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Las guerras nudistas llegan al Supremo: "Los 'textiles' nos echan de todos los sitios"
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SE AVECINA UN VERANO CALIENTE

Las guerras nudistas llegan al Supremo: "Los 'textiles' nos echan de todos los sitios"

El colectivo naturista denuncia una involución en la percepción social de su actividad: "Hace treinta años éramos más libres que hoy"

Foto: Turistas participan durante el Festival Nudista Zipoliten en México. (EFE/Mario Arturo Martínez)
Turistas participan durante el Festival Nudista Zipoliten en México. (EFE/Mario Arturo Martínez)

El verano pasado, Mari Carmen Jiménez no pudo entrar a la piscina de su urbanización. Cuando llegó al recinto, dos agentes de seguridad le exigieron que se abriese el pareo para comprobar que debajo no llevaba bañador. "Claro que lo llevo, y si me lo quieres quitar, lo vas a tener que hacer con los dientes", les respondió a la seguridad privada.

No le dejaron pasar, y a los vecinos que se colaron, los sacaron del agua por el pescuezo. "Tenemos órdenes del presidente de la comunidad de no dejar pasar a nadie que no vaya desnudo", explicaron los de seguridad, ataviados con un mono y botas altas.

placeholder La seguridad privada en una de las piscinas de Natura World. (Cedida)
La seguridad privada en una de las piscinas de Natura World. (Cedida)

Fue el penúltimo capítulo de una guerra que ha acabado en las páginas de The Guardian. "Hay una parte de los vecinos que son nudistas y nos quieren obligar a los demás a ir desnudos en nuestra propia casa, hasta el punto de que ponen guardias para obligarnos a quitarnos la ropa", denuncia Jiménez, propietaria de un piso en Vera, Almería. "Está siendo un infierno, hay muchos vecinos que han decidido vender porque la situación es demencial".

Como Afganistán en la Guerra Fría, la urbanización Natura World es el epicentro del conflicto entre bloques. Allí los nudistas se han atrincherado y exigen que se respeten los estatutos de convivencia, que dicen que se ha de ir desnudo en las zonas comunes. Igual que muchas otras de la playa de Vera, Natura World se concibió con fines nudistas. Sin embargo, cuando la empresa constructora entró en concurso de acreedores, se vio obligada a colocar los pisos vacíos a clientes de otras promociones que no iban a ser construidas. A la mayoría no se le advirtió de la circunstancia naturista, tan solo que una parte de los vecinos se paseaban desnudos. "Nosotros no tenemos ningún problema, de hecho a mi marido le gusta bajar en pelotas, pero vienen los nietos y los sobrinos y les obligan a desnudarse... ¿a unos chiquillos de trece años? ¡No me fastidies!", lamenta Jiménez.

"¿Vas a hacer desnudarse a un chiquillo de 13 años? ¡No me fastidies!"

La bronca llegó hasta el Tribunal Supremo, que hace unos días falló a favor de los textiles, como los llaman los nudistas. La sentencia (PDF) viene a decir que, pese a que se trata de un espacio nudista, no se puede obligar a nadie a quitarse la ropa. Un golpe en la línea de flotación naturista, que viene denunciando en los últimos años una invasión de sus lugares: "Tenemos poquísimos espacios dedicados y cada vez nos los restringen más", dice Sofía Copete, de 63 años y nudista desde que tiene recuerdo. "Nosotros tenemos que permitir que ellos vengan vestidos, pero nosotros no podemos desnudarnos en una playa cualquiera, pese a que la ley nos da la razón. Los textiles nos están echando de todos los sitios".

"La convivencia siempre ha sido difícil", continúa Copete, "¿tú sabes la de gente que se hace kilómetros con el coche hasta una playa nudista solo para hacernos fotos? Cualquier naturista te puede contar la de veces que tenemos que llamar a la Guardia Civil por los mirones".

Fricciones

Las denuncias contra los nudistas se han disparado en los últimos años y las administraciones están respondiendo. A finales de 2013 se aprobó la ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que dotaba de mayores competencias a los ayuntamientos. Los alcaldes de Barcelona, Cádiz y Valladolid estrenaron el nuevo poder prohibiendo por ordenanza el nudismo. Detrás venían un sinnúmero de pequeñas localidades costeras, de no ser porque se encontraron con Ismael Rodrigo. Abogado, químico-físico y, sobre todo, naturista, Rodrigo es también presidente de la Federación Española de Naturismo. "Tengo una alerta en Google que me advierte cuando en los boletines oficiales se publican las palabras nudismo o naturismo". Gracias a ella he parado al menos a 200 ayuntamientos que querían vetarnos", dice a este periódico.

El activista lo litiga todo y, a la mínima, te pone un dosier de sentencias sobre la mesa. "Hay mucha desinformación en torno al naturismo. Por ejemplo, una idea muy extendida es que vivimos en un vacío legal, y eso no es verdad. El naturismo no está prohibido; por lo tanto, está permitido. Hasta 1988 existían las figuras legales del escándalo público y el baño indecoroso, pero se abolieron. Y abolir también es regular", explica.

"Hay mucha desinformación. Por ejemplo, una idea muy extendida es que vivimos en un vacío legal, y eso no es verdad"

La situación legal de los nudistas es curiosa: el Supremo siempre les quita la razón, pero los tribunales de menor rango se la suelen dar. Es lo que sucedió la semana pasada en Valencia, donde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana decretó que el informático Alejandro Colomar tiene derecho a seguir circulando en pelotas por su pueblo, en tanto que no entraña ninguna actitud sexual. "Es verdad que solemos perder en el Supremo, pero hay algo de lo que solemos acordarnos: el Supremo no es el tribunal de mayor rango en España. Es el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, que ya ha sentenciado que el nudismo es un modo de expresarse y, por tanto, está protegido como una parte de la libertad de expresión", dice el presidente de los nudistas.

"Podemos ir desnudos por donde queramos, esa es la verdad", remacha Sofía Copete: "Lo que pasa es que tenemos respeto y no nos quitamos la ropa donde no está bien visto".

"Podemos ir desnudos por donde queramos, esa es la verdad"

Rodrigo ha conseguido que Valladolid, Cádiz y Barcelona retiren sus estatutos antinudismo porque no se ajustan a la ley. Su único punto negro es San Pedro del Pinatar, en el Mar Menor, donde la alcaldesa María Visitación Martínez se ha convertido en la reina de los textiles. Pese a que el Gobierno regional le ha recomendado la retirada, se niega a tomar medida alguna. ¿La explicación? No considera el nudismo una ideología.

"Por supuesto que el nudismo es una ideología, igual que llevar bañador a la playa", dice Ismael Rodrigo. "Llevarlo es concretamente la ideología de Hazte Oír. Para mí, es como si hubiera que esconder ciertas partes del cuerpo siempre, como si Dios no las hubiera hecho bien. Se criminalizan partes del cuerpo sin motivo alguno... ¿y me vas a decir que esto no es pura ideología?".

placeholder  Una nudista en la playa. (Pixabay)
Una nudista en la playa. (Pixabay)

Los naturistas consideran que, después del despendole de la Transición, España ha involucionado en materia de nudismo. "Estamos haciendo nuestra la moral puritana de Estados Unidos, porque es la que impera en las redes sociales. ¿Te has fijado que han dejado de salir las típicas imágenes del telediario de las personas en topless en la playa? En canales como laSexta ni siquiera se emiten palabrotas, ahora le ponen un pitido", lamenta el abogado.

"Tenemos que entender que el hecho de que algo no te guste, no implica que se deba prohibir. Si no te gusta, miras para otro lado y punto. A mucha gente no le gusta la inmigración, pero a nadie se le ocurriría pedir que se prohíba", zanja Rodrigo.

El verano pasado, Mari Carmen Jiménez no pudo entrar a la piscina de su urbanización. Cuando llegó al recinto, dos agentes de seguridad le exigieron que se abriese el pareo para comprobar que debajo no llevaba bañador. "Claro que lo llevo, y si me lo quieres quitar, lo vas a tener que hacer con los dientes", les respondió a la seguridad privada.

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