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Aínsa, la prueba de que los pueblos del Pirineo también son para el verano
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VIAJES DE CERCANÍAS

Aínsa, la prueba de que los pueblos del Pirineo también son para el verano

Es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de España. Por su imponente torre, por sus casas antiguas, por su castillo y por la naturaleza en todo su esplendor que lo rodea. Escápate ya

Foto: Aínsa te permitirá hacer un viaje en el tiempo. (Cortesía Escapada Rural)
Aínsa te permitirá hacer un viaje en el tiempo. (Cortesía Escapada Rural)

Este pueblo es precioso, por su arquitectura, pero también por su paisaje, que es realmente espectacular. Aínsa está allí donde confluyen los ríos Cinca y Ara, en las tierras que miran con asombro el Aneto y la Maladeta, el corazón de los Pirineos. La torre de su iglesia es todo un icono y su plaza apenas tiene igual. Y para colmo, está al ladito de Francia, por si lo que más quieres es viajar.

De Aínsa al cielo

Le robamos el eslogan a Madrid, porque este pueblo pirenaico es punto de partida para visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un paraíso donde habitan el urogallo y la marmota, atravesado de rutas y más rutas esperándote y con historias de aquelarres a su alrededor (más emoción); el Parque Natural Posets-Maladeta, con el Aneto y sus 3.404 metros viéndolo todo, y ya puestos, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara, donde ver (o al menos buscar) al águila real y al quebrantahuesos. Aquí está la primera respuesta a la pregunta de por qué Aínsa, que fue capital del antiguo condado de Sobrarbe, lo es ahora del turismo rural. Está en medio, así para empezar, de una apabullante naturaleza, valle de Benasque incluido.

Qué ver en Aínsa

Y para qué queremos más, si acaso un castillo, que data del siglo XI, de cuando había que defender los territorios cristianos, del que queda poco, pero suficiente (alberga un Ecomuseo), y la magnífica torre que corona su sencilla iglesia y que fue también baluarte (ahí están sus saeteras). Así es el meollo de este pueblo medieval que, por supuestísimo, está declarado conjunto histórico-artístico desde 1965, casi nada. Y sigue atrayendo a los turistas como el que más. El Pirineo tiene mucho que ver.

Un pueblo muy instagrameable

Cuando ya hayas disfrutado como se merece del castillo abierto a la plaza, busca la Casa de Bielsa, fechada entre los siglos XVI o XVII, y fíjate en sus ventanas; también la de Arnal, del XVI, con su portada típica y sus rejas, o la Latorre, actual Museo de Oficios. No dejes de ir a La Morisma, histórico campo de batalla, donde está la Cruz Cubierta, tan fotografíada como la torre, a la que no le falta leyenda (¿o fue historia?), y que es el símbolo de Sobrarbe. Te ilustrarán sobre la vida y milagros de esta zona privilegiada de nuestra geografía. Merodear por sus calles es lo más.

Dónde comer en Aínsa

Nada como practicar el terraceo en la plaza Mayor (si nos deja la ciclogénesis) y abandonarse a los placeres de la buena mesa, esos que tan bien le van al paisaje: vino de la tierra (Somontano) -este es un pueblo con bodegas, las hay hasta caseras- y cordero o ternera a la brasa, sin olvidar las truchas de sus ríos, las setas de sus bosques y las longanizas. Hay restaurantes y bares para elegir: Dos Ríos (hoteldosrios.com/restaurantes), donde te prepararán comida para un picnic, buena idea; Fonda Carrera, en una casa histórica; La Garnacha, típico y en plena calle Mayor; La Carrasca, en toda la plaza, y Callizo (restaurantecallizo.es), cuya cocina definen, atención, como “tecnoemocional de montaña” y con una Callizo Shop; habrá que ir.

placeholder Aquí podrás probar la cocina tecnoemocional de montaña. (Cortesía Restaurante Callizo)
Aquí podrás probar la cocina tecnoemocional de montaña. (Cortesía Restaurante Callizo)

Dónde dormir en Aínsa

Para tener una experiencia cien por cien Aínsa, pirenaica a más no poder, lo mejor es quedarse en el hotel Los Siete Reyes (lossietereyes.com), antigua casa familiar, desde cuyas ventanas se ve el imponente macizo de Monte Perdido y la soberbia plaza medieval de la villa. No sobran los adjetivos.

placeholder El hotel Los Siete Reyes está en plena plaza. (Cortesía)
El hotel Los Siete Reyes está en plena plaza. (Cortesía)

Este pueblo es precioso, por su arquitectura, pero también por su paisaje, que es realmente espectacular. Aínsa está allí donde confluyen los ríos Cinca y Ara, en las tierras que miran con asombro el Aneto y la Maladeta, el corazón de los Pirineos. La torre de su iglesia es todo un icono y su plaza apenas tiene igual. Y para colmo, está al ladito de Francia, por si lo que más quieres es viajar.

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