La ¿última? de Wert: no informó ni al Gobierno ni al PP del recorte en Erasmus

“¿Se siente respaldado? Sí”. Fue lo último que dijo ayer, lacónicamente, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, antes de abandonar los pasillos del Senado en la jornada más dura de cuantas ha vivido al frente de la cartera de Educación y después de que el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le obligase a rectificar en público sobre una medida que llegó al BOE sin ninguna consulta, ni con el resto del Gobierno ni con la cúpula del Partido Popular.

Hace un año, Wert dijo sobre sí mismo que era como “toro bravo”, que “se crece con el castigo”. El ministro sufrió ayer su propia penitencia. Tuvo que salir a la palestra a una hora inusual, a las tres y media de la tarde, antes de que comenzase el pleno del Senado en el que Rajoy sería interpelado sobre las becas Erasmus, para enmendar el lío que él solo había generado en las últimas horas.

La orden ministerial que dejaba sin ayudas económicas a miles de Erasmus a mitad de curso no había pasado por el filtro de la comisión de secretarios y subsecretarios que dirige la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ni había sido acordada con nadie. Tampoco con la dirección del PP, que el lunes recibió la noticia con la misma sensación de sorpresa y estupor que miles de estudiantes. Según explicó Cristóbal Montoro en los pasillos del Senado, cada departamento tiene su autonomía de gestión con las decisiones que toma de menor rango, como era esta, por lo que la sorpresa fue la misma para todos los ministros del Gobierno.

Rajoy obligó a Wert a rectificar sobre la marcha acerca de su medida para ahorrarle el trance de que fuera él mismo quien le desautorizase en el pleno de la Cámara Alta pocos minutos después. Tal y como el ministro explicó en su comparecencia, a lo largo de la mañana mantuvo contactos con el presidente, la vicepresidenta y con el ministro de Hacienda, que será quien, finalmente, tenga que habilitar un fondo extra para recompensara los estudiantes con el dinero que se les había prometido antes de hacer las maletas. Técnicamente, la reparación se hará a través de una enmienda a los PGE del 2014 y sin anular la orden ministerial publicada en el BOE el pasado 29 de octubre. “Lo hemos estado analizando, le hemos encontrado una solución presupuestaria y hemos dado satisfacción a algo que el ministerio buscaba también; dentro de las dificultades presupuestarias que tenemos, poder dar estabilidad y un horizonte a esas familias que tenían ya la expectativa de una beca”, explicó Sáenz de Santamaría, quien matizó que fue el propio Wert el que tomó la iniciativa de llamarla a lo largo de la mañana.

“Ha sido una decisión tomada con buen fondo, para intentar privilegiar a las familias con menos recursos, pero desacertada”, explicaban ayer fuentes del partido. “La situación de alarma que se había creado estaba fundada. Hemos recibido muchas llamadas y muchos mensajes de preocupación por lo que esto implicaba”. Otro alto cargo del partido se declaraba, en conversación con este diario, “alucinado” por la decisión que había tomado Wert. Otros dirigentes, como Esteban González Pons, fueron retuiteando a largo del día comentarios críticos en torno al recorte a las becas Erasmus,mientras que el portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, ya abría la puerta, a media mañana, a una posible rectificación: “Tenemos que escuchar y ser sensibles”, dijo en su habitual rueda de prensa de los martes.

Sea como fuere, lo cierto es que este tirón de orejas, el de mayor calado de cuantos ha recibido hasta ahora desde su propio partido por otros aspectos de la LOMCE, le llega a Wert cuando está ya de salida y en plena recta final de la aprobación de su polémica ley, que verá la luz el próximo día 20 con el rechazo de toda la oposición. Aprobada la norma, todo parece indicar que su continuidad en el Gobierno será cuestión de cuánto tiempo decida Rajoy postergar la largamente esperada remodelación su Ejecutivo. Enfrentando a toda la oposición, con importantes diferencias con algunos de sus compañeros del PP, enemistado con su secretario de Estado de Cultura y con la más baja valoración en todas las encuestas, el toro bravo de Wert vive sus horas más bajas.