Pasaportes por 600 €: la red de falsificadores que logró infiltrarse en la embajada de Ghana

Pasaportes por 600 euros, permisos de residencia por 300 y exámenes de conducir por 2.000. Esas eran las tarifas de una organización criminal dedicada a falsificar documentos, una red que fue desarticulada este miércoles tras la detención de 46 personas en 11 ciudades. Según informan a El Confidencial fuentes de la Policía Nacional, cuerpo que se ha hecho cargo de la operación junto a los Mossos d'Esquadra, los tentáculos de la trama llegaban hasta la embajada de Ghana, donde dos de sus trabajadores se encargaban de facilitarles todo tipo de documentos.

Al frente de la organización se encontraba un ciudadano ghanés al que los agentes seguían los pasos desde hace años. "Tiene antecedentes por estafa, falsificación y tráfico de drogas", explican las fuentes consultadas. Asimismo, el hombre contaba con un nigeriano como lugarteniente que destaca en el mundo delictivo por su habilidad para realizar falsificaciones. "Se le ha detenido otras veces por falsificación de documentos y por falsificación de monedas. En comparación con otras falsificaciones, sus trabajos son bastante buenos, y además era muy precavido en sus movimientos, lo que dificultaba la vigilancia", reconocen desde la Policía Nacional.

Por debajo de ambos, la organización estaba formada por decenas de personas cuya función consistía en ofrecer a la comunidad ghanesa todo tipo de falsificaciones en distintos puntos de España, así como transportar los mismos de un lugar a otro. Para ello, la red llegó a infiltrarse en la embajada de Ghana en Madrid, institución desde la que dos trabajadores "sin pasaporte diplomático" les proporcionaban los documentos que no conseguían adquirir en el mercado negro. El Confidencial se ha puesto en contacto con el cuerpo diplomático de este país antes de publicar la noticia, pero por el momento no ha obtenido respuesta alguna por su parte. Ambos trabajadores también fueron detenidos en la operación de este miércoles.

El detonante: un examen de conducir

El comienzo de la investigación se remonta a finales de 2016, cuando los mossos d'esquadra se presentaron en un examen teórico de conducir en la Jefatura Provincial de Tráfico de Tarragona. Los agentes se fijaron entonces en un hombre de origen ghanés cuya tarjeta de identidad de extranjero despertó sus sospechas, y es que se trataba de un documento que en realidad pertenecía a otro ciudadano de dicho país. Tras investigar el caso, la policía descubrió una trama que, a cambio de 2.000 euros, mandaba a una persona al examen haciéndose pasar por el cliente, para lo que se presentaba con una tarjeta falsificada o, si tenían rasgos similares, con la del propio aspirante. "Principalmente, los clientes eran personas que necesitaban adquirir el carné rápidamente, que no hablaban el idioma o que no querían estudiar", explica la Policía Nacional en un comunicado.

Una vez descubierta la trama, la policía siguió los pasos de los miembros que la formaban, lo que les permitió descubrir una rama de la organización cuya actividad delictiva iba más allá de los carnés de conducir. Entre los servicios que ofrecía este segundo grupo, la Policía Nacional descubrió que vendía todo tipo de documentos falsificados: pasaportes, certificados de nacimiento, certificados penales, sellos para legalizaciones... De esta manera, los compradores lograban "adquirir nuevas identidades en España, obtener permisos de residencia en nuestro país o solicitar todo tipo de ayudas y prestaciones estatales, autonómicas o municipales".