El círculo de escucha de Yolanda Díaz: "Hay que poner todo patas arriba”

Al salir de la estación de Antón Martín, presidida por el monumento a Los Abogados de Atocha, y recorriendo la Torrecilla del Leal, se llega a la calle de la Esperanza. El edificio de Ecooo está en uno de sus rincones, un espacio 100% sostenible en el que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha decidido comenzar el proceso de escucha, en esta ocasión, sobre la crisis climática.

Tras su llegada, ante la atenta mirada de los vecinos de la zona, ha dedicado unos minutos a la prensa en los que, además de responder a las preguntas de actualidad política, ha agradecido a los presentes su asistencia y, tras ello, ha entrado a la zona de debate. El espacio estaba repartido en un amplio círculo con una treintena de sillas, presidido por el cartel de la formación Sumar, y en las que se han sentado los jóvenes activistas, académicos y profesionales de diversas organizaciones.

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El acto ha durado alrededor de hora y media, en la que Díaz ha hecho una introducción de cinco minutos en los que ha resaltado la complicada situación y que, por ejemplo, los 10 grados más de media en España no son por el verano, sino por la crisis climática. Pese a ello, quiere afrontar el reto como una ventana de oportunidad con la que hacer un nuevo planteamiento de país con el que “poner todo patas arriba” y en el que el protagonismo sea de los jóvenes.

Las intervenciones de los asistentes han rondado los tres minutos de duración, han resaltado los puntos clave de la emergencia climática actual y lo que puede provocar en un futuro. Muchos, aún formando parte de asociaciones, han decidido estar a título personal, otros han permanecido en silencio escuchando a sus compañeros, al igual que Díaz, que ha estado tomando notas con cada turno de palabra. En conjunto, han tratado de dejar claro el marco y la problemática situación.

Opinión

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La atención y repoblación del mundo rural, una mayor democratización del Estado, ecofeminismo, aumentar las líneas ferroviarias y utilizarlas para transportar mercancía, mayor implicación ciudadana, el ejemplo que se tiene que dar desde las instituciones, los valores que se deben transmitir, planes de trabajo justos, cuidados, las migraciones causadas por el clima… Son algunos de los temas que se han tratado durante el acto.

Víctor, hijo de agricultor de un pueblo de Segovia, por ejemplo, ponía encima de la mesa la probabilidad de que el año que viene no lloviese en primavera y cómo esto ponía en peligro al sector. “No entiendo por qué tratamos con tanta tibieza este tema, están muriendo personas por esto. Estamos en crisis climática, económica, social… Crisis de todo. Estamos jodidos. Hay que actuar y ya llegamos tarde” reconocía desesperadamente.

La crítica a la clase política tampoco ha pasado desapercibida, Margarita admitía que “los jóvenes no se sienten representados por los partidos” y que el cambio no solo puede estar sujeto a los tecnócratas y especialistas, sino a cualquier persona de cualquier oficio. Míriam, por otro lado, apuntaba que “hay un problema cuando, efectivamente, el conjunto empresarial tiene mucho más poder que la política institucional”.

El clima general del debate ha intentado ser esperanzador y mayoritariamente, a pesar de la complejidad, ven una oportunidad con la que construir un país que “no deje a nadie atrás”. Díaz lo ha resaltado en la conclusión: “Se me ha criticado mucho estos días por hablar de la alegría, el amor o esperanza, pero reconforta que hoy también lo hayáis hecho vosotros”. Para terminar, ha animado a los jóvenes a que escriban el "nuevo Green New Deal" y, tras reconocer la satisfacción que le ha producido el acto, ha finalizado con que "de esto va Sumar".