Malestar policial: "Alcanar ha sido la primera vez que se ha prohibido el acceso a los Tedax"

Los altos mandos de la lucha antiterrorista de los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil han reconducido la descoordinación inicial por responsabilidad con la prudente ayuda del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, quien convocó una reunión el pasado jueves en la sede de su juzgado con el fin de delimitar competencias para afrontar con éxito y sin fallos la segunda fase de la investigación, que trata de localizar a posibles colaboradores de la célula que atentó en Barcelona y Cambrils tanto dentro como fuera del territorio nacional.

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"Si la Guardia Civil hubiera actuado en Alcanar, quizá todo se habría atajado"

Efe

El intercambio de información es ahora fluido y constante, tanto a nivel policial como institucional. Los Mossos introducen datos en la base de datos del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) con frecuencia y desde la Policía Nacional y la Guardia Civil se muestran dispuestos a ir contando a sus compañeros catalanes toda la información que vayan descubriendo en el ámbito competencial que ha delimitado el juez Andreu. La Generalitat, por su parte, lanza mensajes de cordialidad y buena disposición al Ministerio de Interior del tipo "pedid lo que necesitéis", según explican desde el departamento dirigido por Juan Ignacio Zoido.

Los mandos de la lucha antiterrorista, sin embargo, no olvidan en el plano privado el episodio de Alcanar, la explosión accidental que sufrieron los miembros de la célula un día antes de los atentados. "Si la Guardia Civil hubiera actuado y determinado que no era una explosión rutinaria sino que se estaba gestando una operación terrorista, quizá se podría haber atajado el operativo mucho antes", sentenció el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, Juan Fernández, el pasado miércoles, una frase que bien podía haber sido pronunciada por no pocos mandos de los servicios de información del instituto armado.

La Generalitat lanza mensajes de cordialidad y buena disposición a Interior del tipo "pedid lo que necesitéis", según explican fuentes del Ministerio

Estos últimos vieron reforzada su postura cuando El Confidencial publicó que la jueza que se hizo cargo de la explosión de Alcanar avisó inmediatamente a los Mossos de que algo no cuadraba con la tesis esgrimida por la policía autonómica de que aquellos inquilinos ilegales estaban relacionados con el crimen organizado y en ningún caso con una organización terrorista. A la magistrada le extrañaron las numerosas bombonas de butano desperdigadas entre los cascotes y la potencia de la detonación, de ahí que mostrara sus dudas ante los agentes desplegados en la casa por el suceso y las intenciones de quienes habían provocado la deflagración.

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Otros altos mandos de la lucha antiterrorista recuerdan hoy que es necesario que los Mossos hagan tarde o temprano autocrítica sobre las decisiones que tomaron los responsables de la investigación de la explosión de Alcanar. En concreto, sobre la prohibición de que no entraran los Tedax de la Guardia Civil a la casa ocupada. "Es la primera vez que esto ocurre", asegura un miembro destacado de la lucha antiterrorista, que rememora cómo en los años duros de ETA la Ertzaintza en ocasiones se responsabilizaba de algunos atentados, acordonaba la zona y no dejaba pasar a ningún miembro de otro cuerpo de seguridad.

"Solo había siempre una excepción: los Tedax", añade el citado componente del departamento antiterrorista del Ministerio de Interior, quien explica que había una regla no escrita que pasaba por permitir siempre el acceso a los especialistas en la desactivación de explosivos, dado que podían salvar vidas y eso siempre era prioritario por sentido común.

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Todos los mandos de la lucha contra el terror consultados coinciden sin embargo en destacar que se trata de un error puntual el de los Mossos, que siempre han mantenido buena relación con los servicios de información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Han asistido a cursos de formación organizados por las fuerzas de seguridad del estado relacionados con esta materia y la relación ha sido en todo momento excepcional y colaborativa.

Uno de los cuatro detenidos por los atentados de Barcelona y Cambrils, Mohamed Houli Chemlal, el único –junto a Driss Oukabir– que se encuentra en prisión por orden del juez Andreu, resultó herido en la explosión accidental de Alcanar, donde perdió la vida el supuesto ideólogo de la masacre, el que fuera imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, un hombre cuyo teléfono estuvo pinchado por la Policía en 2005 a raíz de la investigación de los atentados de Casablanca, cuya radicalidad fue 'detectada' por un imán de Bélgica, que fue condenado a cuatro años de prisión en 2010 por narcotráfico y cuya expulsión de España fue paralizada por un Juzgado de lo Contencioso en 2014 al entender que el luego terrorista no suponía un peligro para la seguridad pública.