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La Policía y la Guardia Civil advierten de que la huelga abre una escalada contra el Estado
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órdenes de obedecer sólo a los mossos

La Policía y la Guardia Civil advierten de que la huelga abre una escalada contra el Estado

Los líderes del movimiento independentista piden a los manifestantes que sólo reconozcan la autoridad de la policía autonómica para reforzar el aislamiento de las Fuerzas del Estado

Foto:  Bomberos se manifiestan por Barcelona secundando la jornada de paro. (EFE)
Bomberos se manifiestan por Barcelona secundando la jornada de paro. (EFE)

El desafío secesionista avanza a velocidad de crucero. Hasta el domingo, la fuerza centrípeta que aglutinaba a las diferentes sensibilidades que conviven bajo el paraguas independentista era la celebración de la consulta ilegalizada por el Tribunal Constitucional. Pero, después de ese día, el objetivo común de esos sectores ha pasado a ser el rechazo a cualquier símbolo del Estado. Los servicios de información de Policía Nacional y Guardia Civil han advertido a Interior de que las protestas van a dirigirse a partir de ahora contra los edificios oficiales de la administración central, los partidos contrarios a la ruptura con España e, incluso, funcionarios y representantes de esas formaciones a título individual. El punto de partida del nuevo rumbo es el paro general convocado este martes por la Generalitat.

El despliegue de los más de 10.000 agentes enviados por Interior a Cataluña desde todos los puntos del territorio nacional se concentra ahora en proteger las delegaciones oficiales de la Administración central en la comunidad autónoma, como las comisarías de Policía y los cuarteles de la Guardia Civil, delegaciones del Gobierno, la sucursal del Banco de España y dependencias de la Agencia Tributaria. También se han reforzado las medidas de protección de cargos públicos. Además, se mantiene el operativo de vigilancia de puntos neurálgicos, como instalaciones eléctricas, medios de transporte y redes de comunicaciones para evitar que sean blanco de sabotajes, como adelantó este diario.

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Interior tampoco ha decidido aún que hará con los efectivos trasladados a Cataluña. El Ministerio ha convocado una reunión de urgencia para pronunciarse. La mayoría de unidades tenía programa su regreso entre el 3 y 5 de octubre. Los tres cruceros turísticos de los puertos de Barcelona y Tarragona en los que duerme y come un alto porcentaje del dispositivo también estaban fletados hasta esos días. Sin embargo, en estos momentos, la cartera que dirige Juan Ignacio Zoido baraja la posibilidad de ampliar la presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado para hacer frente a la nueva fase en la que ha entrado el órdago secesionista. Dependerá de cómo evolucione la situación. Si la presencia se alarga, empezarán a efectuarse relevos para evitar que los agentes que sigan operendo en Cataluña acumulen demasiado tiempo fuera de sus casas.

La protesta se dirige ahora contra el Estado, incluso contra los medios de comunicación nacionales, pero dentro de la estrategia planificada por el Gobierno de la Generalitat. Con asombrosa disciplina. Por las redes sociales comenzó a circular este lunes un mensaje en el que se pide a todos los grupos de manifestantes, también a los más violentos, que respeten la autoridad de los Mossos d`Esquadra durante las movilizaciones del paro convocado por los colectivos secesionistas. “Mensaje para mañana para todos aquellos que quieran hacer cualquier tipo de acto no programado y que pueda alterar la normalidad del país”, arranca la instrucción, a la que ha tenido acceso El Confidencial. “Los Mossos dicen que los actos y actuaciones deben ser pacíficos. No utilizar la violencia y que nadie se pueda sentir violentado. No dejarse provocar y caer en lo que quieren los malos para que el resto del mundo lo vea”, ordena a los manifestantes, antes de precisar que, “lo más importante de todo” es que, “si vienen los Mossos para poner orden”, hay que “obedecerlos y seguir sus indicaciones”. “Debemos demostrar a todo el mundo que los Mossos son nuestra Policía. Y por lo tanto, ellos tienen el control. La República se perdió porque los Mossos perdieron el control de las calles. Esto es lo que debemos olvidar”.

Lo cierto es que, a pesar de la larga tradición y presencia de los movimientos revolucionarios en Cataluña, los dirigentes independentistas están logrando encauzar las pulsiones más violentas. Los servicios de información e inteligencia han detectado que el Ejecutivo catalán está ejerciendo un control absoluto de esos grupúsculos para impedir que conatos radicales tumben la narrativa que han construido ante la prensa internacional, sobre todo, tras las imágenes de la contundente actuación policial del fin de semana. En esa labor de coordinación está jugando un papel clave la CUP, socio de Junts pel Sí.

Otro mensaje que circula y al que también ha tenido acceso este diario arranca advirtiendo de que “Es muy importante que esto llegue a todos de forma urgente!!!”. Reclama a todos los colectivos implicado en el proceso de desobediencia la necesidad de “salvarguardar todos la paz social del país”. “Tenemos que actuar de mossos durante unos días y vigilar, reprobar y detener cualquier inicio de violencia. Es vitar para nuestra victoria. La Policía Nacional está infiltrada y serán los instigadores! Máxima difusión urgente!!!”, concluye esta otra instrucción.

Este lunes, en la antesala del paro nacional convocado hoy por la Generalitat -que en realidad ya estaba programado desde la semana pasada- una bolsa de manifestantes ya se dirigió contra la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, en Vía Laietana. El acoso fue mayor en otros puntos, como en Calella y Pineda de Mar, provincia de Barcelona, Reus, de Tarragona. Los radicales cercaron los hoteles en los que se hospedaban parte de los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Al menos en los dos primeros municipios, la presión de los independentistas ya ha provocado que los establecimientos expulsen a policías y guardias civiles. La estrategia ha continuado este martes dirigiéndose contra las sedes del Partido Popular y Ciudadanos y la Delegación del Gobierno en Barcelona. Los servicios de Información han alertado que el hostigamiento seguirá aumentando durante los próximos días.

El desafío secesionista avanza a velocidad de crucero. Hasta el domingo, la fuerza centrípeta que aglutinaba a las diferentes sensibilidades que conviven bajo el paraguas independentista era la celebración de la consulta ilegalizada por el Tribunal Constitucional. Pero, después de ese día, el objetivo común de esos sectores ha pasado a ser el rechazo a cualquier símbolo del Estado. Los servicios de información de Policía Nacional y Guardia Civil han advertido a Interior de que las protestas van a dirigirse a partir de ahora contra los edificios oficiales de la administración central, los partidos contrarios a la ruptura con España e, incluso, funcionarios y representantes de esas formaciones a título individual. El punto de partida del nuevo rumbo es el paro general convocado este martes por la Generalitat.

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