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Sánchez intenta en solitario la mediación europea entre Israel y el mundo árabe
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VIAJE A EL CAIRO

Sánchez intenta en solitario la mediación europea entre Israel y el mundo árabe

El presidente en funciones quiere "construir puentes entre el mundo árabe, Israel y Europa". Pero sus propuestas necesitan ser entendidas en un contexto bastante mayor

Foto: Pedro Sánchez, con Charles Michel y Ursula von der Leyen, en la cumbre de Granada. (EFE/Miguel Ángel Molina)
Pedro Sánchez, con Charles Michel y Ursula von der Leyen, en la cumbre de Granada. (EFE/Miguel Ángel Molina)
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Pedro Sánchez está presente en la Cumbre que hoy se inicia en El Cairo, convocada por el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, y cuyo propósito es buscar soluciones puntuales y de futuro a una situación enormemente crispada en Oriente Medio. El presidente en funciones mantuvo conversaciones en los días previos con el rey de Jordania, el emir de Qatar, el secretario General de la ONU y con el mismo Al Sisi para trasladarles la posición española, pero también para llevar a cabo una tarea de interlocución que facilitase el diálogo en la Cumbre.

Fuentes del Ministerio de Exteriores subrayan que el propósito de esas conversaciones es "contribuir a mantener el diálogo y a construir puentes entre Europa, Israel y el mundo árabe", y más aún en la medida en que se trata "de una región vecina que es capital para la seguridad y estabilidad euromediterránea". España está especialmente capacitada para ejercer esa tarea de mediación, ya que, además de los tradicionales lazos con el mundo árabe, nuestra situación geográfica obliga a priorizar el Mediterráneo, al contrario de lo que les ocurre a otros países europeos. Esa tarea de mediación queda habilitada más aún en la medida en que, tras el apoyo incondicional a Israel por parte de Francia y Alemania, así como del Reino Unido y de EEUU, "nuestra posición de equilibrio ha sido apreciada por nuestros socios árabes frente a lo que han percibido como falta de empatía con la población palestina".

El cambio europeo

La acción española excede la posición de un país en concreto y cabe enmarcarla en un movimiento de piezas mucho más amplio, también en el seno de la Unión Europea. La falta de unidad que sería precisa para que la UE pudiera ejercer una influencia real, que se diluye en visiones muy distintas sobre cómo enfocar el conflicto, está comenzando a dar un giro, aseguran fuentes de Exteriores, hacia una posición cercana a la mantenida por España. De los momentos iniciales, con la contestada visita de Von der Leyen y de Roberta Metsola a Israel y las tensiones internas que la sucedieron, o la postura enormemente tibia del Parlamento europeo, se está llegando a un nuevo momento, "que se está abriendo paso en la UE": ofrecer una salida al conflicto a través de continuación de la ayuda humanitaria y de la solución de los dos Estados. Esa es la posición por la que España aboga.

Haizam Amirah-Fernández, investigador del Instituto Elcano, afirma que "Occidente se está disparando en el pie con esta reacción"

Puede parecer una apuesta limitada, máxime cuando se ha escuchado en muchas ocasiones y ahora resulta todavía más improbable, pero su validez debe ser analizada a partir de un nuevo contexto. La preocupación por las consecuencias de una invasión de Gaza, y más si se lleva a cabo con la dureza que el gobierno de Netanyahu promete, es muy amplia. Según Financial Times, un buen número de diplomáticos estadounidenses ha manifestado en privado su preocupación porque la respuesta de la administración Biden y su amplio apoyo a Israel se vuelvan en contra. Un alto diplomático del G7 lo expresaba en términos alarmistas: "Definitivamente, hemos perdido la batalla en el Sur Global. Todo el trabajo que hemos hecho con el Sur Global sobre Ucrania se ha perdido. Olvídate de las reglas, olvídate del orden mundial. Nunca más nos escucharán".

Haizam Amirah-Fernández, investigador principal en el Instituto Elcano, no rebaja la gravedad del momento: "Occidente se está disparando en el pie con esta reacción". Una posición del bloque democrático que implique "apoyo incondicional a Netanyahu, sin ofrecer un horizonte de paz justa, alimentará a los extremistas en todos lados, y será aprovechado por otros actores globales".

El porqué de la vuelta a los dos Estados

En este contexto de "horizonte de paz justa" es en el que cabe entender la solución de los dos Estados en las negociaciones actuales: respaldo indiscutido a Israel para combatir a Hamás a cambio de que se limite en su reacción y de que, cuando todo esto termine, exista una conferencia de paz en la que esa solución pueda comenzar a ponerse en marcha.

No es únicamente una posición española, y ni siquiera europea, sino que forma parte de un creciente deseo en el establishment de política exterior estadounidense. El diplomático Richard Haas, presidente hasta junio pasado (su mandato duró 20 años) del muy influyente Council on Foreign Relations, dibujaba ese sentir en un reciente texto. En él, subraya que la administración Biden tiene razón al apoyar el derecho de Israel a tomar represalias, pero que, si bien no puede obligar a Israel a renunciar a la invasión de Gaza o a limitarla, debería intentarlo, también para que la guerra no se extienda. Y, sobre todo, "debe mirar más allá de la crisis, presionando a sus homólogos israelíes para que ofrezcan a los palestinos un camino pacífico viable hacia la condición de Estado".

Europa, como EEUU, tiene que decidir cuál va a ser su papel y cuál de las dos opciones va a apoyar por acción o por omisión

La recomendación de Biden a Israel de que no se deje llevar por la ira, como le ocurrió a EEUU tras el 11-S, cobra una dimensión mayor si se entiende desde esta perspectiva. La reacción estadounidense tras los atentados contra las Torres Gemelas fue contraproducente en muchos aspectos y el desastre que supusieron las invasiones de Afganistán e Irak se percibe ahora en todas sus dimensiones. La acción israelí puede provocar consecuencias más graves aún, porque ya no hay un frente bélico, sino dos, y porque de fondo está la competición sistémica con China.

En este escenario, es probable que la anunciada invasión de Gaza con todo el poderío militar israelí termine por arrastrar a la guerra a otros actores y que el resultado final implique a Irán. La otra opción es que la respuesta israelí sea contenida y tenga como horizonte una paz con dos Estados. Europa, como EEUU, tiene que decidir cuál va a ser su papel y cuál de las dos opciones va a apoyar por acción o por omisión. Siempre teniendo en cuenta que los incentivos de los halcones aumentan en la medida en que Irán es socio chino.

Pedro Sánchez está presente en la Cumbre que hoy se inicia en El Cairo, convocada por el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, y cuyo propósito es buscar soluciones puntuales y de futuro a una situación enormemente crispada en Oriente Medio. El presidente en funciones mantuvo conversaciones en los días previos con el rey de Jordania, el emir de Qatar, el secretario General de la ONU y con el mismo Al Sisi para trasladarles la posición española, pero también para llevar a cabo una tarea de interlocución que facilitase el diálogo en la Cumbre.

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