Los Rodríguez, la familia de estafadores que colaba billetes falsos de 50 euros en las farmacias

El 'modus operandi' de Miguel Rodríguez y sus hijos Alberto y Alejandro era sencillo: billetes falsos de 50 euros y compras pequeñas en farmacias para embolsarse la diferencia. Junto a Abdalla Sadou, el nigerino que les vendía el "dinero espurio", la Audiencia Nacional condenó a cada uno de ellos a dos años de cárcel el pasado 9 de marzo por estafa, expedición de moneda falsa, tenencia ilícita de armas u organización criminal. A cambio de confesar los hechos, los cuatro han evitado entrar en prisión.

La sentencia, a la que ha tenido acceso El Confidencial, arranca su relato el 28 de diciembre de 2017, cuando la Policía Nacional advirtió que Miguel, de 68 años, y su hijo Alberto, de 33, "habían introducido dos billetes ilegítimos de 50 euros" en dos comercios de Zamora. Aquel día escogieron un centro de estética y una tienda de productos vegetarianos para perpetrar la estafa, pero la investigación no tardó en desvelar su predilección por las farmacias a la hora de 'colar' el dinero falso.

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Entre diciembre de 2017 y mayo de 2018, Miguel y sus hijos Alberto y Alejandro, de 36 años, lograron engañar así a 18 establecimientos. 12 son farmacias y, un escalón por debajo, destacan tres clínicas veterinarias de León. Los Rodríguez siempre utilizaban billetes falsos de 50 euros y, a lo largo de la sentencia, una frase se repite 14 veces: "Adquirió un medicamento de escaso valor". El otro punto que marcó el caso fue el de seguir los pasos a una familia que no dejaba de moverse por España.

Los cambios de unas ciudades a otras se reflejan también en el lugar de nacimiento y en los actuales domicilios de cada uno de los condenados: Miguel nació en Sevilla, pero vive en Badajoz; Alejandro nació en Madrid, pero vive en Gandía, y Alberto nació en Alcalá de Henares, pero vive en Guadalajara. Con estos municipios como punto de partida, la Policía detectó que pagaron con billetes falsos en establecimientos de 11 ciudades, extendiendo su estafa desde Zamora hasta Cádiz, pasando por Badajoz.

El botín que hallaron en la casa de Abdalla ascendió a 614 billetes, es decir, 30.700 euros en dinero falso

En cuanto a Abdalla Sadou, la sentencia explica que se trata de un nigerino de 33 años con domicilio en Toledo. Los investigadores lograron relacionarle con los Rodríguez el 9 de mayo de 2018, cuando cuatro agentes hacían guardia frente a la casa que tenía en Parla y vieron llegar a Alberto: "Tras hablar unos instantes, subieron a la vivienda para posteriormente volver a bajar y dirigirse a una cafetería cercana. Transcurrido un tiempo, salieron Abdalla y Alberto y volvieron a subir al piso", relata el tribunal.

El encuentro terminó a las 12:25 y, nada más separarse, los policías detuvieron a ambos. En el coche de Alberto, "oculto en la puerta derecha un calcetín de color negro", hallaron 45 billetes "de valor facial de 50 euros". El botín que encontraron en la casa de Abdalla ascendió a 614 billetes, es decir, 30.700 euros en dinero falso. "Han sido peritados por la Brigada del Banco de España como ilegítimos con tecnología de chorro de tinta, y catalogada como una falsificación peligrosa", advierte la sentencia.

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El mismo 9 de mayo, la Policía Nacional registró también las casas de Miguel y Alejandro. En el domicilio del patriarca de la familia, hallaron cuatro billetes falsos y dos armas: "Una pistola de aire comprimido de la marca Marksman Repeater" y "una escopeta de aire comprimido marca Gamo de calibre 5.5". En la de su hijo Alejandro, se encontraron otros tres billetes falsos y 3.365 euros "de curso legal", así como un arma de fuego de marca BBM y "una defensa eléctrica sin baterías marca Gallant Lion".

Durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, los cuatro reconocieron los hechos y mostraron "la intención de abonar" el dinero estafado a los establecimientos, por lo que el tribunal concluye que "existe un menor reproche de culpabilidad" y condena a cada uno de ellos a dos años de cárcel. "No constan antecedentes penales en ninguno de ellos", explica la Audiencia Nacional. De esta manera, los Rodríguez y Abdalla Sadou evitan entrar en prisión al quedar la ejecución de sus penas en suspenso.