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El enfermero que grabó a sus pacientes desnudas: "Necesitaba descargarme. Tenía poco sexo"
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Investigación abierta

El enfermero que grabó a sus pacientes desnudas: "Necesitaba descargarme. Tenía poco sexo"

El enfermero, de 46 años de edad, trabajaba para el grupo Quirón y realizaba su trabajo en el campus universitario de la Universidad Carlos III de Madrid

Foto: La caja en la que se guardaba la cámara y el material incautado.
La caja en la que se guardaba la cámara y el material incautado.

El pasado 17 de agosto, varios agentes de la policía se presentan en casa de María (nombre ficticio para proteger su identidad). Es ella quien los ha llamado. Su todavía marido acaba de llegar de vacaciones y aunque ella tiene puesta la llave por dentro de la puerta principal, el hombre ha abierto por el garaje y ha accedido a la vivienda. Descarga maletas, llena la nevera de comida y cuando está terminando, los agentes se presentan y le detienen. "Se había ido de vacaciones y los investigadores me pidieron que cuando llegase a casa les avisara para que pudieran detenerlo", explica María.

Hacía ya tiempo que el matrimonio, que tiene un hijo en común, había saltado por los aires. Los desprecios de él, su comportamiento extraño y la falta de amor les habían distanciado. “A pesar de la ruptura convivíamos bajo el mismo techo. Yo le había dejado un ordenador y un día lo cogí y me lo llevé al trabajo porque necesitaba rescatar cosas mías. No pude acceder porque tenía una contraseña puesta y le pedí a un informático que lo abriese. De repente, me dijo: “María, ven, asómate, mira lo que he encontrado”. Me acerqué y no me lo podía creer”. María no quiere extenderse más, pero, según se publicó, se encontraron multitud de videos de mujeres desnudas en su consulta. Las había grabado él. Según fuentes policiales había incluso montajes en los que las escenas se repetían cíclicamente en un gesto como si quisiera simular que había relaciones sexuales.

"Vi imágenes mías manteniendo relaciones sexuales con él. Me grababa sin que yo lo supiera"

El enfermero, de 46 años de edad, trabajaba para el grupo Quirón y realizaba su trabajo en el campus universitario de la Universidad Carlos III de Madrid. También ha desarrollado su trabajo en empresas como la Warner, Indra, Makro, Lever Boschy el ayuntamiento de Aranjuez durante los veranos.

A María también la grababa sin su consentimiento: “Vi imágenes mías manteniendo relaciones sexuales con él. Me grababa sin que yo lo supiera y sin mi permiso. También había puesto cámaras en el baño y me tenía duchándome, haciendo mis necesidades o arreglándome. Incluso me grababa cuando ya habíamos decidido separarnos. Lo descubrí este mes de julio, horas antes de que se fuese de vacaciones. Fue un shock y esperé a estar sola para acudir a la comisaría de Aranjuez a denunciarlo todo. También registré la casa en busca de cámaras y encontré cómo me grababa en casa. Hizo un agujero pequeño en la caja del after shave y metía la cámara dentro. Hasta ese momento ni me había fijado. ¡Quién va a sospechar que le están grabando en su propia casa! Tengo miedo que haya grabaciones de amigas mías que se hayan quedado en casa a dormir”. De hecho, la Policía Nacional descubrió imágenes grabadas en el cuarto de baño de sus hijos.

"Vivo asustada. Ahora no vive conmigo, pero la casa es suya también y puede entrar cuando quiera. Estoy absolutamente desprotegida"

La mujer acudió al juzgado a declarar: “Expliqué cómo habían ocurrido los hechos, lo mismo que te estoy contando a ti, como lo había descubierto y el miedo que tenía. Pedí una orden de alejamiento, porque estoy aterrorizada. Ese señor me produce verdadero pavor. He vivido durante años con una persona a la que yo no conocía verdaderamente”, explica desencajada. “Me preguntaron si yo había consentido esas grabaciones y respondí que no, obviamente. ¿Cómo voy yo a autorizar a que me graben haciendo mis necesidades o cuando manteníamos relaciones sexuales?”. Fuentes judiciales apuntan a que después, lo interrogaron a él. Aseguró que su mujer lo sabía y consintió. Cuando le preguntaron en qué momento le otorgó ese permiso, no supo responder. Cuando le insistieron en si tenía permiso para seguir grabando a María a pesar de estar en pleno proceso de separación y apenas hablarse, contestó que entendía que el permiso continuaba. Para justificar los videos explicó que los grababa para desahogarse, porque su esposa le ofrecía poco sexo.

A pesar de la cantidad de material incautado, sólo en casa de María localizaron más de 200 videos y 40.000 fotografías, el juez lo dejó en libertad provisional y a María sin concederle una orden de alejamiento. “Vivo asustada. Ahora no vive conmigo, pero la casa es suya también y puede entrar cuando quiera. Estoy absolutamente desprotegida. Cada mañana pasa, sin tener necesidad, por delante de mi ventana con el coche, para un poco y mira desafiante. Lo tengo todo grabado”.

"Estoy muy agradecida por el trato que me ha dado la policía y animo a las mujeres que hayan podido ser grabadas a que lo denuncien"

La investigación continua. La policía no ha terminado de analizar el resto de discos duros, al menos otros tres, que se localizaron en casa de los padres del enfermero. Desde este pasado verano se está identificando y tomando declaración a todas las mujeres grabadas por el enfermero y según fuentes policiales: "Todavía pasará tiempo antes de que las identifiquemos a todas y podamos recoger sus denuncias". Alguna de esas víctimas incluso ha viajado desde el extranjero para visionar el video en el que aparece desnuda.

“Estoy muy agradecida por el trato que me ha dado la policía y animo a las mujeres que hayan podido ser grabadas a que lo denuncien, somos víctimas y no podemos sentir vergüenza por ello. Quiero dejar claro que yo no soy responsable de las informaciones que han salido en otros medios. Me siento víctima, no solo de mi marido, sino con las personas que sin saber qué ha pasado, lo que estoy sufriendo a diario, me juzgan o me critican”.

El pasado 17 de agosto, varios agentes de la policía se presentan en casa de María (nombre ficticio para proteger su identidad). Es ella quien los ha llamado. Su todavía marido acaba de llegar de vacaciones y aunque ella tiene puesta la llave por dentro de la puerta principal, el hombre ha abierto por el garaje y ha accedido a la vivienda. Descarga maletas, llena la nevera de comida y cuando está terminando, los agentes se presentan y le detienen. "Se había ido de vacaciones y los investigadores me pidieron que cuando llegase a casa les avisara para que pudieran detenerlo", explica María.

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