Española, trabajadora y a manos de su pareja: el perfil de la mujer asesinada
Un informe del Gabinete de Estudios del Ministerio del Interior dibuja por primera vez los rasgos de las mujeres víctimas de un homicidio
El caso de la violación y el asesinato cometidos presuntamente por el expresidiario Bernardo Montoya sobre la profesora Laura Luelmo en El Campillo (Huelva) tiene gran parte de los elementos tipo que caracterizan esta clase de crímenes sobre mujeres en España. Así se desprende del primer Informe sobre el homicidio publicado por el Gabinete de Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, que analiza las circunstancias que rodearon a las 661 víctimas que perecieron en el país entre 2010 y 2012 como consecuencia de la actuación de un verdugo.
Luelmo, en concreto, era española, trabajadora y mujer, tres de los elementos que conforman el perfil de las féminas asesinadas en España y que vienen reflejados en el mencionado estudio, que por primera vez aborda el perfil de los homicidas y de sus víctimas. El informe concluye que la mayor parte de los asesinados fueron hombres. En concreto, hubo 406 varones que perdieron la vida (un 61% del total) por 254 mujeres (a un bebé no llegó a registrarse el sexo en las diligencias policiales). La mayoría de las víctimas, además, tenía algún tipo de relación con sus asesinos. Exactamente el 75% mantenía una vinculación previa al homicidio, una característica que no cumplía el caso de Luelmo, asesinada por un desconocido.
Los primeros murieron más a manos de conocidos o vecinos mientras las segundas fueron mayoritariamente víctimas de sus parejas, cónyuges o exparejas. Específicamente, 213 de los 537 hombres fueron asesinados por una persona cercana que no era su pareja, que en 197 casos era un hombre y en 16 una mujer. Tan solo 22 perecieron por la acción de sus parejas, cónyuges o exparejas, que en 17 casos fueron féminas y en 5 varones.
En el caso de las víctimas mujeres, la figura del hombre verdugo que es o ha sido su pareja es mucho más acusada. Solo 26 chicas perdieron la vida a manos de conocidos o vecinos por las 117 que perecieron por la acción de su pareja, cónyuge o expareja varón. Tan solo una mujer mató a su pareja también mujer en el mismo periodo. Por otro lado, 17 señoras asesinaron a su novio, marido o exmarido.
Según el mismo estudio, las víctimas de un homicidio en España (en el periodo analizado) tenían una media de 40 años en el caso de los hombres y de 45 en el de las mujeres. La mayoría de los varones fallecidos eran españoles (280), marroquíes (20), rumanos (13) y ecuatorianos (12). Las mujeres asesinadas, por su parte, eran mayormente españolas (183), ecuatorianas (11), marroquíes (8) y bolivianas (6). Las víctimas extranjeras morían más a manos de las organizaciones criminales, ligadas sobre todo al mundo de la prostitución.
El informe dedica un capítulo especial a la mujer como víctima del homicidio, un colectivo que representa el 38,5% del total de asesinados entre 2010 y 2012, en el que predominan las españolas (73,5%), que tiene una media de 45 años, cuenta con un 8% de menores, un 74% de ocupadas y pierde la vida fundamentalmente en el ámbito doméstico. En concreto, sobre esto último, el estudio describe que el 88% de las víctimas mortales femeninas murieron a manos de un autor conocido, principalmente su pareja o expareja (51%) y otros familiares (22%). Concluye también que las mujeres extranjeras asesinadas son "significativamente más jóvenes (38,8 años)" que las españolas (46,7), que destacan en las franjas de menores de edad y mayores de 64 años, entre las que tampoco estaba Luelmo, que rompe también en este aspecto el prototipo.
"El dato de que la mitad de las mujeres que son asesinadas en España lo sean por sus parejas o exparejas es tan preocupante que desde la Secretaría de Estado de Seguridad se viene coordinando una investigación científica para la revisión pormenorizada y sobre el terreno de ese tipo de casos con finalidad preventiva", destaca el estudio, que añade que los resultados de estos trabajos serán expuestos en los próximos meses. El mismo Informe sobre el homicidio en España tiene también finalidad preventiva, ya que se trata de la primera obra que aborda el perfil de homicidas y víctimas con objeto de tratar de detectar tanto a unas como a otras en el futuro.
El mismo informe que analiza los homicidios entre 2010 y 2012 aborda asimismo la especificidad de los delitos contra la libertad sexual, dado que "suelen tener a mujeres como víctimas y a hombres como autores". Se trata de delitos, por lo tanto, que "tienen un componente de desigualdad de género". "Los casos en los que se agrede sexualmente a una víctima y se acaba con su vida preocupan a la sociedad en general por el carácter instrumental del homicidio", motivo por el que el estudio presta especial atención a este tipo de asesinatos con componentes sexuales. En el periodo estudiado, en concreto, hubo 25 casos de este tipo, con 27 víctimas y 29 autores.
Las víctimas tenían una edad media de 37 años, eran mujeres en el 56% de los casos y mayoritariamente extranjeras (56%). Los agresores y asesinos, por su parte, tenían 33 años de media, eran fundamentalmente hombres (solo cuatro fueron mujeres homicidas) y españoles (59%). "Tanto en los casos de agresión sexual como en los que presentan componentes sexuales, autor y víctima se conocían", destaca el estudio. "Solo en los casos de homicidio en el ámbito de la prostitución, víctima y autor eran desconocidos", añade el informe, que también aborda el tipo de arma utilizada para la comisión del crimen. En la mayoría de casos, apunta, fueron armas blancas las que acabaron con la vida de la víctima (63,6%), seguidas de la fuerza o cuerpo del agresor (13,6%) y la asfixia (9,1%). El empleo de armas de fuego, que en términos generales es la segunda herramienta más usada, en estos delitos con en el 4,5% de los casos.
Luelmo por lo tanto presenta algunas de las características, no todas, del perfil de la mujer víctima de homicidio, según el mencionado informe, que pretende servir para dibujar tanto las características de las personas que pueden convertirse en asesinadas como el de las que pueden llegar a ser asesinos, una línea de investigación pionera que algunos académicos ya han abordado en España para el caso de los pirómanos y otro tipo de delincuentes.
El caso de la violación y el asesinato cometidos presuntamente por el expresidiario Bernardo Montoya sobre la profesora Laura Luelmo en El Campillo (Huelva) tiene gran parte de los elementos tipo que caracterizan esta clase de crímenes sobre mujeres en España. Así se desprende del primer Informe sobre el homicidio publicado por el Gabinete de Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, que analiza las circunstancias que rodearon a las 661 víctimas que perecieron en el país entre 2010 y 2012 como consecuencia de la actuación de un verdugo.
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