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Prisión para el 'generoso' coronel que pagaba trajes y comidas con dinero público
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Prisión para el 'generoso' coronel que pagaba trajes y comidas con dinero público

El Tribunal Militar Central condena a año y medio de cárcel al militar del Ejército del Aire responsable de las cuentas de la Base Aérea de Alcantarilla

Foto: Imagen de los mandos de la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada de la base de Alcantarilla (Murcia) durante la visita del rey Felipe VI el pasado febrero. (EFE)
Imagen de los mandos de la Escuela Militar de Paracaidismo Méndez Parada de la base de Alcantarilla (Murcia) durante la visita del rey Felipe VI el pasado febrero. (EFE)

El Tribunal Militar Central ha condenado a año y medio de prisión al teniente coronel de Intendencia del Ejército del Aire J. A. M. H., responsable de la Sección Económico Administrativa (SEA) de la Base Aérea de Alcantarilla (Murcia), por abonar comidas, trajes, vinos, quesos y otros productos con dinero público. Los beneficiarios de la mayor parte de estos artículos eran sus compañeros y sus jefes. Tan solo esporádicamente alguno de los elementos iba a parar al patrimonio del jefe de asuntos económicos.

Las comidas de Navidad, que hasta el momento eran abonadas por los propios comensales -cada uno su cubierto, explica la sentencia del tribunal-, pasaron a correr por cuenta del erario público. "A partir de su incorporación como jefe de la SEA, el teniente coronel dispuso y realizó lo preciso para que esas comidas navideñas se pagaran con cargo a fondos presupuestarios (...) sin conocimiento ni autorización del jefe de la base y sin incorporar al expediente formal de contratación motivación ni relación de asistentes", explica la resolución del Juzgado Togado Militar Central número 1, firmada el pasado 19 de julio.

Los encuentros culinarios del personal de la SEA estaban conformados por alrededor de una treintena de persona -las que componían la plantilla de la sección- y tenían lugar en los restaurantes más prestigiosos de Murcia, como el Rincón Huertano, El Churra o Monteagudo. Las facturas iban de los 1.200 euros que pagó la caja del Ejército el 21 de diciembre de 2004 a los 1.620 que costó la cita gastronómica del 19 de diciembre de 2008.

placeholder Túnel de viento de la base aérea de Alcantarilla (Murcia), del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas. (EFE)
Túnel de viento de la base aérea de Alcantarilla (Murcia), del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas. (EFE)

Pero no era la Navidad el único momento en el que se encontraba el 'staff' de la sección en torno a un ambiente festivo. Con motivo del día de la Patrona del Ejército del Aire, el coronel jefe de la base organizaba una "cena-baile" todos los 10 de diciembre. En 2009, el máximo responsable del departamento ordenó al teniente coronel que buscara un sitio fuera de las dependencias militares para que tuviera lugar la celebración. Prohibió específicamente que el precio de la cena superara los 30 euros por persona y que este se sufragara con fondos presupuestarios.

El ahora condenado, sin embargo, prefirió tener un 'detalle' con los 101 asistentes del departamento. Todos ellos abonaron con antelación los 30 euros estipulados y el montante total fue entregado al teniente coronel. Aun así, este acordó con el restaurante El Churra un precio de 55 euros por cubierto. El día de la cena, para sorpresa de algunos, acudieron los 101 que habían pagado más "otras 17 personas invitadas" por el recaudador sin el conocimiento del coronel jefe de la base, como recuerda la sentencia del Juzgado Togado Militar Central número 1.

Sin que sus jefes lo aprobaran, adquiría lotes de productos navideños en El Corte Inglés y los repartía a los domicilios de los miembros de su departamento

"Ninguno de estos 17 invitados pagó por la cena", asegura la resolución judicial, que indica que el 'festín' costó 6.490 euros, cantidad que El Churra cargó junto a la comida de Navidad de ese año (que ascendió a 1.430 euros) a las arcas públicas. En total, 7.925 euros que fueron facturadas en cuatro recibos diferentes con cuantías (1.200, 4.657, 868 y 1.200 euros) y conceptos (reuniones, conferencias y cursos; trabajos a otras empresas; y otros gastos sociales) también distintos.

El dinero recaudado a los 101 comensales, por su parte, se perdió en el bolsillo del teniente coronel, que únicamente devolvió el montante (3.030 euros) cuando se lo requirió el instructor de la información reservada abierta por el Ejército y que dio origen posteriormente a la causa judicial. Según el fallo, la SEA pagó 15 facturas en los meses de diciembre de 2005 a 2007 bajo el concepto "reunión", pero "los expedientes fueron destruidos".

El acusado no limitó los 'detalles' que tenía con compañeros a comidas y cenas. Sin que sus jefes lo aprobaran -idea en la que insiste la sentencia-, el teniente coronel adquiría lotes de productos navideños en El Corte Inglés y los repartía a los domicilios de los miembros de su departamento. Entre 2003 y 2008, hizo compras por valor de 1.143, 1.926, 480, 2.110 y 313 euros en cestas que incluían vino, queso y otros artículos.

También fue al mencionado centro comercial a por otro tipo de prendas, esta vez destinadas a dos capitanes (G. R-V. G. y J. F. C. S.) y a sí mismo. En concreto, se trataba de trajes, camisas y corbatas para todos. Argumentó, según dijo uno de los testigos, que las necesitaban "como instrumento de trabajo", ya que a veces visitaban Hacienda o venían proveedores a la base. La compra se ejecutó en una factura por 593 euros correspondiente a un traje, dos camisas y dos corbatas y en otra por 1.085 euros referida a dos trajes y una corbata. En total, tres prendas para vestir a otros tantos mandos del Ejército del Aire con cargo a los fondos públicos y que los beneficiados utilizaron para "lo que les pareció".

El teniente coronel adquirió también dos ejemplares de litografías del pintor Pedro Cano -uno para él y otro para su cuñado- por valor de 300 euros; una mesa extensible (que El Corte Inglés envió directamente al domicilio del encausado) por la que el erario público abonó 487 euros; dos frascos de perfume de Yves Saint Laurent y elementos de orfebrería (342 euros) que luego regaló a su esposa y a una funcionaria; y libros deportivos, de cocina y de recursos humanos.

La sentencia recalca que únicamente los trajes, las corbatas, las camisas, los libros de litografías y la mesa auxiliar fueron a parar al bolsillo del condenado. El resto lo destinó a abonar los mencionados eventos multitudinarios, que el tribunal considera "innecesariamente" pagados por las arcas públicas. El teniente coronel, reza la sentencia, "se inventa necesidades del servicio que no existen", incluso "careciendo de atribuciones para definir o establecer la necesidad", "sin el conocimiento ni el consentimiento del coronel jefe".

Adquirió dos litografías del pintor Pedro Cano -una para él y otra para su cuñado- por valor de 300 euros y una mesa extensible de 487 euros

Según el Tribunal Militar, el condenado "era autoridad de gasto, pero no de contratación". En los supuestos narrados, sin embargo, se erigió en la primera al decidir en qué invertir el dinero público sin permiso de sus jefes, que a juicio de los tres magistrados que firman la resolución deberían haber justificado la necesidad de ejecutar los gastos a través de un documento denominado "vale-pedido", un "sistema interno del Ejército del Aire" utilizado para estos fines. "El teniente coronel sabía lo que hacía y lo llevó a cabo precisamente porque era jefe de la SEA, seguro de no ser detectado en los controles formales que de los expedientes se realizaban", asegura el fallo.

Esta forma de actuar al margen de la superioridad es lo que ha sido más criticado por el Juzgado Togado número 1, que recuerda que los peritos interventores señalan claramente que "la comidad de Navidad -por ejemplo- hubiera sido regular si alguna autoridad la hubiera declarado acto protocolario". Aclaran que desde 2005 la Intervención General del Estado "exige que se motive la necesidad de la comida y se acompañe la relación de asistentes; si el gasto parece excesivo o no se motiva, el interventor puede hacer una observación".

La defensa del teniente coronel trató de justificar el paralelismo que a su juicio existe entre las comidas señaladas y otros eventos que se organizan en la base, como el NASA-GRASA, que consiste en un partido de fútbol y una comida basada en bebidas y alimentos aportados por la base. Pero el tribunal rechazó la comparación insistiendo en que las celebraciones organizadas por el acusado "se abonaban con fondos presupuestarios por su sola decisión".

La sentencia condenatoria ha basado gran parte de su argumentario en el testimonio aportado por la esposa del teniente coronel, al que los tres magistrados que componen la sala dieron toda la "credibilidad". De hecho, ella fue la que contó que fue a comprar junto a su entonces marido la mencionada mesa auxiliar y que fue a posteriori cuando se enteró de que el acusado había hecho que el Ministerio de Defensa reembolsase el coste en su cuenta.

El teniente coronel ha sido condenado a un año y medio de prisión, a pesar de que el tipo delictivo (delito consumado y continuado contra el patrimonio, contemplado en el artículo 81 del Código Penal Militar) prevé penas de entre seis y diez años de cárcel, debido a las "dilaciones indebidas" que el tribunal admite que ha sufrido el procedimiento y que en este caso actúan como atenuante de la condena. Asimismo, el acusado ha sido obligado a devolver los algo más de 16.000 euros que suman las cenas, comidas y otros productos abonados con dinero público sin permiso.

El Tribunal Militar Central ha condenado a año y medio de prisión al teniente coronel de Intendencia del Ejército del Aire J. A. M. H., responsable de la Sección Económico Administrativa (SEA) de la Base Aérea de Alcantarilla (Murcia), por abonar comidas, trajes, vinos, quesos y otros productos con dinero público. Los beneficiarios de la mayor parte de estos artículos eran sus compañeros y sus jefes. Tan solo esporádicamente alguno de los elementos iba a parar al patrimonio del jefe de asuntos económicos.

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