De Astorga al Vaticano: auge y caída de monseñor 'pájaro Espino'

"Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios" (Mateo 19:24).

En Astorga estos días de atrás no se hablaba de otra cosa. La detención del sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda (Villamediana de Iregua, La Rioja, 1961) por la filtración a periodistas de documentos reservados del Vaticano ha conmocionado a la ciudad leonesa que tiene una de las diócesis más extensas y antiguas de toda España, en la que Balda ingresó precisamente a sus 26 años tras finalizar sus estudios universitarios. Los astorganos reconocen cierto hartazgo al ver relacionada su ciudad, eje que vertebra las comarcas de Maragatería, La Cepeda y la ribera del Órbigo, a tanto suceso peliagudo. "Primero lo de Isabel Carrasco [en referencia al asesinato de la presidenta de la Diputación de León en mayo de 2014], este verano la muerte de la peregrina estadounidense que hacía el Camino de Santiago y ahora lo del sacerdote", comenta una vecina.

En efecto, monseñor Lucio Ángel Vallejo es uno de los hombres con más poder en la Santa Sede, de la que forma parte desde 2011, hasta el punto de que en los círculos de periodistas italianos lo conocen como "el contable de Dios". Su exitosa trayectoria comenzó en los años noventa cuando fue nombrado ecónomo diocesano y empezó a ocuparse de los presupuestos, balances, inversiones y de los 1.500 edificios propiedad de la diócesis. Su talento para gestionar la economía empezó a sonar en las altas esferas gracias a las recomendaciones de Antonio María Rouco Varela, que lo llevó incluso a ser llamado por el Papa Francisco en 2013 para formar parte de la comisión investigadora creada por el Pontífice para limpiar las cuentas del Vaticano.

Lo cierto es que su relación con la economía -también doméstica- es altamente conocida en Astorga. Vecinos que lo han tratado habitualmente reconocen que el religoso hablaba constantemente del parné, hasta el punto de resultar extraño. "Siempre estaba pendiente de las cosas materiales, hablaba de dinero y lujos a todas horas", comentan al afirmar que "no era propio de un sacerdote". Balda estaba muy bien relacionado, se codeaba con los personajes de postín de la zona, especialmente empresarios y banqueros. Uno de los espisodios que peor fama le concedió fue la construcción de un chalet del más alto nivel a las afueras de la ciudad, en el municipio de Celada de la Vega. "Todo el mundo comentó que era inapropiado", comenta otro vecino que trabajó con él.

Aunque él aseguraba que el origen de su éxito económico estaba en herencias familiares, lo cierto es que no faltan ejemplos de cómo supo cultivarlo. El religioso invirtió en bolsa y consiguió 'librarse' de las terribles consecuencias del escándalo Gescartera a pesar de que el obispado de Astorga 'metió' cerca de 50 millones de pesetas. También dio mucho que hablar la creación de una Sicav propia -Vayomer-, un caso completamente excepcional dentro de la Iglesia católica española.

Su talento para gestionar la economía empezó a sonar en las altas esferas gracias a las recomendaciones de Antonio María Rouco Varela

Se trataba en todo caso de un sacerdote de lo más particular. En Astorga, todos lo conocen como el 'pájaro Espino', por la novela australiana -trasladada a la pequeña pantalla- que hablaba de un religioso ansioso de poder. A pesar de las sombras... también hay muchos que hablan de las luces en su labor. Arregló decenas de retablos y acondicionó muchas iglesias y parroquias de la zona, algo que se hace patente a juzgar por las maravillas que muchos vecinos de municipios cercanos a Astorga cuentan de él y que agradecen haber invertido tanto en arreglar el patrimonio de la Iglesia en los pueblos.

La caída del monseñor español

El religioso fue arrestado tras acusarlo de sustracción y divulgación de noticias, un delito recogido en la Ley IX del Estado de la Ciudad del Vaticano y concretamente en su artículo 10. Junto a él, la joven asesora del Pontífice aergentino, Francesca Immacolata Chaouqui, que fue puesta en libertad por colaborar con la investigación, y que no dudó en reiterar su inocencia y en culpar abiertamente a monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda: "Todo lo hizo él, yo incluso intenté pararle", declaró. Balda y Chaouqui formaron parte de la comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), creada por el Papa Francisco para auditar las finanzas vaticanas, y de la que proceden los documentos filtrados que demuestran el derroche y la mala gestión de la Santa Sede, y que ya han sido bautizados como 'Vaticaleaks II'.

Ahora, el monseñor español podría enfrentarse a una pena incluso de ocho años de cárcel. No sería de extrañar que el Papa Francisco empezara a desconfiar de Vallejo Balda teniendo en cuenta la última etapa del religioso en el Vaticano. El ecónomo, sobre el que todas las personas que lo conocen aseguran que tenía un carácter muy fuerte y repleto de seguridad, pudo tener una serie de gestos que no gustaron nada a Su Santidad, al dar por hecho en primer lugar que estaría al frente del 'Ministerio de Economía' que Bergoglio creó tras disolver la COSEA. Otro de los episodios más criticados en el Vaticano fue el guateque 'vip' que Balda impulsó durante la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII el pasado año en Roma.

Lo que está por resolver si Balda resulta culpable de la filtración... son los motivos que le llevaron a 'traicionar' al Pontífice. Un quebradero de cabeza constante que sobrevuela a los integrantes de la Santa Sede, que intentan desesperadamente entender si lo que le habría empujado sería la frustración y el enfado. Mientras tanto, continúan las especulaciones y las reflexiones sobre el nuevo 'cuervo' español del Vaticano.