El último Gobierno de Felipe González fue el que mantuvo más coches oficiales

“Monumental”. “Enorme”. En el Parque Móvil del Estado (PME) sobran los adjetivos para describir el esfuerzo llevado a cabo para reducir la flota de vehículos oficiales hasta los números de hoy. Porque esos mismos adjetivos son los que se usan para contar lo que el Parque llegó a ser. Los 673 vehículos que descansan en la actualidad en el aparcamiento de la calle Cea Bermúdez, sede del organismo, son menos de una cuarta parte de los que el Estado contabilizaba en 1996.

Era año de elecciones, y sería el primero del Gobierno de José María Aznar y el último de Felipe González. El PME alcanzaba su récord histórico desde que se recogen datos (1989): los altos cargos del Estado contaban con 2.629 vehículos a su disposición.

Los números son oficiales. Están recogidos en las memorias del PME, conservadas en su mayoría en edición impresa en la Biblioteca del Ministerio de Hacienda. Los documentos, que permiten remontarse hasta 1990, incluyen sólo las cifras relativas a los vehículos terrestres a disposición de las autoridades del Estado. No contabilizan los que puedan tener las comunidades autónomas o los ayuntamientos, que administran sus propios parques móviles.

En 1996, los Presupuestos Generales del Estado preveían 10.000 millones y 640.000 pesetas para el Parque Móvil Ministerial, como se llamaba entonces. Aplicando la variación del IPC, esa cifra correspondería a 99 millones de euros hodiernos. Además de los vehículos más conocidos (los coches oficiales) las motos también abundaban: eran 248, señala la memoria de ese ejercicio.

Los coches, por aquel entonces, recorrían una media de 20.000 kilómetros cada año. La marca más utilizada para paseos y actos oficiales era Opel, hoy filial alemana de la estadounidense General Motors. Hasta entonces, el parque móvil del Estado había crecido año tras año.

Antes del recorte presupuestario al que obligó la crisis, el verdadero cambio de rumbo llegó entre 1999 y 2000. El organismo pasó de llamarse Parque Móvil Ministerial al actual PME. Pero la transformación no fue sólo estética.

El Parque sufrió una descentralización que trasladó el control de los coches estatales utilizados en las diferentes provincias en manos de los delegados de gobierno territorial: un cambio organizativo que permitió “mejorar la eficiencia”, señalan desde el Parque. Sin embargo, no se trasladó el control de los parques móviles locales (de comunidades y ayuntamientos), sobre los que el PME estatal sigue sin tener ninguna potestad.

¿Quién puede utilizar el coche oficial?

Según establece la última orden ministerial, de febrero de este año, todas las autoridades constitucionales pueden pedir un vehículo oficial: desde los miembros del Poder General del Poder Judicial hasta los ministros, pasando por la Casa Real. Una circunstancia que no excluye que cada organismo pueda, incluyendo una partida para ello en su presupuesto anual, disponer de una flota oficial ‘personal’.

Cada vez que un mandatario extranjero o un empresario que tiene previstas visitas oficiales viaja a España, el PME se pone a su disposición. Y no con un solo coche, sino con todos los que necesite su séquito.

En la práctica, un alto cargo del Estado puede solicitar un coche oficial en cualquier momento, tan sólo levantando el teléfono, una prerrogativa que todos pierden en el momento mismo en el que el BOE publique su cese o dimisión. “Intentamos asignarlos con la lógica del ‘no”, explican fuentes del PME. “Si no es algo imprescindible, buscamos que el alto cargo utilice el coche que se le ha asignado y en los momentos adecuados”, añaden. La mano dura parece servir, ya que los pagos de otros ministerios al PME para la explotación de sus medios han bajado de los 3,52 millones de euros de 2011 hasta los 2,50 de este año.

Una de estas circunstancias fuera de la norma es la del uso de vehículos oficiales en días festivos, un dato que no recogen todas las memorias. La de 2007 indica 34 usos del coches fuera de días laborables; la de 2001, 50.

Cada vez que un mandatario extranjero o un empresario que tiene previstas visitas oficiales viaja a España, el PME se pone a su disposición. Y no ofrece sólo un coche, sino todos los que necesite su séquito. El caso más reciente ha sido el de la visita del primer ministro francés, François Hollande, a mediados de noviembre. En esa ocasión, detallan fuentes oficiales, se movilizaron 15 coches para atender a la delegación francesa.

Mínimo histórico

Al cierre de 2013, el PME está viendo los resultados del esfuerzo “monumental”. Tras la última subasta, los coches son 673, la mitad que hace diez años; menos de una cuarta parte de lo que fueron en 1996. La puja, realizada en mayo, permitió vender 100 vehículos (en su mayoría a particulares) por un total de 308.500 euros.

Desde 2011, ha llevado a cabo también una reducción de personal, con 187 conductores que se han acogido a jubilación anticipada, y del número de vehículos. Es desde 2010, de hecho, que el PME no adquiere nuevos coches. “La media de antigüedad de los que tenemos supera los diez años”, asegura un portavoz del Parque. Incluyendo los recortes presupuestarios, las operaciones comerciales y los pagos de otros ministerios, el PME ahorrará 10 millones y 800.000 euros, mejorando los objetivos programados para el trienio 2012 - 2014.

Tras la próxima subasta, en la primera mitad de 2014, el PME se quedará en su mínimo histórico: 652 vehículos, según las previsiones del organismo. La tasa de reposición (los coches disponibles para actuaciones extraordinarias como las visitas de autoridades extranjeras) se quedará en un 10%. El Parque nunca tuvo un margen de maniobra tan bajo. Hasta finales del próximo ejercicio, está excluido que se compren nuevos vehículos.