El Rey se despedirá como mando supremo de los Ejércitos en un acto minimalista

La despedida de Su Majestad el Rey como mando supremo (capitán general) de las Fuerzas Armadas será de lo más austera. Como estaba previsto antes de la abdicación, Don Juan Carlos preside este domingo el Día de las FAS, el último como jefe de los Ejércitos. El acto central será un homenaje a los caídos en la plaza de la Libertad de Madrid y un desfile militar casi minimalista que confirma el desconocimiento general que tenían los ministros del Gobierno de los planes de retirada del Monarca.

Mientras el Ejecutivo sigue sin concretar, en la parte que le toca, cuál será el estatus del Rey una vez que entre en vigor el día 19 la ley de abdicación, en el Ministerio de Defensa reconocen que tampoco tenían previsto nada especial con respecto al Día de las FAS antes del pasado 2 de junio. Y tampoco ahora van a cambiar el programa, que se mantiene tan cual. No obstante, han tenido que habilitar gradas adicionales ante el aluvión de 150 periodistas, cámaras de televisión y fotógrafos añadidos que se han acreditado a última hora para poder estar en la Plaza de la Libertad.

El acto se quedará en austero y barato (tiene un presupuesto de 115.000 euros), pero no llegará a ser deslucido aunque sirva de despedida del capitán general de las Fuerzas Armadas. Defensa decidió para este año estirarse un poco más después del minimalismo absoluto de la última edición: corona de flores ante el monumento de la Plaza de la Lealtad y lo imprescindible en presencia de tropas: una compañía para rendir honores.

El Gobierno anterior quitó la gran parada militar tradicional y la reservó para el Día de la Fiesta Nacional. Se pasó a espectaculares maniobras y ejercicios en distintas ciudades donde tocaba celebrar ese acto central del Día de las FAS. La crisis fue reduciendo los presupuestos en 2011 y el Ejecutivo del PP acabó por suprimir en 2013 casi todo lo que supusiera desplazamiento de tropas y material (que es lo más caro) para centrarse en jornadas de puertas abiertas en los acuartelamientos, buques y bases, lo más barato.

Esta vez habrá al menos al menos un pequeño desfile (un batallón, 500 militares de Tierra, Armada, Aire, Guardia Civil y Guardia Real) y los aviones de la patrulla Águila volverán a pintar en el cielo de Madrid los colores de la bandera, un colofón también olvidado con la crisis.

Su Majestad el Rey presidirá una ceremonia casi estrictamente militar, enmarcada en el objetivo del acercamiento de las Fuerzas Armadas a la sociedad y en la que sólo está prevista la presencia de dos miembros del Gobierno: el ministro de Defensa, Pedro Morenés, por motivos obvios como responsable máximo y el titular de Interior, y Jorge Fernández Díaz como jefe de la Guardia Civil.

Don Juan Carlos vestirá por última vez el uniforme de capitán general como Rey en uno de los tres grandes actos militares de cada año. Los otros son la Pascua Militar y la parada de la Fiesta Nacional, una cita a la que el pasado año no pudo asistir por estar convaleciente de su última operación.

El Monarca recibirá honores, pondrá una corona de flores ante el monumento a los caídos por España y presidirá el desfile de unos 500 soldados entre compañías del Ejército de Tierra, de la Armada, de la Guardia Civil y de la Guardia Real.

También será el último gran acto militar al que el Príncipe acude vestido de teniente coronel de Infantería, capitán de fragata o teniente coronel del Ejército del Aire. Suele alternar y distinguirse del que lleve su padre. Para casarse eligió el uniforme de gala de la Armada. En su proclamación como Rey del día 19 ante las Cortes y en las próximas citas castrenses, en principio para las entregas de despachos en las academias, será Don Felipe quien pase a convertirse en capitán general como mando supremo de las Fuerzas Armadas, como fija la Constitución al enumerar las funciones del Rey.