El impune agente de Zidane: sigue en busca y captura por delito fiscal tres años después
Alain Migliaccio, sobre el que pesa una orden de detención europea, se refugia en Suiza para evitar a la Justicia española, pero continúa representando a jugadores como el sevillista Nasri
Alain Migliaccio, agente y amigo personal del entrenador del Real Madrid, Zinédine Zidane, se pasea por Suiza como Pedro por su casa a pesar de la orden de busca y captura que pesa sobre él en todo el territorio europeo. Migliaccio fue condenado en abril de 2012 por el Juzgado de lo Penal número 10 de Valencia a cinco años de prisión y 9,2 millones de euros de multa por dos delitos contra la Hacienda Pública cometidos por el representante de futbolistas en su declaración de la renta de 2000 y 2001, cuando desvió sus ingresos a Panamá a través de sociedades pantalla. La sentencia fue ratificada por la Audiencia Provincial de Valencia siete meses después del fallo del Juzgado número 10.
Fue entonces cuando Migliaccio decidió huir de la justicia y abandonar el país. En septiembre de 2013, el Juzgado número 16 de la capital del Turia ejecutó la resolución y dictó una orden de busca y captura contra el agente, una decisión que un año después fue transformada en orden de detención europea. El 28 de junio de 2015, el representante de jugadores no tuvo pudor alguno en admitir en una entrevista publicada en el periódico suizo 'Le Matin' que, justo cuando el juzgado valenciano decretó su busca y captura por primera vez, él se estableció en la ciudad helvética de Lausanne.
El país, que no suele responder a las reclamaciones judiciales por delito fiscal, acoge todavía hoy a Migliaccio, que sigue sin esconderse y el pasado 3 de octubre intervino en la organización de un acto público de la asociación Passion Foot junto al propio Zidane, al que el agente ya se había referido en la mencionada entrevista con 'Le Matin' como su "amigo" y su "hermano". Durante el evento, de hecho, todo fueron elogios hacia el entrenador del Real Madrid, a quien también une una fuerte amistad con el técnico del FC Lausanne Sport, Fabio Celestini.
Desde su despacho de Suiza, el representante de futbolistas que se hizo de oro con la oleada de grandes jugadores que ganaron el Mundial de 1998 y la Eurocopa de 2000 continúa intermediando en transacciones, a pesar de que en la citada aparición en el diario suizo aseguró estar "fuera del negocio". Según ha comprobado El Confidencial, el agente sigue representando a Samir Nasri, la estrella de un Sevilla que está en racha, y mantiene una buena relación con el director deportivo del club de Nervión, Ramón Rodríguez Verdejo 'Monchi'. La web TransferMarket, además, le sitúa como agente de Jérémy Mathieu o Franck Ribéry, quienes tienen contrato con el Fútbol Club Barcelona y el Bayern de Múnich hasta 2018.
Migliaccio, que se trasladó a vivir a Paterna (Valencia) en 1997, hizo una gran fortuna aprovechando que era el representante de gran parte de los grandes jugadores franceses de la época, que entonces eran considerados los mejores del mundo, y que el caso Bosman había acabado con los cupos de jugadores nacionales y abría la puerta a la libre circulación de deportistas comunitarios. Estas dos circunstancias, como explica la sentencia del Juzgado número 10 de Valencia que condenó a Migliaccio el 2 de noviembre de 2012, provocaron un incremento considerable de los ingresos del agente, que quiso embolsarse todo sin el control de la Agencia Tributaria española tanto en 2000 como en 2001.
Para ello, creó un entramado de empresas radicadas en Panamá gracias a la ayuda de Matthew Edwards & Company, un despacho con sede en el paraíso fiscal de la Isla de Man que puso a disposición de Migliaccio la mercantil International Sport Consultant Limited (ISCL), una 'offshore' radicada en Londres que tenía unos administradores conocidos por las autoridades fiscales británicas por aparecer en "cientos de sociedades pantalla", pero que, a su vez, pertenecía a dos empresas radicadas en la Isla de Man (Reenstone y Rakestone), lo que impedía conocer a las personas que realmente la controlaban.
"Mediante el anterior entramado jurídico, [Migliaccio] pudo seguir ejerciendo su actividad de agente de jugadores exactamente igual que antes, pero con la enorme diferencia de que solo declaraba como ingresos en su IRPF de España, donde había fijado su residencia, las cantidades que en concepto de comisión le satisfacía ISCL [4.500 euros mensuales], mientras que el 95% de lo que obtenía mediante su intervención en fichajes de jugadores y en la negociación de contratos por cesión de derechos de imagen era facturado por ISCL e ingresado finalmente en cuentas bancarias abiertas en un paraíso fiscal", destaca la sentencia, que añade que de este modo conseguía que "el grueso" de sus beneficios no tributara en España y se ingresara en cuentas opacas.
En concreto, el representante de futbolistas de referencia de Francia obtuvo en 2000 más de 3,2 millones de euros de ingresos, pero en su declaración de la renta reflejó tan solo 91.000 euros. Un año después, se embolsó un total de 2,9 millones de euros por las operaciones de traspasos de jugadores que cerró, pero en su IRPF manifestó haber obtenido apenas 347.000 euros. En el primer año, por lo tanto, dejó de ingresar a Hacienda 1,4 millones de euros y, en 2002, 1,2 millones, cantidades que la sentencia del Juzgado Penal 10 de Valencia reclamó también a Migliaccio en concepto de indemnización, además de la mencionada multa de 9,2 millones y de la pena de cárcel.
Migliaccio asegura en la citada entrevista con 'Le Matin' que aún está pendiente de que concluya el proceso judicial, extremo del todo falso, dado que todos los escritos presentados por el agente durante la fase de ejecución de la sentencia han sido desestimados por la Audiencia Provincial de Valencia, como explican las fuentes judiciales consultadas por El Confidencial, que precisan que tan solo queda que el condenado sea detenido y puesto a disposición del alto tribunal para cumplir los cinco años de prisión y la multa impuestos. La sentencia es firme, porque el agente no la recurrió ante el Tribunal Constitucional, única vía que le quedaba, lo que explicaría que el representante de futbolistas no quiera salir del país helvético, como confesó en la misma entrevista, dado que en el momento en que pise otro Estado de la Unión Europea podría ser extraditado a España.
Alain Migliaccio, agente y amigo personal del entrenador del Real Madrid, Zinédine Zidane, se pasea por Suiza como Pedro por su casa a pesar de la orden de busca y captura que pesa sobre él en todo el territorio europeo. Migliaccio fue condenado en abril de 2012 por el Juzgado de lo Penal número 10 de Valencia a cinco años de prisión y 9,2 millones de euros de multa por dos delitos contra la Hacienda Pública cometidos por el representante de futbolistas en su declaración de la renta de 2000 y 2001, cuando desvió sus ingresos a Panamá a través de sociedades pantalla. La sentencia fue ratificada por la Audiencia Provincial de Valencia siete meses después del fallo del Juzgado número 10.
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