Podemos sólo quiere pactos con la nueva IU de Tania o Garzón... tras las elecciones
La irrupción de Podemos, el relevo generacional en Izquierda Unida y la ruptura del bipartidismo, abren un nuevo escenario a la izquierda del PSOE
La irrupción de Podemos, el relevo generacional en Izquierda Unida y la lenta pero constante caída del bipartidismo dibujan un nuevo escenario en la izquierda española. Nuevos actores, nueva política, nueva opinión pública… Los marcos se están moviendo a las puertas de un año 2015 marcado por las citas electorales. Primero las locales y autonómicas convocadas para mayo, y luego las generales, que previsiblemente se celebrarán en noviembre. Confluencia, confluencia y confluencia, claman las nuevas generaciones de corte quincemayista que están tomando el control de IU. Programa, programa y programa, y ni hablar de una sopa de siglas, les responden desde Podemos.
Los pactos preelectorales entre la nueva izquierda se antojan difíciles a corto plazo. En las elecciones autonómicas no se producirán con total seguridad, y no por falta de voluntad de la “nueva IU”. La estrategia electoral de Podemos para las autonómicas quedó clara en el documento político aprobado en asamblea: “En las elecciones autonómicas, que se celebran en 13 Comunidades Autónomas, proponemos la formación de candidaturas de Podemos a partir de la articulación de capacidades incontestables y el establecimiento de controles democráticos claros”.
En dicho documento se concluía, por si quedase algún margen de duda que, “en cualquier caso, las candidaturas de Podemos a las elecciones autonómicas deben conformarse por elecciones primarias, comprometerse a no sostener a los partidos tradicionales y sus políticas de empobrecimiento y saqueo y estar alineadas con la hipótesis, las formas, contenidos y objetivos de Podemos en todo el país”. La ejecutiva de Podemos entiende que fotografiarse con IU les restaría votos, pues los alejaría de su objetivo último: “Conquistar la centralidad del tablero”.
A pesar de esta estrategia, desde Podemos se ha fomentado el juego del titubeo para no cargar con la responsabilidad histórica de haber impedido la confluencia y, por tanto, el cambio. Desde la coalición, la nueva hornada de pesos pesados, encabezados por Alberto Garzón o Tania Sánchez, insisten en que la transformación sociopolítica del país tiene que contar con IU “o no será”.
El secretario de relaciones con sociedad civil y movimientos sociales de Podemos, Rafa Mayoral, volvió a insistir ayer en los mismos términos: “En las elecciones autonómicas nos presentaremos como Podemos. Respecto a las municipales apostamos por un proceso participativo, de construcción de listas con la gente, del tipo de candidaturas ciudadanas de unidad popular. Es en esta línea en la que estamos trabajando y así seguiremos”. Unas posturas por las que, con total probabilidad, IU y Podemos competirán por separado en todas las comunidades autónomas, incluida la Comunidad de Madrid. Otra cuestión bien diferente serán los pactos poselectorales, sobre los que poco o nada se ha dicho, pero que fuentes cercanas a los dos partidos dan por hecho.
Ganemos y la posibilidad de confluencia en el ámbito municipal
El espacio de confluencia para las municipales pasa indefectiblemente por las candidaturas municipalistas, como Ganemos Madrid, Guanyem Barcelona u otras denominaciones que están recibiendo del tipo Marea Atlántica u Ourense en Común. Unos espacios que han surgido como setas en grandes y medianas ciudades, pero con autonomía, idiosincrasia y tiempos propios. El principal problema, más o menos buscado, para que IU y Podemos ensayen una primera candidatura conjunta es el formato jurídico del que se doten los ganemos a la hora de presentarse a las elecciones: agrupación de electores o coalición.
La hoja de ruta marcada por la formación liderada por Pablo Iglesias tiene como prioridad la agrupación de electores. En palabras de Rafa Mayoral: “Un proceso participativo de construcción de listas con la gente”. Traducido: agrupación de electores. Es más, el formato de coalición se tilda despectivamente como “una sopa de siglas que no resuelve los problemas de la gente”, matizó el miembro de la ejecutiva de Podemos, quien añadió que en su lugar abogan por “abrir un amplio proceso participativo para encontrar un programa que represente a la mayoría social”.
Una opción que desde IU rechazan de plano por ineficiente y porque penalizaría su presencia en instituciones supramunicipales como las diputaciones: “El formato jurídico que elija Ganemos para presentarse es otra derivada, y yo creo que sería absolutamente estúpido utilizar un modelo que genera muchos problemas y dificulta la posibilidad de representación. Esto es, las agrupaciones de electores son una herramienta para confeccionar una lista sumando a individuos, que no otorga derechos colectivos previos ni posteriores. Se limita exactamente a eso, a una suma de individuos, porque al día siguiente de las elecciones la agrupación queda disuelta”, apuntaba en una entrevista concedida a este diario Tania Sánchez, la recién elegida cabeza de lista de IU en la Comunidad de Madrid.
Es precisamente por esto que Guanyem Barcelona se constituirá en una coalición de partidos, que contará con la presencia de Podem. Sin embargo, en Madrid las posiciones están más enconadas, hasta el punto de que Sánchez apuntaba en la misma entrevista: “Otra cosa es que haya gente en Ganemos que utilice esto (concurrir bajo la figura de agrupación de electores) para evitar nuestra participación porque no cree en la convergencia con partidos o porque no nos quiera en este espacio y pretenda echarnos así”.
El próximo plenario de Ganemos Madrid, que se celebrará el 20 de diciembre, será determinante para disipar todas estas dudas. Sin embargo, el candidato de IU en la capital, Mauricio Valiente, apuntó la noche del domingo, sólo unos minutos después de saberse ganador de las primarias, que “a partir de ahora vamos a estar con todas nuestras fuerzas en Ganemos Madrid”. Mientras tanto, la candidatura municipalista sigue su proceso de expansión creando mesas de apoyo en los diferentes barrios y esperando a Godot.
Lo cierto es que, para Podemos, competir en unas elecciones autonómicas con candidatas como Tania Sánchez, más cercana a la movimientos sociales y a la nueva política que predica la formación liderada por Pablo Iglesias, no es lo más ideal. Tampoco con Alberto Garzón en las generales, el joven diputado al que se le ha encomendado evitar la fuga de votantes hacia Podemos, que según el CIS fagocitaría al 50% de su electorado potencial. En diferentes territorios, los círculos locales de Podemos están promoviendo marcas blancas, al margen de candidaturas municipalistas en las que sí concluye IU. Es más, los círculos de Podemos se han apeado de la mayoría de Ganemos de las ciudades andaluzas debido a que estaban "fagocitados por IU".
En el caso de las generales, la estrategia de pactos a seguir por Podemos dependerá de los resultados obtenidos en las autonómicas. Los números apuntados en la libreta de Carolina Bescansa, secretaria de análisis político y social de la formación, serán los que decidan. El horizonte del proceso constituyente, que claman a partes iguales desde Podemos e IU, sería el gran objetivo por el que ambos partidos, sí o sí, se necesitarían mutuamente.
El dilema de la izquierda independentista ante Podemos
El efecto Podemos dejará sentirse también entre la izquierda independentista, a la que comerá parte de su electorado, principalmente urbano, según la tendencia reflejada en diferentes encuestas. Un escenario que obligará a partidos como ERC, Bildu o BNG a repensar su política pactista con la “izquierda federalista” para no dejar en manos de la derecha algunas de las plazas más importantes.
Respecto a Cataluña, Mayoral se limitó a trasladar que la voluntad de Podemos es “que la gente pueda decidir”, al tiempo que envió indirectamente un órdago a ERC: “No nos van a ver ni con Rajoy ni con Mas, nuestra propuesta es para la mayoría social, que no representan ni uno ni otro”. Y es que un importante sector independentista considera que el efecto Podemos es muy importante en Cataluña y puede restar votos al bloque soberanista por la izquierda.
La característica indefinición de Podemos respecto a la cuestión territorial va disipándose con cuentagotas. El derecho a decidir siempre estuvo encima de la mesa, pero no tanto el modelo territorial que defiende el partido. Sobre este particular sólo se ha pronunciado hasta ahora Juan Carlos Monedero, en un acto celebrado en Sestao junto al senador del PNV Jokin Bildarratz y el diputado de Amaiur Sabino Cuadra: “Nuestra propuesta de construcción es federal y no independentista”. Una postura que, añadió, “permite una suma que no te permite la fragmentación” que se reclama “con la independencia”, aunque su formación está a favor del derecho a decidir, que es “la gran asignatura pendiente”.
La irrupción de Podemos, el relevo generacional en Izquierda Unida y la lenta pero constante caída del bipartidismo dibujan un nuevo escenario en la izquierda española. Nuevos actores, nueva política, nueva opinión pública… Los marcos se están moviendo a las puertas de un año 2015 marcado por las citas electorales. Primero las locales y autonómicas convocadas para mayo, y luego las generales, que previsiblemente se celebrarán en noviembre. Confluencia, confluencia y confluencia, claman las nuevas generaciones de corte quincemayista que están tomando el control de IU. Programa, programa y programa, y ni hablar de una sopa de siglas, les responden desde Podemos.