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El preso fugado de El Dueso huyó con su novia desde Tánger oculto en una furgoneta
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los 15 días de huida de Fernández Bueno

El preso fugado de El Dueso huyó con su novia desde Tánger oculto en una furgoneta

Fue detenido cuando cruzaba la frontera entre Senegal y Gambia con su novia. Está condenado a 36 años de cárcel por violar a dos mujeres y matar a una de ellas

Foto: El asesino violador fugado de prisión Guillermo Fernández Bueno. (EFE)
El asesino violador fugado de prisión Guillermo Fernández Bueno. (EFE)

Para encontrar a Guillermo Fernández Bueno, el preso fugado de la cárcel cántabra de El Dueso, la Policía Nacional tuvo que seguir el rastro de su novia Elena, una educadora social con la que mantenía una relación desde que se conocieron en la cárcel de Cantabria en 2009. Después de que Fernández no volviera a prisión el pasado 22 de julio tras un permiso de una semana, agentes de la Jefatura Superior de Cantabria se presentaron en la casa de Elena en busca del reo, pero para entonces ya no quedaba nadie en el domicilio. "Esa fue la primera pista: al no aparecer ella, pensamos que podían estar juntos", explica a este diario el comisario Marcos Frías, jefe de la Brigada Central de Crimen Organizado.

A partir de ese momento, los investigadores pasaron a trabajar con dos nombres: el del fugitivo, condenado en 2002 a 36 años de cárcel por violar a dos mujeres y matar a una de ellas, y el de su pareja. "Cuando empezamos a buscarles, llevábamos un retraso importante, porque ellos el mismo día 15 cogen las cosas y emprenden la marcha hacia el sur", explica Frías, que se hizo cargo de la investigación a partir del día 24. De todos modos, los fugitivos cometieron un error al poco de comenzar su huida, dejando así un rastro que permitió a los agentes seguir sus pasos hasta el puerto de Algeciras: "Al ponernos a trabajar, nos salta que ella ha cruzado la frontera con su vehículo el día 17, pasando en ferri a Tánger".

Aunque en los registros de la frontera no quedó constancia del paso de Fernández Bueno, los policías descubrieron que Elena viajaba con un acompañante, lo que les llevó a sospechar que el fugitivo podía estar moviéndose con documentación que no se correspondía con su identidad. Una vez centrada la búsqueda en Tánger, la operación intentó dar con su escondite, pero a día de hoy siguen sin saber con exactitud lo que ambos sospechosos hicieron durante esta primera semana. "Pensamos que durante su estancia de cinco o seis días en Marruecos estuvieron buscando algún tipo de apoyo o sostén logístico que les echara una mano, pero o bien no lo encontraron o bien no se les dio, porque emprendieron de nuevo el viaje y cruzaron a Mauritania".

Al igual que con la frontera entre España y Marruecos, los policías recibieron entonces un nuevo aviso sobre el paradero de Elena, quien para entonces ya parecía estar viajando sola. "En todos los países que fueron cruzando después de Marruecos él no mostró la documentación porque parece que estaba escondido en la furgoneta, que probablemente estuviera acondicionada para ello", comenta en este sentido Frías. Según explica, para entonces ya habían movilizado "todos sus recursos" en el extranjero, por lo que "un equipo conjunto de investigación que trabaja temas de fronteras y yihadismo" detectó la llegada de Elena a Mauritania el día 26. "Nosotros lo que hicimos fue trazar un plan para adelantarnos y recortar esos cinco o seis días que nos llevaban de ventaja: vemos cuáles son los siguientes movimientos que pueden realizar y nos ponemos en contacto con todas las policías de los países limítrofes, como Senegal, Gambia, Guinea-Bisáu, Malí...".

De esta manera, los agentes terminaron por atrapar a los sospechosos cuando cruzaban este lunes la frontera entre Senegal y Gambia, quedando ambos por el momento detenidos en Dakar. "En el caso de él, al estar notificado a la Interpol, se inicia el proceso de extradición: desde que se le tome declaración se le comunicará que hay una extradición pendiente con España y el podrá consentir, que entonces los plazos son mínimos, o si no consiente se inicia un proceso judicial para determinar cuáles son las pruebas y en qué momento se le puede retornar", comenta Frías. La situación de Elena, sin embargo, es distinta, ya que no existe una orden de búsqueda y captura contra ella. "Está a la espera de que se le tome declaración y en función de lo que manifieste se procederá, pero es muy complicado, porque si efectivamente hay una relación sentimental, no tiene ninguna pena por encubrir ni por actuar en complicidad con él. Lo normal es que quede en libertad, pero habrá que ver".

Para encontrar a Guillermo Fernández Bueno, el preso fugado de la cárcel cántabra de El Dueso, la Policía Nacional tuvo que seguir el rastro de su novia Elena, una educadora social con la que mantenía una relación desde que se conocieron en la cárcel de Cantabria en 2009. Después de que Fernández no volviera a prisión el pasado 22 de julio tras un permiso de una semana, agentes de la Jefatura Superior de Cantabria se presentaron en la casa de Elena en busca del reo, pero para entonces ya no quedaba nadie en el domicilio. "Esa fue la primera pista: al no aparecer ella, pensamos que podían estar juntos", explica a este diario el comisario Marcos Frías, jefe de la Brigada Central de Crimen Organizado.

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