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BBVA investigó al rey Juan Carlos: su visita clave a una finca de Abelló en Toledo
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habría apoyado la ofensiva de sacyr

BBVA investigó al rey Juan Carlos: su visita clave a una finca de Abelló en Toledo

El comisario indagó en el papel que jugó el monarca, a través de su amigo Juan Abelló, en la ofensiva que lanzaron el PSOE y Sacyr para desalojar a Francisco González de la presidencia del banco

Foto: Juan Carlos I y Francisco González (d). (Imagen: Enrique Villarino)
Juan Carlos I y Francisco González (d). (Imagen: Enrique Villarino)

El BBVA de Francisco González utilizó al comisario Villarejo para investigar la implicación de Juan Carlos I en la ofensiva que lanzaron el PSOE y Sacyr en noviembre de 2004 para tomar el control del banco, ante la sospecha de que el monarca estaba jugando un papel decisivo, sobre todo, en los primeros pasos de esa maniobra. Según consta en documentos de la llamada operación Trampa, el macrodispositivo de espionaje que ordenó González para desactivar la entrada de la constructora en su consejo de administración y conservar así su puesto de presidente, Villarejo incluyó al Rey emérito entre los blancos principales de esas averiguaciones y lo mencionó también en los informes secretos de situación que entregó posteriormente al banco.

El papel clave es un folio con fecha del 5 de diciembre de 2004, es decir, solo unos días después de que Sacyr anunciara oficialmente su intención de desembarcar en BBVA y de que el jefe de seguridad del banco, Julio Corrochano, contactara con Villarejo para preparar un contraataque. Debajo de la fecha y la palabra 'objetivos', el comisario escribió el nombre de Juan Carlos de Borbón en medio de una larga lista de nombres que integraban el supuesto Grupo Hostil, el núcleo de empresarios, políticos y periodistas que a juicio de González estaban conspirando para forzar su salida de la entidad.

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El documento, al que ha tenido acceso El Confidencial en una investigación conjunta con 'Moncloa.com', revela que además del Rey también fueron blanco de sus averiguaciones el expresidente Felipe González; su histórico fontanero, Julio Feo; el inversor venezolano Gustavo Cisneros; el entonces gobernador del Banco de España, Jaime Caruana; el expresidente del banco antes de su fusión con Argentaria, Emilio Ybarra; el ya fallecido presidente del Grupo Prisa Jesús de Polanco, y el presidente del principal competidor de BBVA —y también ya desaparecido— Emilio Botín, en aquel momento presidente del Banco Santander.

Completaban la lista de objetivos los rostros más conocidos de la ofensiva de asalto al banco: el entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, el industrial Juan Abelló y el jefe de la Oficina Económica de Moncloa en esa época, Miguel Sebastián. Sobre estos últimos se habría centrado la estrategia de BBVA y Villarejo de búsqueda de “aspectos negativos” y difusión de “bulos” y “rumores” para intentar provocar su “desestabilización” y forzarles a desistir del plan que habían puesto en marcha para que la constructora controlara el banco.

Juan Carlos I habría prestado inicialmente su apoyo a esa operación a través de su íntimo amigo Abelló. Sin embargo, al saber que este estaba utilizando su nombre, el monarca decidió dar un paso atrás, según recogió Villarejo en uno de los primeros infomes de la operación Trampa. En concreto, el comisario aseguró que, antes de que se hiciera público el interés de Sacyr, “GON [nombre en clave de Felipe González] pidió que fuera [Carlos] Solchaga quien sustituyera a FG [Francisco González]”. “Esta era la garantía que ponía para que el beneficio del BBVA se lo repartieran todos 'equitativamente”, informó Villarejo. “Solchaga, que durante el mes de noviembre se encuentra de viaje por Sudamérica, recibió la noticia sobre la solicitud de GON, hace exactamente 10 días, mientras sobrevolaba en helicóptero una propiedad en Cuba donde tienen previsto un importante proyecto turístico [sic]”, continuó el informe.

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Según el comisario, González no estaba del todo convencido de la operación. Desveló los motivos en otro párrafo del mismo documento, al que ha tenido acceso este diario. “Los recelos de GON se los había transmitido el propio SM [Su Majestad, Juan Carlos I], quien se sintió utilizado por AVE [Juan Abelló], ya que había asistido a un encuentro de varias personas en la finca que el empresario tiene en Toledo y su mera presencia había sido utilizada por el anfitrión para que los demás dieran por supuesto que contaba con todos los apoyos políticos”.

Villarejo reconstruyó para BBVA cómo fue la escena que supuestamente desató las dudas del Rey emérito. “SM, como es habitual en dichos encuentros, suele retirarse temprano a una habitación de la finca que AVE le tiene reservada en exclusiva. En dicha estancia, hay un precioso trampantojo que discretamente oculta una puerta por la que se puede acceder a otras habitaciones. La mala suerte hizo que a la reunión asistiera una persona que tiene una alta confianza con SM y por tanto no tuviera reparos a preguntarle a la mañana siguiente, coincidiendo con el desayuno, si estaba al corriente de los planes que la noche anterior había expuesto AVE. Explicaciones precipitadas y excusas no convencieron a SM, que transmitió sus sospechas y reparos a GON”.

La crisis en el Grupo Hostil habría aumentado posteriormente cuando la ofensiva de Sacyr saltó a los medios. “Después vino todo el proceso hecho público y aunque aún no lo han declarado públicamente, necesitarán un mínimo de tiempo para recomponer la maltrecha imagen que por su precipitación han proyectado”, concluyó Villarejo en su informe para el banco de Francisco González. Otros apoyos habrían caído en cascada tras la retirada del monarca. Por ejemplo, el de Emilio Botín, que según el agente encubierto también movió los hilos de los primeros pasos del asalto.

Este se frustró finalmente en febrero de 2004, tras extenderse la sensación de que la maniobra de Sacyr estaba siendo teledirigida desde la sombra por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y no lograr la constructora que el Banco de España apoyara explícitamente su entrada en el consejo de la entidad.

El BBVA de Francisco González utilizó al comisario Villarejo para investigar la implicación de Juan Carlos I en la ofensiva que lanzaron el PSOE y Sacyr en noviembre de 2004 para tomar el control del banco, ante la sospecha de que el monarca estaba jugando un papel decisivo, sobre todo, en los primeros pasos de esa maniobra. Según consta en documentos de la llamada operación Trampa, el macrodispositivo de espionaje que ordenó González para desactivar la entrada de la constructora en su consejo de administración y conservar así su puesto de presidente, Villarejo incluyó al Rey emérito entre los blancos principales de esas averiguaciones y lo mencionó también en los informes secretos de situación que entregó posteriormente al banco.

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