Juan Carlos I: ¿deseado o indeseable?

"Impresiona la euforia, el entusiasmo con que los cortesanos urgen el regreso de Juan Carlos I, como si el archivo del caso en Suiza equivaliera a una sentencia de absolución. Y como si se pretendiera demostrar que las fechorías del emérito merecen un acto solemne de rehabilitación. Por eso, Juan Carlos I desea incluso personarse en España en la fecha de su cumpleaños, el próximo 5 de enero. Y malograr por fin el castigo del destierro que se le impuso. No existe en el Código Penal la figura del destierro, pero tampoco hay derecho a que la inviolabilidad y las prescripciones hayan permitido al demérito Rey emérito abusar del cargo que desempeñaba.

Se le busca ahora domicilio y pensión a Juan Carlos I. Y se trata de remediar, digamos, la anomalía que implica la presencia del patriarca de la Transición española en la remota satrapía de Abu Dabi. El limbo es una residencia transitoria, ya que de Transición hablamos, por eso, los partidos que se dicen monárquicos reclaman que Juan Carlos vuelva a hombros, por la puerta grande. Solo falta pedir que Felipe VI le devuelva la corona a su padre".