¿Es legal darle un trozo de pan a estos animales que inundan las ciudades? Este inocente gesto choca con el reglamento de los ayuntamientos en España.

Las palomas puedem transmitir las enfermedades criptococosis, histoplasmosis y psitacosis, según informa el departamento de salud e higiene de Nueva York. No hace falta tener contacto directo con ellas, ya que solo respirando el polvo de las heces te puedes infectar. También se les relaciona con la plaga de parásitos que pueden contraer los humanos.

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Qué dice la normativa en España

De hecho, su presencia en las ciudades puede provocar muchos inconvenientes si se acaba convirtiendo en una plaga. Estos animales pueden provocar un deterioro de las fachadas de los edificios y suciedad en las calles.

Las heces de las palomas también se convierten en una molestia para los ciudadanos, siendo las terrazas de las casas y los vehículos los más afectados. Una situación que empeora el estado de las vías públicas y deja un aspecto más degradado de las ciudades.

La multa por alimentar a las palomas puede ascender a los 750 euros en Barcelona

Así, la alimentación descontrolada de todo aquel que pase por la calle favorece su rápida reproducción. Por esta razón, está prohibido dar de comer a las palomas. Esta prohibición y la cuantía de las multas la gestiona cada gobierno municipal. En las normativas explican que dándoles comida se “altera el equilibrio natural que hace aparecer las molestias e insalubridades por acumulación de excrementos y plumas, ruidos, etc”. En este caso, Vitoria indica que “las heces ocasionan importantes daños en monumentos y edificios de la ciudad, con el consiguiente perjuicio cultural y económico”.

Cada ayuntamiento incluye en su respectiva Ordenanza Municipal Reguladora de la Protección y Tenencia de Animales la prohibición sobre la alimentación de las aves para impedir que su presencia se convierte en un problema. Las sanciones pueden ir desde los 75 euros en ciudades como Málaga o ascender a los 300 euros en Madrid y 750 euros en Barcelona.