Es noticia
Prisión para un policía por el asesinato de una anciana minusválida
  1. España
para hacerse con su herencia

Prisión para un policía por el asesinato de una anciana minusválida

Un juzgado madrileño ha decretado su ingreso en prisión provisional por ser el presunto responsable de la muerte violenta de una anciana de 83 años

Foto: Hace unos días la Guardia Civil detuvo al presunto asesino de Teresa.
Hace unos días la Guardia Civil detuvo al presunto asesino de Teresa.

Teresa, una anciana de 83 años con movilidad reducida, confiaba en Fernando, un amable agente de policía local. Le quería como al hijo que nunca tuvo. Hasta que él apareció, ella caminaba sola en este mundo. Hacía mucho tiempo que no tenía contacto con la única familia que le quedaba, un hermano mayor que vive en Molina de Aragón, un pueblo de Guadalajara.

Por eso, cuando aquel apuesto y dicharachero agente comenzó a hablar con ella, visitarla, hacerle compañía y ayudarle en sus quehaceres diarios, ella le recibió con los brazos abiertos. Su presencia y su conversación le alegraban. Poco a poco el hombre fue ganándose su confianza y ella le contó su vida: entre otras cosas, le explicó que tenía muchos ahorros en el banco y que el chalé en el que vivía estaba tasado en más de 600.000 euros.

Foto: La investigación ha sido realizada por agentes del Grume de la Comisaría Provincial de Málaga. (Policía Nacional)

Él ya intuía que la anciana contaba con un patrimonio importante, pero es que además era la víctima ideal, una mujer sola, que no contaba con el apoyo de nadie de confianza y que no tenía familia directa que, cuando la fatalidad llamara a su puerta, reclamara la herencia. Una bicoca para un depredador. Él trabajó la relación hasta que erosionó el último recelo. Teresa, que se sentía afortunada porque un ángel había aparecido en su vida y según su escaso entorno estaba pensando en nombrarle heredero universal. No se sabe si lo hizo, pero él aspiraba a quedarse con todo su patrimonio.

Pero Fernando, por alguna razón, tuvo prisa. Una de las hipótesis más lógicas es que necesitaba dinero con urgencia o quizá fue solo avaricia. No pudo esperar a que a Teresa le llegase la muerte natural y presuntamente diseñó un plan para anticipar su herencia.

A mediados de febrero de 2020, a menos de un mes de que estallase la crisis del coronavirus en nuestro país, el policía local se buscó una excusa para subir a Teresa en un coche. Mientras él se ponía el cinturón, observó que ella tenía dificultades para conseguir anclar el suyo: “No hace falta”, le dijo. “No te lo pongas que soy policía local y nadie nos va a denunciar”. Arrancó. Era de día, sobre la hora de comer, conducía pisándole por una recta próxima a un núcleo urbano, cuando, de repente, se estrelló contra un árbol. Teresa salió volando. Su vida pendió de un hilo por las graves lesiones causadas en el impacto, pero en el hospital lograron salvar su vida.

Foto: LLegada del joven que, supuestamente, lanzó el ácido a la expareja de El Meillero a los juzgados de Fuengirola, Málaga. (EFE)

A Teresa, aunque muy maltrecha, le dieron el alta. La mujer necesitaba de la ayuda de un andador articulado para desplazarse. Meses atrás había decidido vivir en la planta baja debido a sus problemas de movilidad y había mandado poner puertas para que no se le escapase el calor ni el frío al garaje ni a la planta superior. Sin saber muy bien por qué, el día de su muerte, en teoría abrió ella sola la puerta que daba a las escaleras del garaje y se precipitó de cabeza. Murió en el acto. Aquel presunto accidente escamó a la Fiscalía y al Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Madrid, en Tres Cantos.

Los agentes, expertos en olfatear lo que no cuadra, se sumergieron en la vida de Fernando y cada paso que iban dando abrochaba más su culpabilidad. Cuando descubrieron lo del accidente del coche, se encendieron todas las alarmas.

Según fuentes judiciales, los indicios se han amontonado, pero lo que ha terminado de ponerle los grilletes en las muñecas fue la autopsia. La forense ha determinado que Teresa “voló”, es decir, que alguien la empujó para que cayera por las escaleras y salió despedida con impulso. No fue una caída accidental.

Hace unos días la Guardia Civil detuvo a Fernando por el asesinato de Teresa. Este viernes ha pasado a disposición judicial en el juzgado de guardia. Se ha negado a declarar. Un juzgado madrileño ha decretado su ingreso en prisión provisional por ser el presunto responsable de la muerte violenta de la anciana, según han informado fuentes de la investigación.

Teresa, una anciana de 83 años con movilidad reducida, confiaba en Fernando, un amable agente de policía local. Le quería como al hijo que nunca tuvo. Hasta que él apareció, ella caminaba sola en este mundo. Hacía mucho tiempo que no tenía contacto con la única familia que le quedaba, un hermano mayor que vive en Molina de Aragón, un pueblo de Guadalajara.

Herencia Guardia Civil Delincuencia Homicidios
El redactor recomienda