La obesidad infantil en las clases bajas es el doble que en los hogares "de rentas altas"
El Ministerio de Consumo presenta el tercer estudio Aladino, en el que analiza la obesidad y el sobrepeso entre los niños españoles con datos obtenidos durante 2019
La obesidad y el sobrepeso están vinculados a la clase social de los hogares. Esta es la idea que se desprende del cuarto estudio Aladino, 'Estudio sobre la alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad 2019'. Tras las ediciones de 2011, 2013 y 2015, la nueva edición de este informe constata las diferencias existentes en cuestiones de peso según los niveles de renta de las familias.
El 23,2% de los menores de familias cuyos ingresos anuales brutos están por debajo de los 18.000 euros tienen obesidad, mientras que en las viviendas con ingresos entre 18.000 y 30.000 euros la proporción es del 17,2% y en los de rentas por encima de 30.000 cae hasta el 11,9%, casi la mitad que en aquellos con menos ingresos. Así consta en las conclusiones del estudio, presentadas por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, este miércoles.
En los hogares de menor renta el 47,3% de los niños tiene sobrepeso u obesidad, por el 42% de los hogares con ingresos entre 18.000 y 30.000 euros y el 33,7% en los hogares que han sido calificados por el propio titular del ramo como "de barrios ricos". Es decir, el porcentaje de menores que tienen un peso considerado como saludable es del 65,1% en los hogares de mayor renta, por el 52% en los que ésta es menor.
El ministerio ha puesto sobre la mesa algunos de los hábitos que contribuyen a esta situación. En cuanto al consumo de comida rápida, el 18,5% de los niños de hogares con ingresos más bajos acuden a uno de estos locales una vez o más por semana, mientras que en las familias con más rentas es del 10,7%. Además, el 11,5% de los que viven en familias con menos recursos consume golosinas varias veces al día, por el 3,9 de las familias con más ingresos.
"No hablamos de compartimentos estancos, sino que tiene una vinculación estrecha con factores socioeconómicos. La clase social incide de manera directa en el tipo de alimentación, de ocio y de vida cotidiana", ha señalado Garzón durante la presentación del texto.
El nivel de estudios de los padres también es un factor en esta comparativa. La obesidad en los hogares con progenitores que tienen estudios primarios es del 24,3% frente a aquellos con estudios universitarios, donde cae al 12,4.
El estudio es producto de 16.665 entrevistas con alumnos de 276 colegios y de entre 6 y 9 años, a los que se les analizaba la talla y el peso y se les realizaba un cuestionario sobre sus hábitos. En términos generales, el 58,5% de los menores presenta normopeso o peso saludable, un valor que ha aumentado respecto al informe de 2011 y 2015; el 23,3 tiene sobrepeso, un indicador que repunta levemente respecto a 2015, pero que se reduce en casi tres puntos respecto a 2011. La obesidad cae un punto respecto a 2011, hasta el 17,3%, mientras la delgadez sigue situándose por debajo del 1% como en el resto de informes.
Tendencia descendente
"Se observa una tendencia descendente del exceso de peso desde 2011 y estabilización respecto a 2015, aunque la prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares de 6 a 9 años en España sigue siendo elevada", reza el escrito, que en relación al nivel de renta de los hogares afirma que "sigue existiendo una brecha importante (...) dependiendo del nivel de ingresos económicos y el nivel educativo de los progenitores".
Por sexo, las niñas registran mayores niveles de sobrepeso que los niños (un 24,7% por el 23,2), pero menores datos de obesidad (un 15% por el 19,4). Respecto a la edad, "en los niños la frecuencia de sobrepeso es mayor en los de 9 años y la de obesidad en los de 7, 8 y 9, respecto a grupos de menor edad. En niñas, no hay diferencias por edad en el sobrepeso, mientras que la obesidad, aumenta de los 6 a los 8 años", explica el informe.
Consumo señala entre los factores que determinan la forma física de los menores el sedentarismo. De los entrevistados, el 24% presentaba hábitos en este sentido, con más de tres horas de uso de pantallas, lectura o deberes. Estos datos son aún mayores entre los menores con obesidad, donde escala hasta el 29,5%.
El estudio recoge que el 90% de los progenitores de niños con sobrepeso considera que el peso de su hijo es normal, una proporción que es del 40% entre los que tienen obesidad.
La obesidad y el sobrepeso están vinculados a la clase social de los hogares. Esta es la idea que se desprende del cuarto estudio Aladino, 'Estudio sobre la alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad 2019'. Tras las ediciones de 2011, 2013 y 2015, la nueva edición de este informe constata las diferencias existentes en cuestiones de peso según los niveles de renta de las familias.