Fernández Díaz y García-Margallo, los grandes perdedores
El exministro del Interior Jorge Fernández Díaz seguirá ocupando su despacho del número 5 del madrileño paseo de la Castellana. Así lo ha decidido el presidente
Los ministros del Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, han sido los grandes perdedores de este nuevo gabinete que ha dibujado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ambos representaban un perfil que había que renovar, el del político que se mete fácilmente en berenjenales y polémicas innecesarias, de avanzada edad, que no conecta con las sensibilidades de la nueva política.
Fernández Díaz, además, estaba marcado por la polémica de las conversaciones que mantuvo con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, en las que ambos planificaban el modo de sacar a la luz y judicializar posibles actividades delictivas llevadas a cabo por los partidos soberanistas ERC y CDC. Las charlas mantenidas por los dos interlocutores, que tuvieron lugar entre el 2 y el 16 de octubre de 2014, fueron difundidas por el diario 'Público' dos años después y provocaron un aluvión de reproches por parte de los representantes de las formaciones afectadas, así como por gran parte del resto de miembros del Congreso de los Diputados.
No forzaron, sin embargo, la dimisión de Fernández Díaz, como pedían sobre todo los partidos catalanes, ni crítica alguna por parte del presidente del Gobierno contra la gestión de su ministro del Interior. Una investigación interna abierta por el propio ministro se centró en tratar de identificar sin éxito cómo se habían grabado aquellas conversaciones y cómo habían sido filtradas a la prensa. La Fiscalía, por su parte, no observó delito alguno en lo que Fernández Díaz y De Alfonso hablaron bajo los micrófonos colocados por alguien aún no identificado.
No ha sido, sin embargo, la única polémica protagonizada por Fernández Díaz durante esta legislatura. Una nota de prensa y un tuit del Ministerio del Interior comprometieron el 9 de enero de 2014 una operación antiterrorista. El departamento informó de ella antes incluso de que los agentes de la Guardia Civil iniciaran la actuación policial contra el denominado 'frente de makos' de ETA. Su apoyo al comisario José Villarejo —que grabó al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y que se encuentra imputado por revelación de secretos en el marco del caso Nicolás— también generó gran controversia.
García-Margallo, por su parte, también ha protagonizado episodios polémicos, como su recurrente incursión en el asunto de Gibraltar, que más parece un interés personal que un problema urgente para España. García-Margallo aprovechó, por ejemplo, el referéndum que apoyó el Brexit para declarar que se trataba de "la mayor oportunidad" para que nuestro país recuperase el Peñón.
Amigos de Rajoy
Durante esta pasada legislatura, sin embargo, Exteriores ha afrontado asuntos de vital importancia, como la crisis de Grecia o la de los refugiados. En relación con esta última, García-Margallo llegó a asegurar el año pasado que había que negociar con Al Asad, a pesar de haber apoyado a las milicias opositoras meses antes.
Tanto Fernández Díaz como García-Margallo son amigos de Rajoy desde hace años y han sido mantenidos hasta el final de la legislatura precisamente por esa buena relación que mantienen con el presidente del Gobierno. No eran, sin embargo, candidatos idóneos para esta nueva etapa, de ahí que el jefe del Ejecutivo haya prescindido ahora de sus servicios de cara a un periodo que estará marcado por la mayoría simple que tiene el PP en el Congreso y la política de consensos que será necesario implementar si el Gabinete de Rajoy pretende mantenerse durante toda la legislatura.
El ministro de Defensa saliente, Pedro Morenés, por su parte, también cumple el perfil de García-Margallo y Fernández Díaz en cuanto a la edad. No tanto en lo referente a la lengua suelta de sus compañeros. Morenés, sin embargo, ya llevaba meses anunciando a su círculo de confianza que no iba a repetir, que pretendía volver a sus negocios.
Los ministros del Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, han sido los grandes perdedores de este nuevo gabinete que ha dibujado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Ambos representaban un perfil que había que renovar, el del político que se mete fácilmente en berenjenales y polémicas innecesarias, de avanzada edad, que no conecta con las sensibilidades de la nueva política.
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