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El PSOE hace autocrítica por el 4-M pero aísla a Moncloa de cualquier responsabilidad
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GABILONDO NO RECOGERÁ SU ACTA

El PSOE hace autocrítica por el 4-M pero aísla a Moncloa de cualquier responsabilidad

"Los directores de campaña me temo que no estaban en Ferraz", ironizaba un miembro de la Ejecutiva, mientras el mensaje oficial pasa por "no extrapolar el 4-M al resto de España"

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto al secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos (d), durante la reunión semipresencial de la Ejecutiva Federal del PSOE. (EFE)
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), junto al secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Ábalos (d), durante la reunión semipresencial de la Ejecutiva Federal del PSOE. (EFE)

La reunión de la ejecutiva federal del PSOE celebrada este jueves para analizar los resultados electorales ha arrancado con la dimisión del secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco y con la decisión trasladada por el candidato Ángel Gabilondo de no recoger su acta. Una asunción de responsabilidades por el "pésimo resultado electoral" y con la pretensión de ofrecer una cabeza para que "no se utilice el mal resultado en los comicios de la Comunidad de Madrid para atacar al PSOE y al Gobierno de España”. Y este ha sido precisamente el espíritu que ha guiado el análisis, autocrítica para aislar de responsabilidades a Moncloa y proteger al Gobierno, a pesar de que tanto la lista electoral como la estrategia de campaña fue diseñada por el entorno del presidente del Gobierno, quien en los primeros compases también entró en el marco de confrontación de Isabel Díaz Ayuso a través del cuerpo a cuerpo.

La debacle electoral del PSOE, que pasó de ganar las elecciones en 2019 a ser superado por Más Madrid dos años después tras caer de los 37 a los 24 escaños, se ha analizado como una concatenación de errores y una crisis del socialismo en un territorio donde lleva gobernando el PP desde los últimos 26 años. Nada de escalar las repercusiones del 4-M al nivel estatal, algo que los populares están haciendo ya para hablar de cambio de ciclo y acelerar la supuesta salida de Pedro Sánchez de la Moncloa para instalar en el imaginario colectivo el principio del fin del gobierno de coalición. El Gobierno acabará la legislatura y si había dudas, precisamente el 4-M disiparía cualquier intención aventurera de adelantar elecciones.

Las intervenciones de algunos de los miembros de la ejecutiva durante la reunión han sido más medidas que en privado. El descontento por cómo se enfocó la campaña por parte del jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, es patente. Una fuente presente en el encuentro, ironizaba tras su finalización que "los directores de campaña me temo que no estaban en Ferraz". Una afirmación que resume el sentir de algunos altos cargos de Ferraz, entre la resignación y la impotencia.

"No hemos puesto paños calientes a esta derrota", explicaba ante los medios de comunicación el secretario de Organización, José Luis Ábalos, al término de la reunión, reconociendo que "no hemos conseguido situar nuestro mensaje". Pero acto seguido recalcaba el mensaje de que "no se pueden extrapolar estos resultados al resto de España", lo cual asoció con un intento de "confundir deseos con realidad", en referencia velada a los populares. Asimismo ha afeado que el PP sigue condicionado por la ultraderecha.

"Estamos a dos años de acabar la legislatura", añadía el responsable de Organización, tras remarcar que "los resultados no van a condicionar la política del Gobierno de España", centrado en la vacunación y la reactivación económica. "Las elecciones autonómicas se circunscriben a este territorio y responde a la realidad de este territorio, que tiene una estructura y una coyuntura singular", concluía.

Expulsión de Leguina y Redondo Terreros

En Moncloa se ha tomado nota y es que, como se insistía antes del encuentro la intención era escuchar y analizar. Sobre todo a Madrid, se matizaba ya con ánimo de establecer el mencionado cortafuegos. "Comprobar lo que ha podido suceder y pensar en soluciones". Las soluciones, de momento, pasan por una renovación que no se producirá hasta final de año, como estaba previsto tras el congreso federal de octubre, y mientras tanto será una gestora quien pilote el partido en Madrid hasta esa fecha. "Se abre un tiempo nuevo", resumía Ábalos, asegurando que si no se hubiese producido un adelanto electoral este proceso habría finalizado antes de que se abriesen las urnas.

El secretario de Organización ponía el foco en la decisión de convocar primarias en Andalucía ante la posibilidad de que se adelanten los comicios en este territorio. "No queremos que nos pase en Andalucía lo mismo que en Madrid". Una forma también de desviar la atención tras el fracaso en la contienda por Madrid mirando a otra contienda electoral. En las primarias andaluzas se enfrentarán la líder del partido en esta comunidad, Susana Díaz, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. El PSOE hace autocrítica por el 4-M, pero aísla a Moncloa de cualquier responsabilidad, mientras desvía la mirada hacia Andalucía.

La ejecutiva federal ha acordado abrir un expediente de expulsión a los históricos líderes socialistas Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros. Ambos hiceron campaña a favor de la presidenta popular Isabel Díaz Ayuso. “Antes prefiero que gobierne Isabel Díaz Ayuso a que lo haga Ángel Gabilondo con Pablo Iglesias", aseguró el primero y lo volvió a repetir a este diario. “En las comidas que hacíamos ex ministros, diputados y alcaldes una vez al mes antes de la pandemia, el sentir sobre este PSOE era muy parecido. Lo que pasa es que unos se animan a decirlo en público y otros no. Las encuestas dicen que 90.000 votantes de Gabilondo votarán a Ayuso. El sentimiento de rechazo al partido está ahí”.

La reunión de la ejecutiva federal del PSOE celebrada este jueves para analizar los resultados electorales ha arrancado con la dimisión del secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco y con la decisión trasladada por el candidato Ángel Gabilondo de no recoger su acta. Una asunción de responsabilidades por el "pésimo resultado electoral" y con la pretensión de ofrecer una cabeza para que "no se utilice el mal resultado en los comicios de la Comunidad de Madrid para atacar al PSOE y al Gobierno de España”. Y este ha sido precisamente el espíritu que ha guiado el análisis, autocrítica para aislar de responsabilidades a Moncloa y proteger al Gobierno, a pesar de que tanto la lista electoral como la estrategia de campaña fue diseñada por el entorno del presidente del Gobierno, quien en los primeros compases también entró en el marco de confrontación de Isabel Díaz Ayuso a través del cuerpo a cuerpo.