Montoro se da un baño socialdemócrata en el Congreso y cierra un pacto con el PNV
Según el ministro, la prioridad del Gobierno es aumentar el gasto social y reducir el déficit público, pero siempre que ese gasto social que defiende Montoro con cierto ardor guerrero no se reduzca
Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda, lo tiene claro. La prioridad del Gobierno es aumentar elgasto social. También reducir el déficit público, pero siempre que ese gasto social que defiende Montoro con cierto ardor guerrero no se reduzca.
Montoro, incluso, en pleno discurso socialdemócrata, ha espetado este miércoles a sus señorías: "Nos tienen que decir las CCAA que se quejan tanto de no tener recursos suficientes, de dónde debemos recortar". Y es que Montoro considera que el gasto social no debe ser ajustado, sino que, incluso, "debe seguir mejorando". Es más, en su opinión, este presupuesto está invertido en protección social, en dependencia, en pensiones, en sanidad, en educación. En definitiva, sostiene, el ministro de Hacienda, 'en las personas'.
Este ha sido el eje central de Montoro para defender el proyecto de ley de presupuestos de 2017, que con toda seguridad seguirá su andadura parlamentaria después de que el PNV haya alcanzado un principio de acuerdo con Hacienda sobre la renovación del Concierto y las liquidaciones del Cupo, que es lo que las diputaciones forales vascas deben entregar al Gobierno central para atender el gasto en servicios generales, como la defensa o el servicio exterior.
Pacto con los nacionalistas vascos
Según han informado el Gobierno vasco, el pacto supone una reducción sustancial de las aportaciones del País Vasco al resto del Estado. En concreto, el acuerdo alcanzado por los gobiernos central y vasco y que pone fin a 10 años de discrepancias supondrá que el Estado pagará a Euskadi 1.400 millones tras resolver las diferencias en el cálculo del Cupo desde 2007. El pacto es beneficioso para las instituciones vascas, tanto para el Gobierno vasco como para las tres diputaciones, aseguraron los portavoces de Ajuria Enea. A cambio, Euskadi pagará este año al Estado 1.300 millones, aunque una vez descontados 344 millones correspondientes a las políticas activas de empleo, se quedarán en 956 millones. Curiosamente, el PNV no ha participado en la ronda de valoraciones iniciales al discurso de Montoro. La votación se celebrará mañana, jueves.
Según Montoro, es verdad que estos presupuestos apenas estarán vigentes medió año si finalmente son aprobados, pero era una cuestión de 'prestigio' de España. De ahí que haya anunciado que el Gobierno seguirá negociado con otros grupos parlamentarios una vez que salve el primer escollo en la tramitación de la ley. Con 175 votos es suficiente y esos escaños son de los que dispone el Gobierno. Otra cosa es que para la votación final se necesita el voto del diputadoPedro Quevedo, de Nueva Canarias, que fue a las elecciones con el PSOE.
Aunque el Gobierno no lo admite de forma explícita, con la presentación de las cuentas del reino de 2017, se cubre política y económicamente ante la posibilidad de que los PGE de 2018 no se aprueben, ya que eso supondría que España estaría sin presupuestos durante dos años, una situación verdaderamente inédita. Montoro, en todo caso, saca pecho porque España crece el doble que la UE y es capaz de generar la mitad de los puestos de trabajo que se crean en la zona euro.
Según Montoro, lo relevante no es si hay que gastar más o menos, sino que lo que hay que hacer es gastar mejor. Y es que, para el ministro de Hacienda, la principal causa de la desigualdad radica en que España llegó a perder 3,6 millones de empleos durante la crisis, algo nunca vista en los países avanzados.
Montoro no habló de milagro español, pero ha destacado se ha logrado crecer muy por encima de la media con una balanza de pagos saneada, capaz de alcanzar durante cuatro años consecutivos un superávit equivalente al 2% del PIB. "Lo nunca visto", dijo un ufano Montoro, después de reivindicar hasta la saciedad el Estado de bienestar.
Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda, lo tiene claro. La prioridad del Gobierno es aumentar elgasto social. También reducir el déficit público, pero siempre que ese gasto social que defiende Montoro con cierto ardor guerrero no se reduzca.
Montoro, incluso, en pleno discurso socialdemócrata, ha espetado este miércoles a sus señorías: "Nos tienen que decir las CCAA que se quejan tanto de no tener recursos suficientes, de dónde debemos recortar". Y es que Montoro considera que el gasto social no debe ser ajustado, sino que, incluso, "debe seguir mejorando". Es más, en su opinión, este presupuesto está invertido en protección social, en dependencia, en pensiones, en sanidad, en educación. En definitiva, sostiene, el ministro de Hacienda, 'en las personas'.
Este ha sido el eje central de Montoro para defender el proyecto de ley de presupuestos de 2017, que con toda seguridad seguirá su andadura parlamentaria después de que el PNV haya alcanzado un principio de acuerdo con Hacienda sobre la renovación del Concierto y las liquidaciones del Cupo, que es lo que las diputaciones forales vascas deben entregar al Gobierno central para atender el gasto en servicios generales, como la defensa o el servicio exterior.