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El Gobierno retoma la ley de libertad de conciencia y abre ronda con líderes religiosos
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ENCUENTROS CON LAS CONFESIONES

El Gobierno retoma la ley de libertad de conciencia y abre ronda con líderes religiosos

El Ejecutivo quiere recuperar la norma que enterró Zapatero en 2010, aunque aún no ha fijado plazos de tramitación. Quiere preservar la "neutralidad" de las instituciones y la diversidad religiosa

Foto: Carmen Calvo, con el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), Isaac Benzaquén, este 22 de julio. (EFE)
Carmen Calvo, con el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), Isaac Benzaquén, este 22 de julio. (EFE)
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En 2010, cuando quedaba poco menos de un año para la disolución de las Cortes y en medio de una formidable crisis financiera, José Luis Rodríguez Zapatero echó el freno. Dio carpetazo a la prometida reforma de la Ley de Libertad Religiosa. No era el momento, argumentó. La modificación legislativa se quedó en un cajón y nunca más salió de él. Quizá hasta ahora. El Gobierno de coalición de Pedro Sánchez está decidido a retomar esa iniciativa para "avanzar en el reconocimiento de la diversidad religiosa" y en la neutralidad del Estado. Para recalcar que la Iglesia católica ya no es la interlocutora principal y casi única del Ejecutivo. Así, el Gabinete se despliega ya en tres direcciones: uno, la negociación con los prelados para, entre otras cuestiones, acabar con la exención en el pago de impuestos; dos, elaborar una nueva norma, y tres, abrir diálogo con las demás confesiones religiosas.

La primera etapa de Sánchez en el poder estuvo marcada, en lo tocante a las relaciones con la Iglesia, por la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos, una operación que contó con el beneplácito del Vaticano, de la Conferencia Episcopal Española y del Arzobispado de Madrid y la férrea hostilidad de la comunidad benedictina, que al final tuvo que rendirse ante el pronunciamiento rotundo del Supremo. En aquel momento, la vicepresidenta única, Carmen Calvo, pilotó el diálogo con Roma, y en concreto con el secretario de Estado y mano derecha del Papa, el cardenal Pietro Parolin. En esta nueva legislatura, el diálogo con las confesiones —con todas, no solo con la Iglesia católica—, también recae en Calvo, hasta el punto de que el Registro de Entidades Religiosas radica no ya no en Justicia, sino en la Vicepresidencia Primera y Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, que ella dirige.

Calvo, nada más repetir en el cargo, recibió en la Moncloa al nuevo nuncio apostólico, el filipino Bernardito Cleopas Auza. Con ello, retomaba el diálogo que había abierto con Parolin y volvía a la mesa la fiscalidad de la Iglesia. El objetivo, defendió entonces la número dos de Sánchez, es reproducir en España lo que ocurre en países como Francia e Italia, que pague el impuesto de bienes inmuebles (IBI) del "patrimonio que no esté afecto a sus funciones como religión". Es decir, que la Iglesia tribute por los espacios que no son de culto. En el otoño de 2018, Parolin sí reconoció que "naturalmente" la Santa Sede no veía problemas para negociar este asunto.

La vicepresidenta ya ha tenido una primera cita con el cardenal Juan José Omella. El pago del IBI o las inmatriculaciones son asuntos de negociación


En febrero, los obispos españoles eligieron a su nuevo presidente, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, representante del sector de la Iglesia más aperturista y dialogante y en plena sintonía con Francisco. La pandemia de coronavirus paralizó los contactos, pero el pasado 24 de junio Calvo se reunió con él. Ambos acordaron establecer una "agenda amplia de trabajo" para avanzar en un modelo que permita la colaboración y resolución de las discrepancias entre las partes. Se abordarían desde entonces asuntos como la fiscalidad de la Iglesia, la protección a la infancia, las inmatriculaciones indebidas —otro foco de conflicto muy importante, y en el que el Gobierno busca el consenso—, o la reforma de la Ley de Educación, con la consagración de Religión como asignatura voluntaria, sin materia espejo y no computable a efectos académicos.

La vicepresidenta y el cardenal nombraron a sus respectivos negociadores: Antonio Hidalgo, subsecretario del Ministerio de la Presidencia, y Carlos López Segovia, vicesecretario para Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Calvo y Omella quedaron como interlocutores últimos.

Foto: Juan José Omella (d), en una misa en la Sagrada Familia. (EFE)

Dos días de reuniones

Pero ese diálogo con la Iglesia tuvo continuidad este miércoles con tres reuniones consecutivas con representantes de las principales confesiones religiosas con notorio arraigo en España. Calvo se encontró en la Moncloa con el presidente y el secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), Manuel Rodríguez y Mariano Blázquez. Después, se vio con Isaac Benzaquén, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), y finalmente cerró la ronda de este 22 de julio con representantes de la Comisión Islámica de España (CIE): su presidente, Ayman Adlbi —elegido recientemente tras el fallecimiento de Ray Tatary—, y el secretario de la CIE, Mohamed Ajana.

"La importancia de la Iglesia católica no puede ser negada, pero hay que trabajar en la neutralidad de las instituciones", señalan desde Vicepresidencia

Este jueves, 23 de julio, la vicepresidenta primera se reúne con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días —la Iglesia mormona—, con los Testigos Cristianos de Jehová y con la Unión Budista de España-Federación de Entidades Budistas de España. Con la Iglesia Ortodoxa rumana de España y Portugal y con la Federación Ortodoxa de España la cita, por problemas de agenda, se pospone hasta septiembre.

Calvo: "La Jefatura del Estado no está en cuestión en este país"

"Es necesario avanzar en la normalidad de una sociedad de diversidad religiosa —explicaban a este periódico fuentes próximas a Calvo—. La importancia de la Iglesia católica no puede ser negada, pero hay que trabajar en la neutralidad de las instituciones públicas. Hay que respetar el hecho religioso respetando a los que no tienen creencias religiosas". En Vicepresidencia Primera se decían satisfechos tras la primera tanda de reuniones: "Ha ido muy bien con todos, están en una magnífica actitud".

El Gobierno ya mostró el camino que quería emprender con el homenaje del pasado 16 de julio a las víctimas del covid-19. Calvo había asistido previamente al funeral organizado por la CEE, al que acudieron también los Reyes, pero esas exequias no podían llevar el apellido "de Estado". El acto que acogió hace una semana la plaza de la Armería del Palacio Real, presidido por Felipe VI y doña Letizia, y al que asistieron todos los poderes del Estado, las cabezas de las principales instituciones europeas y de varios organismos internacionales, con víctimas y familiares y representantes de la sociedad civil, era una ceremonia civil de Estado. La primera organizada en España. Un tributo aconfesional, ecuménico, en el que también estaban presentes miembros de distintas confesiones religiosas, también la católica, puesto que estuvo el vicepresidente de la CEE y cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

placeholder La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, durante la reunión que mantuvo este 22 de julio con representantes de la Comisión Islámica de España (CIE), encabezados por su presidente, Ayman Adlbi (i). A la izquierda de Calvo, su subsecretario, Antonio Hidalgo. (EFE)
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, durante la reunión que mantuvo este 22 de julio con representantes de la Comisión Islámica de España (CIE), encabezados por su presidente, Ayman Adlbi (i). A la izquierda de Calvo, su subsecretario, Antonio Hidalgo. (EFE)

Antes, la Ley de Memoria

Fue una demostración, para Calvo, de "unidad de todos los poderes del Estado y de todos los representantes políticos arropando a las víctimas y a la sociedad, sin más intermediarios". "Ha sido la sociedad la que ha hablado por sí misma, con la presidencia del jefe del Estado. Era una ocasión absolutamente triste, pero completamente idónea para hacer una ceremonia de estas características. Es verdad que nunca se había hecho de esta forma. Los precedentes que tenemos eran o bien funerales religiosos o ceremonias militares de despedida a los fallecidos de las Fuerzas Armadas, pero nunca habíamos tenido que establecer un rito civil, completamente democrático, en el que caben todos los poderes, todas las confesiones religiosas", aseguró el pasado domingo la vicepresidenta primera en una entrevista en 'elDiario.es'.

Los dos socios se comprometieron a aprobar una nueva ley que "garantice la laicidad del Estado y su neutralidad frente a todas las confesiones"

El diseño de las ceremonias civiles formará probablemente parte del menú de la Ley de Libertad de Conciencia, que formaba parte del programa del PSOE para las generales del 28-A y del 10-N, y que se integró en el acuerdo de gobierno de PSOE y Unidas Podemos. Los dos socios se comprometieron a aprobar una nueva ley que "garantice la laicidad del Estado y su neutralidad frente a todas las confesiones religiosas".

Calvo no ha fijado aún plazos para la modificación legislativa, para retomar el proyecto que Zapatero enterró en 2010. "A lo largo de esta legislatura, en algún momento, tendremos que seguir dando pasos respecto a la neutralidad en términos religiosos. Las instituciones del Estado tienen que ser neutras en cuanto a la religión, que cada cual tiene el derecho de vivir y sentir como derecho individual, y a la diversidad en el conjunto de toda la sociedad. Esas son dos líneas en la que esta sociedad ya está viviendo y en las que hay que seguir avanzando", sostiene la vicepresidenta.

placeholder Carmen Calvo y el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, el pasado 24 de junio en la Moncloa. (EFE)
Carmen Calvo y el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, el pasado 24 de junio en la Moncloa. (EFE)

La número dos del Ejecutivo pretende tramitar primero la Ley de Memoria Histórica. El anteproyecto saldrá de las cocinas del Consejo de Ministros "en muy pocos días", probablemente antes del parón veraniego. De manera que aún no está en el calendario la Ley de Libertad de Conciencia, aunque el Gobierno insiste en que hay que "procurar la neutralidad de las instituciones" y estas son "civiles y deben ser neutras porque es la única forma de respetar a todo el mundo".

Foto: Carmen Calvo recibe al nuevo nuncio apostólico del Vaticano, Bernardito Auza, este 22 de enero en la Moncloa. (EFE)

Comunicado... dos semanas después

El Ejecutivo puede construir una mayoría de izquierdas favorable en el pleno, con el apoyo de formaciones como ERC, Más País-Compromís o BNG, aunque necesitará atraer a otras más a la derecha como el PNV, formación clave para la estabilidad de la legislatura, o incluso Ciudadanos, socio sobrevenido del Gobierno durante la alarma y partidario de la ampliación de derechos civiles, a diferencia del PP. El contexto es muy distinto además al de 2010: Zapatero tenía enfrente al cardenal Antonio María Rouco Varela, representante del ala dura de la Iglesia, como jefe de la CEE, y se sucedían las manifestaciones contra los avances sociales del Ejecutivo. Ahora, las relaciones del Gabinete de coalición con Sánchez son fluidas, aunque mantengan diferencias evidentes en cuestiones como la ley educativa o la regulación de la eutanasia.

El Ejecutivo puede construir una mayoría de izquierdas para sacar la ley, pero necesita el concurso del PNV o Cs. El contexto no es el de 2010

En una entrevista en 'Il Corriere della Sera' del pasado 8 de julio, el presidente definió las relaciones con el Vaticano como "serenas". "Francisco es un Papa carismático, espero poder encontrarme con él. Le cuento una cosa: en la historia del cuerpo de Franco me ayudó. En el Valle de los Caídos había una comunidad de benedictinos muy contraria a la exhumación. Le pedí al Vaticano que interviniera. Y todo se resolvió". La Santa Sede, que sí visibilizó su malestar con unas declaraciones de Calvo tras su audiencia con Parolin —cuando hizo ver que Roma tampoco aprobaba la reinhumación en la cripta de la catedral de la Almudena—, tardó esta vez dos semanas en enviar un comunicado. Simplemente para repetir su postura, no para abroncar al Ejecutivo.

placeholder El arzobispo Carlos Osoro (c), a su llegada el 16-J para el homenaje civil a las víctimas del covid. (EFE)
El arzobispo Carlos Osoro (c), a su llegada el 16-J para el homenaje civil a las víctimas del covid. (EFE)

"La Santa Sede ha reiterado en varias ocasiones su respeto a la legalidad y a las decisiones de las autoridades gubernativas y judiciales competentes, ha instado al diálogo entre la familia y el Gobierno y no se ha pronunciado nunca sobre la oportunidad de la exhumación ni sobre el lugar de la sepultura, porque no es de su competencia", apuntó en una nota. Por ahora, el complejo equilibrio entre la Iglesia y el Ejecutivo de coalición no se ha roto. La vieja pretensión del PSOE de denunciar los Acuerdos de 1979 tampoco ha vuelto a escena.

Calvo: La Corona "no está en cuestión"

La vicepresidenta primera intentó zanjar este miércoles el debate sobre la monarquía. No habrá un referéndum sobre la Corona. La "Jefatura del Estado no está en cuestión" en España porque es "nuestro marco constitucional", aseguró en el Congreso, en respuesta al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, que le preguntaba qué tiene que pasar para que haya un plebiscito sobre la forma de estado. 

Carmen Calvo recordó la "envergadura" que supondría una reforma constitucional de ese calado que obligaría a un amplio acuerdo parlamentario y a la convocatoria posterior de elecciones, tal y como prescribe el artículo 168 de la Carta Magna.

"No está previsto ningún referéndum que desemboque nada más y nada menos que en un cambio de la Constitución de esa envergadura", enfatizó, informa EFE. En democracia, sostuvo, se puede debatir sobre cualquier asunto, pero el actual marco constitucional ha de respetarse, como ha de respetarse la Jefatura de Estado.

Calvo añadió que la investigación que lleva a cabo la Fiscalía sobre las supuestas actividades financieras del Rey emérito en paraísos fiscales serán dilucidadas en su momento en los tribunales.

En 2010, cuando quedaba poco menos de un año para la disolución de las Cortes y en medio de una formidable crisis financiera, José Luis Rodríguez Zapatero echó el freno. Dio carpetazo a la prometida reforma de la Ley de Libertad Religiosa. No era el momento, argumentó. La modificación legislativa se quedó en un cajón y nunca más salió de él. Quizá hasta ahora. El Gobierno de coalición de Pedro Sánchez está decidido a retomar esa iniciativa para "avanzar en el reconocimiento de la diversidad religiosa" y en la neutralidad del Estado. Para recalcar que la Iglesia católica ya no es la interlocutora principal y casi única del Ejecutivo. Así, el Gabinete se despliega ya en tres direcciones: uno, la negociación con los prelados para, entre otras cuestiones, acabar con la exención en el pago de impuestos; dos, elaborar una nueva norma, y tres, abrir diálogo con las demás confesiones religiosas.

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