Pagar a los votantes por sus préstamos: la receta de Díaz para recaudar 3 millones en 20 días

Sumar celebra este viernes que ha logrado reunir 3 millones de euros para financiar su campaña al 23-J, gracias a préstamos suscritos por sus simpatizantes. Y de que lo ha hecho en 20 días, con una recaudación que arrancó cuando ni siquiera tenían programa electoral -lo presentaron hace poco más de una semana-. Para estas elecciones generales, el PSOE asegura haber recaudado más de 3,5 millones, a devolver en un año. Y ambas fuerzas se jactan del apoyo de sus bases para afrontar el enorme agujero sin fondo que suponen este tipo de comicios, donde sólo el mailing, para el que recibirirán una subvención propia, es inabordable por menos de 1,5 millones de euros, en su versión más básica.

La clave de este éxito, como reconocen en el partido de Yolanda Díaz, está en el pago de intereses a los simpatizantes, en un momento en el que los bancos remuneran los depósitos en el entorno del 2%, y en el que los tipos de interés están al 4%. Sumar paga un 3,25%, el PSOE un 3,5%, y partidos como Junts escalan hasta el euríbor+1. La manera de recaudar mucho, y rápido, sostienen, es garantizar que los votantes ganan, o al menos que no ven mermado su poder adquisitivo, presentándoles algo parecido a una Letra del Tesoro. Así lo asume el economista Segundo González, responsable de Finanzas y Transparencia en Podemos hasta 2017, y hoy asesor del equipo económico de Sumar en esta materia. Cuando el votante está desmovilizado, la remuneración es un reclamo irrenunciable.

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González, impulsor del sistema de microcréditos que el partido morado usó por primera vez en 2015, asegura que nunca antes había asistido a una campaña en la que se alcanzara el objetivo final de recaudación, y menos una semana antes de la cita con las urnas. Presume de que han superado todas las "expectativas", y afirma que más de la mitad de los 2.600 prestamistas han renunciado a cobrar intereses, como les ofrece Sumar. "Quien hace los préstamos más grandes no renuncia", reconoce.

La izquierda que antes lideraba Podemos no había pagado intereses por estos préstamos hasta ahora, como sí lo hacía el PSOE, que no tardó en subirse a este carro. Ha reducido su deuda bancaria en 30 millones en apenas 4 años, y ha encontrado en esta fórmula una herramienta para financiarse sin arriesgarse a disparar su deuda, que había sobrepasado los 45 millones de euros. Los objetivos a recaudar se marcan de forma conservadora, en función de la representación que esperan lograr, en la parte más baja de su horquilla de estimaciones, y las formaciones retornan el dinero en el plazo de un año, cuando ya han cobrado las subvenciones electorales. Un fracaso como el de Podemos el 28-M puede suponer un agujero de cientos de miles de euros, hasta de millones.

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"Se notan los intereses de los microcréditos", abunda González, que asume que ésta era la única forma de recaudar tanto en tan poco tiempo. "Igual que hacían cola con las Letras del Tesoro, la gente presta dinero con intereses por su necesidad de remunerar los ahorros y no perder con inflación, aunque esté bajando", apostilla. Las contribuciones no pueden superar los 10.000 euros.

En su espacio político presumen de que no hay precedentes de una recaudación similar. En 2015, en sus primeras elecciones generales, Podemos aglutinó 2,8 millones de euros en préstamos, sin pagar intereses, una fórmula que nunca han llegado a aplicar. Entonces requirieron de más de un mes para lograrlo, y lo hicieron cuando los tipos de interés rondaban el 0%. Y cuando soñaban con el sorpasso al Partido Socialista, aunque se quedaron en 69 escaños. Hoy, la situación es mucho más difícil, los tiempos han sido más ajustados y la desmovilización de la izquierda es su bestia negra.

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El asesor de Sumar saca pecho por su contribución para instaurar un sistema que hoy ya es mayoritario en la izquierda, que también aplica la derecha catalana, y que en su día supuso un salto al vacío, toda vez que ni siquiera sabían como lo recibiría el Tribunal de Cuentas. Lo usaron por primera vez en las andaluzas de 2015, cuando situaron el objetivo en 600.000 euros. El partido de Díaz, que reclama insistentemente donaciones a sus simpatizantes, cerrará la web de los microcréditos en las próximas horas. En función de los resultados electorales, tendrá que apretarse más o menos el cinturón para devolverlos.