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La 'vieja' Gran Vía agoniza: los teatros Lope de Vega y Coliseum se venden como saldo
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la sgae, ahogada por las deudas, quiere hacer caja

La 'vieja' Gran Vía agoniza: los teatros Lope de Vega y Coliseum se venden como saldo

   La entidad que gestiona los derechos de autor adquirió en 2009 el Coliseum y el Lope de Vega, a través de la Fundación SGAE, por 82,9 millones de euros. Ambos

Foto: Interior del teatro Lope de Vega de Madrid. (Webstage)
Interior del teatro Lope de Vega de Madrid. (Webstage)

La Gran Vía, que hasta mediados de los años 90 del pasado siglo concentraba la mayor densidad de cines y teatros de toda España, está a punto de perder sus ya casi irreconocibles señas de identidad para convertirse en una arteria comercial más. La culpable de acelerar la agonía del Broadway madrileño es la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que el pasado 14 de octubre aprobó, a través de la Fundación SGAE, la venta de los teatros Lope de Vega y Coliseum por 58 millones de euros, casi 25 millones menos de los que desembolsó por ellos hace sólo cinco años.

Dos patronos de la Fundación SGAE, el guitarrista Juan Carmona y el compositor José Zárate, presentaron su dimisión para escenificar su oposición a la operación de compraventa. Y un grupo de socios de la SGAE, miembros de la Asociación de Compositores y Autores de Música (ACAM), ha pedido al Ministerio de Cultura que frene la ruinosa operación para evitar la "descapitalización" y pérdida de patrimonio de la sociedad de autores.

José de Eusebio, presidente de ACAM, presentó esta semana un escrito en el Protectorado de Fundaciones del Ministerio de Cultura para denunciar el acuerdo adoptado tres semanas antes por la Fundación SGAE para vender a precio de saldo el Lope de Vega y el Coliseum. Ambos teatros fueron adquiridos en 2009 por 82,9 millones de euros y se incorporaron al proyecto Arteria, impulsado por el expresidente de la SGAE Eduardo Teddy Bautista, que aspiraba a desarrollar, a ambos lados del Atlántico, la mayor red iberoamericana de espacios escénicos.

La SGAE invirtió cerca de 400 millones en Arteria, que se destinaron a la compra de suelo, edificios e inmobiliarias, así como al pago de cánones municipales y a la ejecución de las obras de los proyectos. Los teatros Häagen-Dazs Calderón de Madrid, el Paralelo de Barcelona, el Manhattan Center de Nueva York o La Casona de México también forman parte de la red. Pero ahora, acuciada por el agujero en sus cuentas –las últimas arrojan un deterioro patrimonial de 200 millones de euros–, la SGAE quiere vender a toda prisa el Coliseum y el Lope de Vega para hacer caja.

Las deudas de la entidad son prácticamente inasumibles con los actuales niveles de ingresos, ya que la recaudación por derechos de autor se ha desplomado en los últimos años. Ello se debe, en parte, a la enorme morosidad, pero sobre todo a la rebaja de tarifas impuesta por las grandes cadenas de radio y televisión durante la etapa de Antón Reixa, el sucesor de Teddy Bautista, defenestrado en julio del pasado año tras ser engullido por las intrigas palaciegas que parecen formar parte del ADN de la sociedad.

ACAM recuerda a Cultura que el Lope de Vega y el Coliseum "forman parte sustancial de los bienes destinados al cumplimiento de los fines fundacionales de la Fundación SGAE, y en particular al desarrollo, con carácter benéfico y sin ánimo de lucro, de actividades sociales y promocionales a favor de los autores y editores musicales". Y advierte que ambos teatros se han puesto a la venta "por un precio muy inferior al de compra y por debajo del precio de mercado". Pero es poco probable que Cultura frene la operación, ya que fue el propio departamento que dirige José Ignacio Wert el que pidió a la SGAE en 2012 que se deshiciese de su red teatral antes de 2016.

En el Lope de Vega sigue en cartel el exitoso musical El rey león, pero el Calderón echó el telón el pasado mes de julio tras la última representación del también musical Hoy no me puedo levantar. La productora Drive, que había alquilado este último teatro a la Fundación SGAE, tenía firmado un contrato de arrendamiento hasta julio de 2015, pero este verano entró en concurso de acreedores. Otro de los espacios escénicos que forman parte de la red Arteria, el Häagen-Dazs-Calderón de Madrid, también está cerrado, a la espera de las obras de mantenimiento y seguridad pendientes.

El juez Pablo Ruz, que instruye la causa por presunta apropiación indebida contra la cúpula de la SGAE que encabezaba Bautista –empantanada en la Audiencia Nacional desde hace tres años–, volvió a pinchar en hueso el pasado mes de enero, cuando un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil descartó "la existencia de un entramado societario para desviar fondos del proyecto Arteria". En 2011, pocos meses después de ordenar la entrada y registro del palacio de Longoria, sede de la SGAE, Ruz abrió una pieza separada para investigar el presunto desvío fraudulento de fondos en la creación de la red de teatros. Pero el informe de la UCO le dejó sin argumentos: "No se observan movimientos [de fondos] injustificados de los que pudiera desprenderse una actividad ilícita".

La Gran Vía, que hasta mediados de los años 90 del pasado siglo concentraba la mayor densidad de cines y teatros de toda España, está a punto de perder sus ya casi irreconocibles señas de identidad para convertirse en una arteria comercial más. La culpable de acelerar la agonía del Broadway madrileño es la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que el pasado 14 de octubre aprobó, a través de la Fundación SGAE, la venta de los teatros Lope de Vega y Coliseum por 58 millones de euros, casi 25 millones menos de los que desembolsó por ellos hace sólo cinco años.

SGAE Madrid