El monte de Ceuta que arde una y otra vez despliega a toda la ciudad en su día más trágico

Cuando uno escucha que un incendio en Ceuta se ha llevado por delante 130 hectáreas, puede sonar a poco. Sobre todo si es el año en el que, de momento, han ardido casi 300.000 en todo el país. Pero esta vez es diferente. La pequeña ciudad autónoma apenas tiene 1.850 hectáreas totales de superficie, de las que unas 960 pertenecen a campo exterior, al oeste. En esta última zona se ubica el monte de García Aldave, que suma cuatro grandes incendios forestales en algo menos de una década y, en las últimas horas, ha vivido el colofón: un nuevo fuego, de magnitudes nunca antes vistas, ha estado a punto de arrasar casi tanto suelo como todos los anteriores juntos.

Todo comenzó el jueves por la noche. Alrededor de las diez, los bomberos recibieron la peor de las alertas. El fuego, que se originó cerca del famoso mirador de Isabel II se estaba propagando a gran velocidad. Para controlarlo, la Ciudad Autónoma tuvo que desplegar todos sus recursos: cada efectivo disponible, bomberos, agentes de la Guardia Civil, Policía Local y Nacional, miembros de la Comandancia General (Comgeceu) y otras unidades acudieron a la llamada y trabajaron sin descanso a lo largo de la madrugada. Y aunque no hubo heridos, sí tuvieron que evacuar a decenas de personas ante el riesgo de que las llamas se aproximaran a zonas habitadas.

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EFE

Pero no fue suficiente. La magnitud del incendio había activado el nivel 2 de alerta, el más grave y el que insta a la colaboración de medios nacionales cuando los autonómicos son insuficientes. A primera hora de la mañana aterrizaron refuerzos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de las Fuerzas Armadas. El relevo llegó con un hidroavión, 24 vehículos y 93 militares. Pero el fuego ya había calcinado en torno al centenar de hectáreas.

La última vez que la UME actuó en Ceuta, recuerdan sus agentes, fue hace siete años. Y por aquel entonces las llamas 'apenas' sobrepasaron las 35 hectáreas, unas tres veces menos que en esta ocasión. "Pero la alerta era enorme, porque el incendio se acercó a una zona de polvorines", recuerda un trabajador de esta unidad especial que siguió los trabajos en ambos incendios, el de entonces y este último, que el viento ha propagado por otros terrenos. Este viernes iba a celebrarse, además, un acto en el cuartel militar de la Legión, que se encuentra en el monte quemado. Finalmente, no quedó otra que suspenderlo.

Precisamente el otro incendio que atrajo a la UME, en 2015, comenzó junto al monte de la Tortuga, a poco más de un kilómetro del lugar en el que se iniciaron las llamas este jueves. Ocurrió por accidente, cuando un grupo de legionarios realizaban prácticas rutinarias en el campo de tiro. Para este último no hay aún conclusiones claras. La Guardia Civil de Ceuta explicó a El Confidencial que hay varias hipótesis sobre la mesa, pero prefieren no desvelar detalles hasta que concluyan las investigaciones.

Lo que sí está claro, y así lo confirma el propio Gobierno de Ceuta, es que este ha sido el incendio de mayor alcance desde que existen registros en la ciudad autónoma. Hace 30 años que no se recuerda uno que sea, siquiera, parecido. Fue en 1993 cuando otro fuego, en pleno verano, acabó con 90 hectáreas entre la zona de Calamocarro y la barriada del Postigo, algo más al este. Varias viviendas de este barrio tuvieron que desalojarse, de manera preventiva, en el incendio de las últimas horas. También de otras urbanizaciones colindantes e incluso de bares, salones de celebraciones y un complejo rural de cabañas.

"No habíamos extinguido el humo cuando el fuego ya se propagaba", explicó Bomberos

Desde hace ocho años hasta esta semana, los fuegos más sonados en García Aldave habían quemado, en total, unas 200 hectáreas. En menos de 24 horas, el último incendio en el monte ha acabado con 130. "A nosotros no tuvieron que desalojarnos, pero desde aquí veíamos las cenizas", explica un empleado del Bar El Camarón, a unos kilómetros del punto inicial del incendio. Con la situación más controlada –aunque a las 15.00 del viernes las llamas se reavivaron ligeramente–, el jefe del turno de guardia de los bomberos de Ceuta se muestra más tranquilo.

"Estamos acostumbrados a pasar las noches trabajando por alertas, pero lo de esta última tiene pocos precedentes", afirma Luis García, miembro del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS). La noche del jueves la recuerda como algo tremendamente frustrante. "No habíamos terminado de extinguir el humo cuando el fuego ya se estaba propagando hacia otros puntos", rememora, apenas unas horas después y ya en el Parque de Bomberos. Todas las autoridades, desde los efectivos desplegados hasta la Administración, piden paciencia para conocer cuál ha sido realmente la magnitud de este incendio. Y también, qué lo ha provocado.