La Guardia Civil advierte que se adelanta una plaga mortal para los perros

Este lunes 20 comienza la primavera, una de las estaciones del año más deseadas por sus temperaturas suaves y agradables. Pero esa bondad climática también tiene otros efectos no tan deseados, tanto para las personas como para los animales. Y uno de los más peligrosos es la llegada de una plaga que puede llegar a provocar la muerte de nuestras mascotas.

Se trata de la procesionaria, un insecto que puede provocar irritación en oídos, nariz y garganta, tal y como informa la Guardia Civil en un tuit. Pero el mayor problema puede ser para nuestro perro, ya que si "lame una oruga o sufre una picadura tendrá graves heridas o, incluso, puede morir". Por eso, desde la Benemérita piden la máxima precaución de cara al comienzo de la temporada de procesionarias.

Lo normal es encontrar a estas orugas en pinos, cedros y abetos, porque es su planta hospedadora o nutricia. Después, se trasladan en fila, formando una procesión para despistar a las aves y no ser atacadas. Pero, además, cuentan con un mecanismo de defensa, sus pelos urticantes, que están cargados de una sustancia irritante llamada thaumatopina.

No se pueden ni deben matar

Son esos pelos urticantes los que suponen un gran peligro para personas y animales, por lo que desde la Guardia Civil se pide que se multiplique la precaución en estas fechas. Aunque las mariposas de procesionarias se aparean en verano y las orugas nacen entre los meses de septiembre y octubre, es ahora, entre marzo y abril, cuando por fin bajan de los árboles y son realmente peligrosas.

La procesionaria no se debe eliminar por su papel ecológico y medioambiental

Entre los expertos hay quien llega a calificar a la oruga procesionaria como una plaga que, además de provocar daños a personas y animales, también ataca a los árboles de los que se alimentan. Sin embargo, estos insectos también ejercen un papel ecológico y medioambiental, al servir de alimento para diferentes especies de aves, que eliminan los pelos urticantes de las procesionarias frotándolas contra las ramas de los árboles antes de comérselas.

Por eso, lo mejor que se puede hacer es limpiar los árboles de los colegios y de zonas donde se reúnan tanto niños como mascotas para mantenerlas alejadas de quienes más pueden sufrir en caso de contacto. Pero no se pueden ni deben eliminar masivamente, ya que muchas especies de aves podrían quedarse sin alimento.