La Iglesia pacta con Moncloa abonar dos tributos nuevos pero se vuelve a librar del IBI

El Gobierno ha llegado a un acuerdo con la Iglesia para derogar la exención fiscal de los tributos relativos a las Contribuciones Especiales y al impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO). En las próximas semanas, se derogará así la orden ministerial de 5 de junio de 2001 del Ministerio Hacienda que regula la exención de ambos impuestos en el marco del acuerdo entre el Estado y la Santa Sede. El Gobierno calcula que con ello se recaudarán algo más de 16 millones de euros anuales, que irían a parar a las arcas de las administraciones locales.

"El acuerdo se desarrolla en la voluntad compartida entre el Gobierno de España y la Conferencia Episcopal Española de equiparar el régimen fiscal de la Iglesia católica con las entidades sin ánimo de lucro, conforme al principio de no privilegio y no discriminación", recoge la nota conjunta del Ministerio de la Presidencia, que dirige Félix Bolaños, y la Conferencia Episcopal.

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José Lorenzo

Este mediodía se hará efectivo dicho acuerdo mediante el correspondiente canje de notas entre el Gobierno y la Nunciatura Apostólica en un encuentro entre el titular de Presidencia y Juan José Omellá. El objetivo de esta reforma fiscal de la Iglesia pasa por homologar su situación al resto de confesiones religiosas.

El acuerdo no afecta al pago del IBI para los locales que no son de culto, una medida que históricamente estuvo sobre la mesa de los socialistas y que rescató Pedro Sánchez tras llegar al Ejecutivo en 2018. Aunque Hacienda la descartó en un primer momento, la por entonces vicepresidenta primera, Carmen Calvo, la volvió a incluir entre sus planes, aunque más como arma de presión en el marco de la exhumación de Franco.

Como ya adelantó este diario, a falta de que la Moncloa decida desempolvar la Ley de Patrimonio Histórico, que podría afectar a bienes patrimonio de la humanidad de 17 diócesis, como la siempre apetecible y rentable mezquita-catedral de Córdoba, o la Ley de Libertad de Conciencia, que duerme en un cajón desde los tiempos de Zapatero, lo único a lo que Sánchez podría sacar rentabilidad electoral es a otra foto con los obispos mediante la firma del acuerdo sobre la reforma fiscal con la Iglesia.

El nuevo secretario general del Episcopado, César García Magán, reconoció a principios de febrero que se estaba en la “etapa final del proceso de negociación” sobre esta reforma fiscal. Bajo la máxima de “no privilegios, no discriminación”, se ha prescindido de la exención de los tributos por los que su fiscalidad se diferenciaba de otras confesiones y ONG, en virtud de los Acuerdos de 1979.