Yolanda Díaz empieza a construir Sumar en Euskadi sin esperar a Podemos

Yolanda Díaz empezará a construir los cimientos de Sumar como partido político en Euskadi, y prevé hacer lo propio en Galicia casi al mismo tiempo. Con la vista puesta en las elecciones de ambos territorios, a más tardar en junio de 2024, la formación de la vicepresidenta segunda oficializó el lunes lo que ya era un secreto a voces, aunque solo un par de meses atrás, antes del 23-J, no pudiera afirmarlo de forma tan contundente. Quiere generar un "proyecto de largo recorrido", a "10 o 15 años", que permita "superar el espacio político actual", que en el País Vasco tiene a la coalición Elkarrekin Podemos como referente. Un proyecto "autónomo" con respecto a la cúpula en Madrid.

Y este paso ha cogido por sorpresa a algunos de los partidos que integran la coalición, por la que Podemos situó dos cabezas de lista a las elecciones generales, aunque solo el designado por Sumar, Lander Martínez, ha logrado escaño por Vizcaya. Fue el propio Martínez quien anunció esta decisión en una entrevista en Radio Euskadi, la pasada semana. Fue el mismo día en que se reunía la mesa política de la coalición de Podemos Euskadi, Ezker Anitza-Izquierda Unida, Alianza Verde y Equo Berdeak. "Todavía no estamos en esa carrera de negociaciones. Poco a poco se hablará y hablaremos para conformar, como siempre, ese espacio de unidad", afirmó poco después la líder morada en la región, Pilar Garrido, preguntada por las palabras de Martínez en rueda de prensa.

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El coportavoz de Berdeak Equo, Joserra Becerra, asegura a este diario que "todavía" no se ha empezado a hablar de cómo articular ese espacio "de unidad", pero sostiene que hay "voluntad de acometer ese proceso por todas las partes implicadas, con discreción y espíritu constructivo". Entre los morados, presumen de que Elkarrekin Podemos sí es una marca consolidada tras años de actividad política. Con estructura, cuadros y militancia organizada, a diferencia de la apuesta de la vicepresidenta en funciones, que puso su marca a la coalición el 23-J tras una auténtica carrera contra el reloj para forjar un pacto con una quincena de partidos para unas elecciones anticipadas. Fue la cita con las urnas en la que perdieron dos de los tres escaños que habían conseguido en los anteriores comicios. En esta ocasión, ya empiezan a moverse para intentar que los cimientos sean sólidos. El diagnóstico en Sumar es que los resultados de las generales habrían sido mucho mejores de haber logrado desplegarse como formación política, y no quieren volver a tropezar con la misma piedra.

Y, aunque algunas fuerzas de Elkarrekin Podemos no fueran informadas previamente de este anuncio, la idea del diputado vasco a futuro es "hablar con todos los actores" que concurrieron juntos para las generales; "aglutinar" a estas fuerzas en torno a un "proyecto autónomo vasco". Con Sumar a nivel estatal como "referente", pero con "estrategias y visión propias". Y sin concretar aún el nombre tras el que se agruparán, aunque habrá "una identificación clara" con Sumar.

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"Sumar tiene que estar en esas elecciones y va a estar", aseguró Martínez, ex secretario general morado en Euskadi y secretario de Organización de facto en Sumar. Hace apenas dos meses, escasos días antes de las elecciones en las que Díaz logró aguantar el tipo en un contexto muy complicado, solo afirmaba que su espacio político se vería representado, pero se atrevía a garantizar lo propio de la marca de la vicepresidenta en funciones. "No sé si Sumar, que espero que sí, pero este espacio estará presente", afirmó en una entrevista con elDiario.es. Casi al mismo tiempo, la líder del espacio político afirmaba que tendría continuidad "con independencia" de los resultados el 23-J.

El proceso discurrirá en paralelo a la asamblea en la que la fuerza de la vicepresidenta se dotará de estructuras de partido y de órganos de dirección política, pero también de normas que regulen sus procedimientos internos. Aún está por fechar, pero difícilmente tendrá lugar antes de la pretendida investidura de Pedro Sánchez, si prosperan las complejas negociaciones que se desarrollan, casi siempre, fuera de radar.

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En el marco de esas negociaciones, fuentes de Sumar celebran que la opinión pública ha "digerido" mejor de lo esperado la cita de Díaz y Carles Puigdemont en Bruselas. También reiteran que el PSOE, que insiste en esquivar la ley de amnistía en la que trabaja el socio minoritario de Sánchez, sí mantiene descolgado el teléfono: "Todo el mundo está hablando con todo el mundo".

Galicia, también por construir

También en paralelo, Sumar aspira a constituirse como partido en Galicia, toda vez que las elecciones en este territorio y en Euskadi suelen ir de la mano. En sus filas, asumen que el contexto gallego es distinto al de Euskadi, y recuerdan que Galicia en Común, su referente, se extinguió del Parlamento autonómico en las pasadas elecciones. Pero la vicepresidenta, que nació y ha pasado la mayor parte de su vida en Galicia, quiere cuidarla especialmente, aunque los ritmos sean mucho más lentos que los de Euskadi.

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El momento escogido para dar este paso coincide con un nuevo incremento de las tensiones entre Sumar y Podemos, justo antes de que los morados desvelasen su hoja de ruta para los próximos meses, insistiendo en enmendar la establecida por Díaz. De vuelta a Euskadi, en Podemos están convencidos de que su estructura está fuertemente arraigada en el territorio, a pesar de que han ido perdiendo votos en cada una de las sucesivas elecciones. De ser primera fuerza en las generales de 2015, las primeras en las que se presentaron, hoy han pasado a gobernar en apenas cinco municipios de Euskadi tras el 28-M, y a verse asediados por EH Bildu el 23-J.

Tanto Sumar como Podemos sostienen que están decididos a explorar la unidad electoral, pero ambos asumen que para eso aún faltan varias pantallas. Y, como se vio en las semanas posteriores al anuncio de las generales anticipadas, durante jornadas largas y agónicas para la izquierda, aterrizar esta voluntad, en conversaciones cruzadas con varios actores, es muy complicado. "El diablo está en los detalles", recuerda un exdirigente del espacio político.