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Los 'tránsfugas' que se unen a VOX: "El PP ha comprado la ideología de Zapatero"
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Los 'tránsfugas' que se unen a VOX: "El PP ha comprado la ideología de Zapatero"

La formación conservadora consigue un goteo de incorporaciones de antiguos cargos del PP, emerge en las encuestas y lanza su afiliación, que ya supera las 11.000 personas

Foto: Santiago Abascal y José Antonio Morales, en una rueda de prensa el pasado mes de septiembre. (Vox)
Santiago Abascal y José Antonio Morales, en una rueda de prensa el pasado mes de septiembre. (Vox)

En Vox, la formación que fundó en diciembre de 2013 Santiago Abascal, se estila el verbo directo, sin retórica, "las verdades del barquero". El partido más a la derecha del espectro político español (sin incurrir en la marginalidad) ha elegido el desparpajo como forma de comunicación. La falta de complejos. Y está creciendo día a día, según certificaban los últimos datos del CIS, y según sus propias cifras de afiliados: han pasado de 1.400 a 11.040 en cinco años. "¡Pero de verdad, no como los del PP, estos pagan su cuota y se financian sus autobuses y sus actos!", apostilla Javier Ortega, su secretario general. El acto de Vistalegre ayer es la última demostración de una reciente y creciente fuerza que se ha ido mostrando, entre otras cosas, en un goteo constante de trasvases de viejos cargos del PP a la trinchera de Abascal: "Se ha perdido el miedo, la gente ya no se cree que solo hay dos opciones, o el PP o el terror de la coleta morada", sentencia Javier Ortega.

La defensa de la familia tradicional, la memoria histórica y la unidad de España conforman la santísima trinidad en que se fundamenta este trasvase.

"El PSOE tiene las manos manchadas de sangre, si no llega a ser por ellos no habría habido Guerra Civil, ni Franco ni nada. Fueron ellos los culpables", sentencia Juan Antonio Morales. Este hombre no es un cualquiera. Diputado en la junta extremeña y portavoz del PP en ese parlamento, fue nombrado caballero de honor por la Fundación Francisco Franco en 2016. Ahora está en Vox, donde desembarcó recientemente junto al alcalde de Guadiana del Caudillo, Antonio Pozo, que ha declinado hablar con este diario.

En estos dos casos, la deserción de los populares se basa en su abandono "del debate ideológico para convertirse en cómplices del cambio de calles, nombres y quitar cruces de los caídos". Morales califica al PP de "centro izquierda" y reivindica el espacio de una "derecha social" que él augura que bajo la marca Vox ganará en Extremadura: "En nuestros actos en Badajoz, ahora no cabe un alfiler".

"No somos de pacotilla, como el PP"

"Se están cambiando porque se han dado cuenta de que estaban en el traje equivocado", sentencia Ortega. "las razones de estos movimientos son muy diversas, pero con nosotros se sienten muy satisfechos porque somos de verdad, no de pacotilla, como el PP". A Ortega lo de definirse muy derechas no le convence demasiado. Prefiere hablar de España, de familia tradicional (no necesariamente cristiana, precisa, "no somos confesionales") y de que el PP ha estado engañando a una buena base de sus votantes "durante los últimos siete años". También menciona la corrupción, claro. Y el discurso de Pablo Casado haciendo visibles guiños a su electorado más conservador lo considera "una mala copia de Vox" que llega demasiado tarde y "no es creíble".

La familia tradicional. En ese punto le gusta detenerse a Vicente Robisco, alcalde de Navares de las Cuevas y fichaje desde mayo pasado. "Es una cuestión de conciencia, de mis valores cristianos", precisa este hombre, que asegura que en el PP no se sentía respaldado en estos asuntos. "Lo que colmó el vaso fue lo de la doctrina LTGBI por parte de la Comunidad de Madrid. ¡Eso es un atentado contra la libertad!".

Vox pone en el centro la unidad de España y en el PP se han acomplejado y no han sido de derechas de verdad

Tampoco la condescendencia con las leyes del aborto le tenía muy contento: "Choca con mi conciencia"."El PP compró la ideología de Zapatero en temas como la familia", coincide Juan Alonso, que fuera alcalde de Rueda. "La derecha se creyó lo de la superioridad moral de la izquierda", subraya este veterano político, que se afilió con los populares en 1999 y ha sido diputado provincial en Valladolid.

"Vox no es una veleta y lo importante es lo que defiende", subraya Alonso, que cree que "el tema de Cataluña es otro punto muy importante de desacuerdo con el PP". También "por lo de la enseñanza de otras lenguas en las comunidades autónomas", desliza este hombre que cree que Vox "arranca con mucha fuerza y mucha ilusión porque pone en el centro la unidad de España" y achaca a sus viejos compañeros "que se han acomplejado y no han sido de derechas de verdad".

El poder corrompe

"El PP se estaba socialistizando", coincide Beatriz Tejero, aunque su caso es un poco más complejo. Esta mujer fue líder de los populares en Leganés, pero tuvo problemas con la dirección regional del partido. Ella dice que por denunciar irregularidades en el ayuntamiento. También dice que no le hicieron ni caso. Y la apartaron. Ella y otros muchos se marcharon del partido entonces, algunos a Vox. Pero además de estas rencillas por el poder, Tejero también se apunta al tema de "la familia, que estaba cambiando mucho en los últimos tiempos". También a la corrupción: "Tanto tiempo en el poder hace que pasen esas cosas, en el PP hay mucha gente que vive del partido".

Javier Ortega, que tiene un punto hiperactivo y está en plena preparación del acto en Vistalegre, cree que Vox ha conseguido romper con esa invisible barrera que les impedía obtener representación en las elecciones gracias "a que se ha perdido el miedo al voto útil". En su opinión, la formación que fundó Santiago Abascal se enfrenta a "tres mantras que siempre se repiten". Y los desgrana. El primero es que "dicen que si votas Vox estás tirando tu voto a la basura. Pero es justo lo contrario: no hay nada más inútil que votar a alguien que no va a defender lo que tú crees". Pero eso "ya lo tenemos superado: todas las encuestas nos dan representación".

El segundo es "el del miedo". Esto consiste, según Ortega, en que el PP se escudaba en que eran "o ellos y el caos, pero eso ya no cuela después de que Sánchez esté gobernando con Bildu y los separatistas catalanes". El tercero, y este no tiene tan claro que lo hayan superado, es "el de la división". "Te dicen que con esos votos nosotros sacamos cuatro o cinco que no sirven para nada y ellos con esos mismos votos sacarían 13 que darían mayoría", explica. Pero este tercer mantra, subraya, se combate explicando que "la lista de cosas en las que no coincidimos con el PP es interminable".

"No solo se ha pasado gente y cargos públicos del PP, también de Ciudadanos", comenta Ortega. "Han hecho un análisis de sus valores y se han dado cuenta de que están en clara confrontación con lo que hacen esos partidos". A ese grupo, al de antiguos miembros de Ciudadanos, pertenece Salud Anguita, por ejemplo, edil del Ayuntamiento de Jaén.

En Vox, la formación que fundó en diciembre de 2013 Santiago Abascal, se estila el verbo directo, sin retórica, "las verdades del barquero". El partido más a la derecha del espectro político español (sin incurrir en la marginalidad) ha elegido el desparpajo como forma de comunicación. La falta de complejos. Y está creciendo día a día, según certificaban los últimos datos del CIS, y según sus propias cifras de afiliados: han pasado de 1.400 a 11.040 en cinco años. "¡Pero de verdad, no como los del PP, estos pagan su cuota y se financian sus autobuses y sus actos!", apostilla Javier Ortega, su secretario general. El acto de Vistalegre ayer es la última demostración de una reciente y creciente fuerza que se ha ido mostrando, entre otras cosas, en un goteo constante de trasvases de viejos cargos del PP a la trinchera de Abascal: "Se ha perdido el miedo, la gente ya no se cree que solo hay dos opciones, o el PP o el terror de la coleta morada", sentencia Javier Ortega.

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