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Revilla vuelve a la carga contra De Guindos, Draghi y otros 'listos' de la crisis
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EN SU NUEVO LIBRO, 'LA JUNGLA DE LOS LISTOS'

Revilla vuelve a la carga contra De Guindos, Draghi y otros 'listos' de la crisis

El presidente que viajaba a Moncloa en taxi triunfa ahora en los reallity y como autor de éxito. En su último libro está tan locuaz como de costumbre

Foto: Miguel Ángel Revilla se ha convertido en un escritor de 'best-sellers' (EFE).
Miguel Ángel Revilla se ha convertido en un escritor de 'best-sellers' (EFE).

El presidente que viajaba a Moncloa en taxi y con anchoas bajo el brazo triunfa ahora en los reallity showsde la tele y como autor de éxito. No en vano, de su primer libro, Nadie es más que nadie, Miguel Ángel Revilla tiene ya 26 ediciones, que para sí las quisieran las memorias de Bono, Aznar o Zapatero. El expresidente de Cantabria, tan locuaz como de costumbre, publica ahora La jungla de los listos,en el que tira de las orejas a la canciller Merkel y habla sin tapujos de los avispados que han causado la recientetormenta financiera.

Revilla explica, en conversación con este diario y antes de participar (el pasado viernes) en un mitin contra las plataformas petrolíferas de Repsol en Lanzarote, que el libro se ha escrito como respuesta a la pregunta formulada por “un pasiego” que le pidió razones de qué nos ha pasado. “No ha habido guerras, no habido terremotos y no ha habido tsunamis y hace cinco años éramos ricos y ahora pobres. ¿Me lo puedes explicar?”, recuerda el expresidente. Él, que no tiene pelos en la lengua, y menos ahora que no tiene responsabilidades instituciones, lo narra sin rodeos.

“Ha habido una crisis artificial creada por los grandes capitales que están en los paraísos fiscales, en donde está oculto el 30% del dinero, y que han creado esta crisis porque les interesa”, explica a El Confidencial. “No hasta el punto de extenuarnos, pero han conseguido que quien antes ganaba 1.000 euros ahora trabaje por 600, que los chalets de Marbella se los puedan comprar a mitad de precio… Ya han hecho su trabajo, la recesión ha terminado, pero, ojo, hasta que empecemos a recuperarnos todavía tienen que hacer la digestión del atracón que se han pegado”, añade. “Esta es una crisis artificial, financiera, creada por la jungla de los listos, que tiene peones por todo el mundo como las agencias de rating, la prima de riesgo, algunos medios de comunicación… Es todo un tinglado financiero que no tiene nada que ver con la economía real. Lo que he querido explicar es que esto no responde a una situación real, sino que es un tinglado montado por los capitales del mundo con los Draghis en sus puestos los De Guindos en los suyos”.

“¿Quién ha montado este tinglado? La jungla de los listos. ¿De dónde vienen Draghi y De Guindos? De Goldman Sachs y de Leman Brothers. ¿Dónde va a acabar José Manuel Soria? Pues donde está Rato, o donde está Solbes, o donde están González, Boyer y todos los demás”.

Nada que perder

Revilla reconoce que ahora puede hablar así de claro porque no tiene nada que perder ni nadie a quien hacerle la pelota para conseguir un AVE o una carretera para su región (“en la época que era presidente tenía que hacer la pelota a la gente que no se lo merecía”). Aunque, antes que la herida, se pone la venda por lo que le pueda caer por parte de sus detractores, como quienes han aireado su pasado en Falange u otros pecados de juventud. “Yo me habré podido equivocar, pero jamás me podrán coger con un euro robado”, responde.“En el primer libro cuento cómo en 1987 me pusieron a un cura con 30 mujeres diciendo que era un ladrón que había robado a una parroquia.Si no llego a encontrar los talones de que había pagado al cura, me meten en la cárcel. Ya antes, en 1972, me metieron en la cárcel acusado de ser de ETA.”

El libro, sin embargo, no es una plataforma política a través de la cual Revilla quiera aspirar a nuevas metas políticas, por más que sus seguidores en las redes sociales se lo pidan. Él, de momento, asegura que tiene “un compromiso” con quienes le votaron para volver a presentarse a las elecciones cántabras. “No puedo dejar tirada a la genteque me ha votado”, dice.

Mientras ese momento llega, cultiva también su nueva faceta de justiciero en la que ha salido, al rescate, entre otros, del juez Elpidio Silva, para quien ha recabado ya 128.00 firmas en Change.org contra el juez que instruye su caso. “El ejemplo más palmario de lo que pasa en España es que un juez que mete en la cárcel a un presunto chorizo que ha generado un agujero de 20.000 millones de euros y que se llama Blesa acabe siendo el imputado. Ese es un ejemplo que vale más que mil palabras. En el momento que tocan un punto sensible de lo que llaman 'uno de los nuestros', porque casi parece unapelícula mafiosa, van a por él”,señala. “Esta es la España que ahora la gente no entiende en la calle. Ahora, ¿quién denuncia esto? Alguien que no tenga nada que ocultar y que no deba nada, como es mi caso. A mí no me puede llamar nadie para decirme lo que tengo que decir en este momento”.

A continuación, reproducimos algunos fragmentos del libro, que sale a la venta esta semana editado por Espasa Calpe.

Y por fin conozco a Bárcenas

Pocos días después de mi intervención en La Noria -era el mes de marzo-, se produjo mi primer y único encuentro con Bárcenas.

Estaba en el aeropuerto de Barajas, esperando un vuelo de vuelta a Santander. Me hacía fotos con unos escolares que viajaban a Mallorca. A cierta distancia, un señor elegantísimo de más de 1,84 metros de altura, muy delgado, se paró delante del grupo donde me encontraba y me dijo: «Señor Revilla, por favor…», mientras hacía un gesto con el dedo para que me acercase.

Le pedí que esperara un momento. Sinceramente, no le había reconocido. Incluso llegué a pensar que podía tratarse de otro admirador que quería fotografiarse conmigo. Después de despedirme de los escolares, me acerqué a él. Me dijo con voz potente y enérgica:

-Soy Luis Bárcenas.

-¡No! -contesté.

Metió la mano en la cartera y me enseñó el DNI. En las fotos que yo había visto parecía mucho más gordo que aquel personaje fino como un junco que tenía delante de mí.

-Perdone, pero es que en las fotos aparece más gordo -le espeté.

-Es que he adelgazado mucho -dijo.

Poco a poco, como el tono de voz era alto, comenzó a congregarse gente a nuestro alrededor. Y, de pronto, poniéndome el dedo en el pecho y dedicándome una mirada inquisitorial, me dijo con tono de tenor:

-Está usted haciendo juicios temerarios sobre mi persona.

Respiré profundamente y, con voz no menos potente que la de él, repliqué:

-Yo soy Teresa de Calcuta. ¿No le da vergüenza que el presidente de Cantabria, después de seis años, conozca a un senador de su tierra en estas circunstancias?

En ese momento yo no solo hablaba a Bárcenas, sino a los que nos rodeaban.

-Es usted, además de un presunto corrupto, un caradura que…

No pude terminar lo que tenía pensado, porque salió huyendo a paso ligero. Entonces Bárcenas no era tan conocido y tuve que explicar de quién se trataba a los que habían presenciado el incidente.

Meses después, y ya apartado el juez Baltasar Garzón del caso y de la justicia, un venerable juez apellidado Pedreira continuaba la investigación. Este juez, a quien todos recordarán con una chaqueta azul de botones dorados, grueso y encorvado a causa de una enfermedad degenerativa, se mostró firme al principio y siguió tirando del ovillo que había iniciado Garzón. La operación de acoso que sufrió por parte del entorno del PP sería un guión maravilloso para algún director de prestigio, como Coppola o Tarantino.

Luis BárcenasEl Partido Popular inició una operación para tapar el caso Gürtell y encargó tal misión a Federico Trillo. El actual embajador en el Reino Unido había sido ministro de Justicia y tenía grandes contactos en el mundo de los fiscales y los jueces. Además, este personaje había sido clave como miembro del gabinete jurídico del PP en la nulidad del proceso abierto por financiación ilegal de su partido en el conocido caso Naseiro.

Como relata espléndidamente Ernesto Ekaizer en su libro El caso Bárcenas, llegaron a utilizar incluso al cura confesor del juez. Y por fin el juez Pedreira dobló aún más la cabeza y, para sorpresa general, declaró sobreseído el caso. Resumiendo, no hay caso Bárcenas.

El PP de Cantabria convocó en aquel momento una rueda de prensa y exigió una comparecencia pública de Revilla para pedir perdón por haber difamado a una persona «honrada y honorable». Naturalmente, no lo hice, pero me dieron hasta en el cielo de la boca.

Todos cantaban victoria en la sede del PP. Las gaviotas volaban más azules que nunca. Trillo, Arenas, González Pons, el mismo Mariano Rajoy se paseaban por radios y televisiones denunciando la cacería a la que habían sometido a un ser ejemplar. Pero… no todo estaba atado y bien atado.

Las fiscales incorruptibles del caso apelaron a la Audiencia Provincial de Madrid. El suplicatorio del juez Garzón a la Banca suiza dio sus frutos y llegó la gran sorpresa: el 'hombre emprendedor'acumula una fortuna en Suiza superior a cuarenta millones de euros. La estrategia de Trillo había fracasado.

La bola comenzó a rodar y ya era imposible detenerla. Lo que ha pasado después lo conocen perfectamente quienes me están leyendo, por lo que quiero exponer mi punto de vista sobre lo ocurrido. ¿Qué puede pasar para que alguien con un sueldo -muy alto, eso sí- acumule una fortuna de ese calibre?

Todo tiene su origen en la financiación de las campañas electorales de los partidos políticos. Son un frenesí: vallas, anuncios en televisión y radio, fiestas con cantantes de moda, canapés, globos y hasta cohetes. Todo para llamar la atención del votante. Y eso vale mucha pasta.

Existen muchos modelos diferentes para financiar a los partidos en esa lucha por el poder. En Estados Unidos no tienen pudor en recabar sin límite aportaciones nominativas de personas y empresas; incluso se jactan de las cifras que recaudan y de los 'peces gordos'que aportan cantidades astronómicas. La mentalidad americana es complaciente con el sistema hasta tal punto que la mejor encuesta para saber quién va a ganar las elecciones a la Presidencia la aporta el dinero recaudado por los candidatos. Siempre gana el que más ha recaudado. Y la cosa tiene su lógica, porque los 'altruistas donantes'apuestan a caballo ganador. Ya vendrá luego la recompensa por los servicios prestados.

En España el sistema es otro y, en principio, menos sospechoso. La financiación es pública y solo se admiten donaciones inferiores a sesenta mil euros con la condición de que el donante no tenga negocios o empresas que dependan de la Administración. Hasta aquí todo correcto. Pero es papel mojado.

La puerta giratoria

Esta idea, que no es mía, se ha convertido en un clásico de la jerga política y popular. La puerta giratoria refleja un hecho extendido como algo habitual: aquellos que han sido presidentes del Gobierno, ministros, presidentes autonómicos, secretarios de Estado o directores generales, cuando acaban su labor política, son recogidos en empresas públicas, semipúblicas o multinacionales con suculentos sueldos. Créanme que me parece bastante impresentable.

Como a la mayoría del pueblo español, esto me provoca indignación y cabreo. ¿Es lógico que un expresidente del Gobierno, al que le queda de por vida una retribución de cien mil euros anuales, amén de coche oficial, guardaespaldas, secretarias y despacho como miembro del Consejo de Estado, participe además en consejos de administración con verdaderos sueldazos de empresas a las que en su gestión política pudo beneficiar?

La respuesta es un no rotundo. Si quiere ganar más de cien mil euros, un expresidente tiene mil formas de hacerlo, sin tanto descaro y siempre de manera legal. Es aceptable que dé conferencias y cobre por ellas, y que escriba sus memorias. Pero ¿es comprensible que José María Aznar, además de en otros múltiples negocios, esté colocado en Endesa? No. ¿Es aceptable que Felipe González esté ahora colocado en Gas Natural? No. Por lo escandaloso del tema, no está de más volver a recordar que Rodrigo Rato, ministro de Economía cuando se privatizó Telefónica y se colocó de presidente a César Alierta, sea en este momento alto ejecutivo de la empresa, con otro puesto además en el Banco de Santander.

Reunión de ministros europeos de economía y finanzas¿Tiene el pueblo español derecho a pensar que se coloca a expolíticos en empresas con un sueldazo como compensación a los servicios prestados? Sí. La nómina de beneficiados por la puerta giratoria colapsaría la entrada de cualquier hotel que la tenga. Veamos algunos de los casos más llamativos.

Ángel Acebes, que fue ministro de Justicia y Administraciones Públicas, cobra ahora de Iberdrola.Rafael Arias Salgado, exministro de Fomento, es presidente de Carrefour.María Ángeles Amador, exministra de Sanidad, cobra de Red Eléctrica, igual que Miguel Boyer, exministro de Economía.Elena Salgado, que fue vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, cobra de Endesa, como Pedro Solbes, también exministro de Economía.Carlos Atienza, exministro de Agricultura, cobra de Red Eléctrica.Isabel Tocino, exministra de Medio Ambiente, es consejera del Banco de Santander.Magdalena Álvarez, exministra de Fomento, es ahora vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones.Ana Palacio, exministra de Asuntos Exteriores, es miembro del Consejo de Administración de HC Energía.Eduardo Zaplana, exministro portavoz de José María Aznar, cobra de Telefónica.Luis Carlos Croiser, exministro de Industria, cobra de Repsol.

Como se puede observar, son bastantes los 'enchufados'.

En una España que las está pasando canutas, casos como estos contribuyen a generar cabreo, desmoralización y desapego ciudadano hacia la clase política. Tampoco entiende la ciudadanía cómo presidentes autonómicos se quedan con suelos astronómicos, oficina, secretarias y coche oficial tras su paso por el cargo político.

Y aún quiero abordar una discusión que está en la calle. ¿Ganan mucho los políticos? Si comparamos el sueldo anual que cobran ejecutivos de empresas multinacionales, en muchos casos superiores a los seis millones de euros anuales, el sueldo del presidente del Gobierno de España -noventa mil euros- obviamente parece muy poco. Los que consideran una miseria esta retribución argumentan que la mayor responsabilidad que puede caer sobre los hombros de un hombre o de una mujer es dirigir los destinos de un país y que, por tanto, la remuneración ha de estar en consonancia con esa responsabilidad. Opinan que con 'tan escasa'compensación económica solo llegarán a la política los mediocres.

Rechazo esos argumentos con toda contundencia. Y afirmo que los políticos están bien pagados, a veces incluso demasiado bien para lo que hacen. Soy de los que piensan que nadie jamás debe aproximarse a la actividad política por motivaciones económicas, salvo que, siendo un corrupto (y cada vez hay más), sepa que el sueldo es una limosna comparado con lo que se puede afanar en cargos donde se decide la adjudicación de obras o la recalificación de terrenos.

En mi primer libro decía que la política es una de las actividades que debe guiarse por la vocación, como el sacerdocio, la medicina o la educación. No todo en esta vida ha de estar guiado por el afán de acumular riqueza. Debemos luchar por una vida digna, pero muchas personas tienen ideales más gratificantes que el dinero.

Modestamente, yo mismo podría haber llegado a ser muy rico si me hubiera dedicado a desarrollar ciertas aptitudes. Nunca opté por ese camino. En 1975 tenía por delante lo que puede considerarse un futuro de bienestar económico y social. Era director de un banco y profesor en la Universidad. Tenía un barquito, fines de semana de ocio, vacaciones… Todo ello lo abandoné para dedicar mis esfuerzos a la lucha por conseguir que mi tierra se llamase Cantabria y se convirtiera en comunidad autónoma.

Las circunstancias me llevaron posteriormente al máximo e impensado honor de presidir Cantabria. En ese cargo cobraba cuarenta y cinco mil euros netos al año. Siempre dije que si mi familia hubiera tenido recursos, habría hecho ese trabajo gratis. Para mí no hay horarios ni vacaciones cuando se opta por el servicio público.

No hay nada más gratificante que trabajar para intentar mejorar el entorno y la vida de tus semejantes. Yo he conocido pueblos de mi amada Cantabria que no hace tanto no tenían carretera, agua o luz eléctrica. Créanme que cuando llegó el día de inaugurar esos servicios, conseguidos gracias a mi gestión, sentí tal alegría y emoción interior al ver la cara de satisfacción de sus gentes que no paraba de llorar. Esa sensación no es comparable a viajar en un barco de lujo por las aguas del Caribe.

El presidente que viajaba a Moncloa en taxi y con anchoas bajo el brazo triunfa ahora en los reallity showsde la tele y como autor de éxito. No en vano, de su primer libro, Nadie es más que nadie, Miguel Ángel Revilla tiene ya 26 ediciones, que para sí las quisieran las memorias de Bono, Aznar o Zapatero. El expresidente de Cantabria, tan locuaz como de costumbre, publica ahora La jungla de los listos,en el que tira de las orejas a la canciller Merkel y habla sin tapujos de los avispados que han causado la recientetormenta financiera.

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