Muere Francisca Castillo, la última vecina del 'pueblo fantasma' de Jánovas

Jánovas es un pueblo sin habitantes de la provincia de Huesca, situado en el Valle del Ara, en la vertiente sur del Pirineo oscense. En 1951, la empresa Iberduero —actualmente Iberdrola— fue la encargada de ejecutar un proyecto hidrográfico que iba a inundar el municipio, al igual que otras localidades cercanas, por lo que los vecinos tuvieron que abandonar sus casas.

Las expropiaciones comenzaron en 1961, cuando aún no se habían iniciado las obras para la construcción del pantano, y continuaron hasta mediados de los 80. Algunas casas fueron dinamitadas por operarios de la compañía y los janovasinos tuvieron que trasladarse a otros lugares, principalmente Zaragoza, Barcelona o Barbastro. Pero estas obras nunca comenzaron y, desde entonces y durante varias décadas, el pueblo permaneció silencioso y sin vida a la orilla del río Ara.

En 2001, volvió a estudiarse la posibilidad de construir el pantano. Pero un informe dictaminó que era inviable económica y ecológicamente. Cinco años más tarde, la Asociación de Vecinos Afectados por el Proyecto del Embalse de Jánovas presentó ante el Ministerio de Medio Ambiente una reclamación de responsabilidad patrimonial por los daños causados durante todo el proceso, que fue denegada poco después y su recurso, desestimado por la Audiencia Nacional.

La última superviviente

Francisca Castillo falleció este martes en Barbastro (Huesca) y será enterrada hoy miércoles. Tenía 92 años y fue, junto a su familia, la última habitante de Jánovas, hasta que en 1984 fue obligada, por parte de agentes de la Guardia Civil, a abandonar su domicilio.

Las expropiaciones comenzaron en 1961 y continuaron hasta mediados de los 80

Junto con su marido —Emilio Garcés, fallecido en 2011—, Paca "representó la resistencia frente a la indignidad con la que se trató a los vecinos", según ha manifestado en la red social Twitter la Coordinadora de Afectados por los Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET). "Su voz —explican en un comunicado— resultaba siempre un aldabonazo en la conciencia de la sociedad aragonesa".

Poco antes de que la Benemérita la expulsara de su vivienda el 20 de enero de 1984, en pleno invierno, Francisca repetía una y otra vez que se negaría a abandonarla. Tuvo que hacerlo, pero recientemente vio como la casa familiar era reconstruida de nuevo. Su marido Emilio no pudo.

Reconstrucción y futuro

Tras más de 40 años, la luz eléctrica volvió a Jánovas en 2018, gracias, entre otros, al impulso de la Fundación San Miguel, que "lucha para que no se olvide la injusticia cometida con el pueblo", como explica Óscar Espinosa, su presidente, a El Confidencial. "Nos constituimos como fundación para poder defender jurídicamente a Jánovas, y hemos conseguido que se vuelva a instalar el tendido eléctrico y que el 90% de los vecinos hayan recuperado sus propiedades", añade.

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"Es una recuperación lenta, que ha tardado muchos años", explica Espinosa, quien indica que el precio actual de las tierras —al cual las han comprado a Endesa, heredera de los derechos de Iberduero— oscila entre los 5.000 euros por hectárea, en el caso de las fincas, y el euro por metro cuadrado en el caso del solar urbano. "Aunque lo que los vecinos están obteniendo no son las casas que tuvieron que abandonar; eso es imposible", apunta. "Lo que reciben son ruinas".

En 2018, el Gobierno de Aragón subvencionó con 60.000 euros al Ayuntamiento de Fiscal —consistorio del que depende administrativamente Jánovas— para la recuperación de los terrenos expropiados. Su Departamento de Vertebración del Territorio también ha concedido 100.000 euros a la Fundación San Miguel en concepto de ayudas para la reurbanización del pueblo.

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"Antes de morir, Paca podría haber visto un Jánovas vivo y activo", comenta a El Confidencial Manuel Larrosa, alcalde de Fiscal. Según explica el regidor, las únicas ayudas que ha recibido su Ayuntamiento provienen de la Diputación Provincial y del ejecutivo regional, y han servido para instalar servicios básicos, como el alumbrado, en el municipio.

Desde el Gobierno de Aragón, exigen inversiones al Ministerio de Medio Ambiente que mejoren la vida en Jánovas

"El Gobierno central impuso a los descendientes de los vecinos de Jánovas plazos muy breves para demostrar que las tierras pertenecían a su familia y comprarlas a Endesa, mientras que las inversiones a las que se compromete el Ministerio de Medio Ambiente son a casi 10 años vista. Deberían invertir cuanto antes para garantizar unos servicios mínimos y así devolver la vida a la zona", indica.

"La expulsión de los vecinos de Jánovas supuso que las tierras hayan estado abandonadas durante décadas, con la consiguiente pérdida de calidad de vida que eso tiene para toda la comarca", sentencia. "Es la batalla de David contra Goliat", comenta.

Inés Torralba, la directora del Instituto Aragonés del Agua, organismo dependiente del Gobierno de Aragón, recalcó esta petición al Ministerio de Medio Ambiente a través de un comunicado difundido tras la concesión de la subvención al consistorio de Fiscal para recuperar los terrenos. "No vamos a cejar en nuestro empeño de actuar dentro del ámbito de nuestras competencias, así como de exigirle al Ministerio que dote presupuestariamente el desarrollo de Jánovas y que permita finalmente cerrar esta herida que tenemos abierta".

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Según explican fuentes del gobierno regional a El Confidencial, la inacción del Ejecutivo central ha provocado que "por primera vez, una comunidad autónoma haya invertido en materia de infrastructuras", sin ser estas de su competencia, mejorando los accesos al municipio.

La memoria de Jánovas

Pero la reconstrucción del pueblo estaría incompleta sin la recuperación de su memoria. Por ello, desde la Fundación San Miguel también se dedican a la recopilación de fotografías y vídeos que ilustren la vida en Jánovas antes y después de la expropiación. Una imagen de varios labradores, una de los alumnos del colegio junto a su profesora o una de la Plaza Mayor forman parte del archivo documental disponible en su web.

'La Ronda de Boltaña' fue un grupo de música aragonés fundado en 1992. En su primer álbum, publicado cuatro años más tarde, incluyen la canción 'Habanera triste', dedicada a la historia del embargo de Jánovas. Sus versos, que se convirtieron en un himno contra la expropiación del pueblo, rezan así: 'Quién me iba a decir a mí / Que soñaba con el mar / Que en un maldito pantano, ay, ay, ay / Mi casa iba a naufragar'.