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El TSJM archiva la causa contra el juez Silva por el resentimiento del testigo clave
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supuestamente filtró los correos de blesa

El TSJM archiva la causa contra el juez Silva por el resentimiento del testigo clave

La testigo, examante del magistrado, actuó, según el tribunal, por resentimiento y animadversión, "que afectan a la credibilidad del testimonio"

Foto: El exjuez Elpidio José Silva. (EFE)
El exjuez Elpidio José Silva. (EFE)

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid zanjó este miércoles la causa que había abierta contra el juez Elpidio José Silva por filtrar supuestamente los correos del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, en su poder tras iniciar la investigación de la compra del Banco de Miami por parte de la caja de ahorros. El instructor que había llevado la investigación consideró que había indicios suficientes para llevar al exjuez, actualmente condenado y apartado de la carrera judicial por encarcelar a Blesa, al banquillo de los acusadospor supuestos delitos de infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos.

La Sala estimóel recurso de Silva al considerar que tanto el instructor como la Fiscalía, que dirigía Manuel Moix, se habían basado en el testimonio de una testigo que aseguró como Silva había entregado los correos electrónicos a varios medios de comunicación. Sin embargo, esta testigo, examante del magistrado, actuó, según el tribunal, por resentimiento y animadversión, "que afectan a la credibilidad del testimonio". Para el tribunal, hay más que sospechas de la autoría del imputado pero las pruebas presentadas no son suficientes para sentarle en el banquillo de los acusados de nuevo.

Según recoge el auto de sobreseimiento, Susana García, que incluso llegó a disfrutar de la condición de testigo protegido, reconoció en su declaración que había mantenido una relación sentimental con el imputado y en ese tiempo (un mes y medio) había sufrido "vejaciones, faltas de respeto, humillaciones, insultos, menosprecios".

"Esto ocurre desde la primera semana de convivencia, por lo cual ella nunca llegó a deshacer las maletas ya que pensó que tendría que irse de allí enseguida.(…) Que las broncas que montaba se hicieron cada vez más frecuentes, vejatorias y desproporcionadas hasta que llegó a lanzar objetos, temiendo la declarante por su integridad física (…) la intentó echar de casa de madrugada cuando ella le reprochaba las infidelidades de él con otras mujeres a través de Twitter y Facebook (…)", aseguró ella misma en su interrogatorio.

La examante de Silva también explicó al juez y fiscal que Silva le llegó a acusar de "asesina y de enviada de Blesa diciendo que quería matarle porque no fue a comprarle una medicina para la tensión". Así, acusó al ahora exjuez de ser repetidamente infiel, lo que él justificaba por razones políticas, y que la testigo accedió a su ordenador y pudo comprobar que "hubo muchas infidelidades"; descubrió que había otra mujer en Twitter que hablaba en términos similares a ella.

También es para el tribunal motivo de resentimiento que la testigo se dedicó a corregir el texto de un libro publicado por el imputado, dedicando a ello mucho tiempo, y por lo que al final le pidió 1.000 euros, que el imputado se negó a pagarle y "solo cuando le dijo que iba a llamar a la prensa para explicarles su manera de actuar en esto, es cuando accedió a pagarle la cantidad que él estimara oportuna", pese a lo cual no le hizo ingreso alguno en la cuenta que ella le facilitó.

Silva, en la guerrilla colombiana

Respecto de los correos electrónicos intervenidos a Blesa, la testigo nunca los vio pero aseguró que Silva se jactaba de conservarlos todos en un pendrive y tener el sumario del caso por el que llegó a encarcelar al expresidente de Caja Madrid en dos ocasiones, en una habitación de color verde. La Sala asegura que su testimonioes de"dudosa credibilidad" si se tiene en cuenta otras afirmaciones como que el exmagistrado tenía un teléfono secreto con el que está en contacto con altos dirigentes de varios países, entre ellos Venezuela, que era de la opinión de que no bastaban ya las manifestaciones pacíficas, sino que había que "empezar a poner bombas", que estaba en contacto con grupos armados y que a partir de entonces "no fuera al Corte Inglés, al Mc Donald’s ni a Starbucks", y que el imputado "presume de haber matado gente en la guerrilla colombiana en la que dice haber estado un año cuando tenía 17 años."

Acerca de la difusión masiva de los correos en los medios de comunicación, la testigo explicó durante la investigación que vio cómo se entregaba un pendrive con los correos, que estuvo presente en reuniones en las que se hablaba de la entrega de otros correos, y que terceras personas confirmaron que Elpidio Silva filtró los correos a cambio de dinero o para colaborar con el Partido X. "Resulta cuando menos extraño que una persona que mantiene una relación conflictiva con el imputado desde la primera semana de convivencia, sea sin embargo testigo privilegiado de la comisión de delitos de infidelidad en la custodia de documentos y/o de revelación de secretos, hecho que el imputado–no se dice nada de los terceros- toleró, según cree la testigo 'porque piensa que él estaba seguro de que nunca se iba a atrever a contarlo, es decir, a hacer lo que está haciendo en este momento'", aseguraba la examante durante su interrogatorio y que ahora analiza el tribunal.

Los datos facilitados por la testigo Susana García no han sido corroborados, según recoge el auto, por ninguna de las personas que fueron citadas durante la instrucción como testigos de los hechos. "A la vista de lo expuesto, estimamos que la testifical de cargo carece de elementos indispensables para ser considerada prueba apta para enervar la presunción de inocencia. Sin duda hay algo más que sospechas o conjeturas sobre la autoría del imputado, que justificaban la instrucción de los hechos. Y es también incuestionable que a día de hoy es la única persona sobre la que se han vertido indicios de estar detrás de la divulgación pública del contenido de correos con conversaciones privadas que, además, estaban sujetos a secreto sumarial. Pero los indicios aportados, por la falta de calidad de los indicados testimonios, no alcanzan el grado de racionalidad precisa para soportar la acusación".

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid zanjó este miércoles la causa que había abierta contra el juez Elpidio José Silva por filtrar supuestamente los correos del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, en su poder tras iniciar la investigación de la compra del Banco de Miami por parte de la caja de ahorros. El instructor que había llevado la investigación consideró que había indicios suficientes para llevar al exjuez, actualmente condenado y apartado de la carrera judicial por encarcelar a Blesa, al banquillo de los acusadospor supuestos delitos de infidelidad en la custodia de documentos y revelación de secretos.

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