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La crisis migratoria evidencia el giro del PP a la derecha y la instalación de Cs en el centro
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debate político e ideológico desde ceuta

La crisis migratoria evidencia el giro del PP a la derecha y la instalación de Cs en el centro

El debate político empieza a hacer mella, sobre todo en el centro derecha. En Ciudadanos ven ya un "giro populista" en Casado, que sigue defendiendo su postura pese a la polémica

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, acompañado de miembros de la Guardia Civil, durante su visita a la valla de Ceuta. (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, acompañado de miembros de la Guardia Civil, durante su visita a la valla de Ceuta. (EFE)

El salto masivo a la valla de Ceuta, sumado a la creciente llegada de pateras en las últimas semanas, ha convertido la crisis migratoria en la primera urgencia de la agenda política y social. No solo para el Gobierno de Pedro Sánchez, que reclama "sentido de Estado" al resto de partidos, sino para la propia oposición, que ya ha empezado a construirse una agenda propia con visitas e iniciativas concretas en torno al conflicto. Eso sí, cada uno lo hace a su manera y el entendimiento brilla por su ausencia excepto en una cosa: recordar a la Unión Europea que las fronteras no son solo españolas, sino del espacio común.

En un plano estrictamente político, el debate sobre las políticas migratorias empieza a hacer mella, sobre todo en el centro derecha, cuyos actores han tomado posiciones marcando distancias más que evidentes. Sobre todo, tras las declaraciones de Pablo Casado, que hace dos días afirmó ante los medios de comunicación la imposibilidad de que España pueda absorber a "millones de africanos que buscan un futuro mejor en Europa". Unas palabras que no solo ha criticado la izquierda, incluido el Ejecutivo de Sánchez tildándolo de "alarmista", sino también el partido de Albert Rivera, que reconoce el riesgo creciente del populismo en el tablero político si continúa el vacío legal en la regulación.

Precisamente, el líder de Ciudadanos acudió en un viaje improvisado al perímetro fronterizo con Marruecos este lunes, el mismo por el que el pasado jueves 602 subsaharianos accedían a la ciudad autónoma de forma irregular. El líder naranja no dudó en reconocer que "existe un problema que es la inmigración irregular", advirtiendo de que "no hablar claro y no verlo así" puede provocar que los populistas "saquen tajada". Aunque Rivera no quiso referirse a las afirmaciones de Casado directamente, no dudó en asegurar que en su partido no quieren que España "acabe como Italia, con populistas en el Gobierno", y lanzó un guante a "los partidos moderados y democráticos" que quieran regular la inmigración y controlar aquella que sea irregular.

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, durante el acto en Ávila. (EFE)

Fuentes de la formación centrista reconocen que su partido marcará distancias con el PP de Casado que, a su juicio, experimenta ya un "giro hacia la derecha populista". La postura de la formación naranja pasa por "regular y controlar" los flujos migratorios, entendiendo que es necesario, eso sí, "que un país próspero pueda recibir gente con normalidad, que trabajen y coticen", pero sin que se deje de cumplir la ley y arropando a las fuerzas de seguridad.

El equipo de Rivera apuesta por esta línea frente a lo que entiende como la "irresponsabilidad" de los populares y el "buenismo" de Sánchez que, a su juicio, sí habría provocado un "efecto llamada", en clara alusión a la gestión del Aquarius. El líder de Ciudadanos aseguró durante su visita a Ceuta que pedirá en el Congreso un refuerzo real en los recursos, medios y tecnologías para los agentes de la Policía y Guardia Civil competentes.

Precisamente fue Pablo Casado el que abrió en canal el debate el pasado domingo en Ávila. No solo insistió en que "no es posible que España absorba millones de africanos" que vienen en busca de un futuro mejor en Europa. También reconoció su creencia de que "los españoles buscan un partido que diga claramente que no es posible papeles para todos" y ahí enmarcó al nuevo PP que él dirige. Este lunes, su número dos, el diputado murciano Teodoro García Egea, ratificaba las palabras de su presidente, asegurando que "no se excedió, en absoluto" e insistiendo, eso sí, en que la inmigración "debe ser legal, ordenada y vinculada al mercado de trabajo". Este miércoles viajará a Ceuta el presidente del PP, como ya anunció el pasado domingo antes de que Rivera anunciara la decisión de acudir a la frontera.

placeholder Cientos de subsaharianos logran acceder a Ceuta tras un salto masivo a la valla fronteriza. (EFE)
Cientos de subsaharianos logran acceder a Ceuta tras un salto masivo a la valla fronteriza. (EFE)

Lo que parece evidente es que la crisis migratoria ha abierto un filón de batalla política e ideológica, especialmente en la lucha por el centro derecha. Fuentes de Ciudadanos reconocen que las líneas marcadas hasta ahora por Casado y la nueva dirección del PP ahondan en diferencias sustanciales entre ambas formaciones y podrían alejar el espacio compartido por PP y Cs. Esa será una de las nuevas tácticas del partido de Rivera con los conservadores, haciendo hincapié en que los populares se van acercando a uno de los extremos de la mano de su nuevo líder. De ahí que Rivera reconociera que no quiere ver España, "como Italia, con populistas en el Gobierno" —siendo el más conocido el vicepresidente, Matteo Salvini, responsable del cierre de las fronteras italianas para evitar la llegada de inmigrantes—. La guerra por hacerse con el espacio de centro derecha está más viva que nunca a escasos meses de las primeras contiendas electorales.

El salto masivo a la valla de Ceuta, sumado a la creciente llegada de pateras en las últimas semanas, ha convertido la crisis migratoria en la primera urgencia de la agenda política y social. No solo para el Gobierno de Pedro Sánchez, que reclama "sentido de Estado" al resto de partidos, sino para la propia oposición, que ya ha empezado a construirse una agenda propia con visitas e iniciativas concretas en torno al conflicto. Eso sí, cada uno lo hace a su manera y el entendimiento brilla por su ausencia excepto en una cosa: recordar a la Unión Europea que las fronteras no son solo españolas, sino del espacio común.

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