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El padre de Bernardo Montoya: "Con la de Laura Luelmo, ya suma tres muertes"
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SORPRENDENTE AFIRMACIÓN DE SU PROGENITOR

El padre de Bernardo Montoya: "Con la de Laura Luelmo, ya suma tres muertes"

Durante una conversación telefónica con su cuñado grabada por los agentes, Manuel confirma que el asesino confeso de Laura ha acabado con otras dos vidas más

Foto: Manuel, padre de Bernardo Montoya, autor confeso del asesinato de Laura Luelmo. (EFE)
Manuel, padre de Bernardo Montoya, autor confeso del asesinato de Laura Luelmo. (EFE)

Bernardo Montoya cayó en las manos de la Guardia Civil el pasado 18 de diciembre. Era martes. Mientras le cerraban las esposas, trató de justificarse a la desesperada: "Me fui porque me da miedo. Me van a echar las culpas, yo de verdad, por favor, sáquenme las pruebas. Yo no he sido. Claro que soy sospechoso, claro, pero yo no he sido. Ahora me iba a entregar. Lo estaba hablando por teléfono, seguro que lo habéis escuchado". El día anterior, lunes 17, un vecino había encontrado sin vida el cuerpo de Laura Luelmo en mitad del campo.

Foto: Jóvenes del instituto de la localidad onubense de Zalamea la Real colocan carteles realizados por ellos mismos en repulsa por la muerte de la joven zamorana Laura Luelmo. (EFE)

Los investigadores de la UCO le tenían en el punto de mira desde las primeras horas de la desaparición de la joven. Los testimonios recabados, los primeros indicios y los antecedentes penales de Bernardo lo habían convertido en el principal sospechoso. Uno de ellos, concretamente. Había asesinado en diciembre de 1995 a una mujer. Ella tenía 82 años. Le sorprendió en su casa de Cortegana intentando robar. Él le clavó un cuchillo en el cuello y huyó. La mujer sobrevivió a la agresión y denunció. Pero Bernardo Montoya quiso acallarla, que no testificara contra él. Volvió a colarse en su casa y la acuchilló brutalmente. Lo condenaron a 17 años de cárcel. En 2008 durante un permiso penitenciario, asaltó a una joven de 27 años que iba paseando con su perro por un parque de El Campillo. El animal se abalanzó sobre él para defender a su dueña y él sacó un cuchillo y lo mató de una puñalada. La joven logró huir.

Con estos antecedentes, a la Guardia Civil le sobrecogió el contenido de una conversación telefónica que un agente escuchó horas después de la detención de Bernardo Montoya. A eso de la nueve de la noche, Manuel, el padre de Bernardo, charla con su cuñado Alfredo. Manuel afirma que su hijo está como un "cencerro" y que "si lo ha hecho, que lo pague". Lo llamativo llega cuando afirma: "Son ya tres muertes las que tiene Bernardo ocasionadas". Entonces, una mujer que está en la cocina trasteando, interrumpe la conversación y afirma: "No, no. ¡Son cuatro ya contando el pinchazo del perro!". Alfredo entonces interrumpe la conversación: "Oye, mejor no hablemos por teléfono que quizá nos estén escuchando. Nos vemos el sábado".

placeholder Agentes de la Guardia Civil, durante el registro de la casa de Bernardo Montoya. (EFE)
Agentes de la Guardia Civil, durante el registro de la casa de Bernardo Montoya. (EFE)

¿Quién es la tercera persona a la que, según esta conversación, ha matado Bernardo?

Los agentes de la UCO empezaron a analizar la información de asesinatos sin resolver y ventanas de libertad de Montoya. El trabajo ha sido exhaustivo y en principio la conclusión es que no, que Bernardo Montoya no tiene una muerte oculta. Sin embargo, los que le conocen afirman que es capaz de eso y mucho más.

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Bernardo Montoya cayó en las manos de la Guardia Civil el pasado 18 de diciembre. Era martes. Mientras le cerraban las esposas, trató de justificarse a la desesperada: "Me fui porque me da miedo. Me van a echar las culpas, yo de verdad, por favor, sáquenme las pruebas. Yo no he sido. Claro que soy sospechoso, claro, pero yo no he sido. Ahora me iba a entregar. Lo estaba hablando por teléfono, seguro que lo habéis escuchado". El día anterior, lunes 17, un vecino había encontrado sin vida el cuerpo de Laura Luelmo en mitad del campo.

Laura Luelmo Guardia Civil UCO
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