Fernando del Valle, principal condenado en el caso Ballena Blanca, pide el indulto al Gobierno

El letrado marbellí Fernando del Valle, el principal imputado por el caso Ballena Blanca, pide al Gobierno un indulto que suspenda su entrada en prisión para cumplir los cinco años y medio a los que ha sido condenado por blanqueo de capitales y delito fiscal. Para ello cuenta con la aquiescencia del Colegio de Abogados de Málaga y un grupo de letrados de la provincia que le ha dado su apoyo.

La petición ha provocado un gran revuelo en el mundo de la abogacía, máxime cuando en unos días se espera la sentencia del caso Malaya, cuyo procedimiento se abrió a raíz de Ballena Blanca. Distintos bufetes de abogados malagueños muestran su disconformidad y están criticando la decisión corporativista del órgano de colegiados: “Un colegio de abogados esta para defender la profesión y la profesionalidad de sus asociados, pero no para pedir medidas de gracia en casos condenados ya por un juez. Cada vez tenemos peor reputación; a partir de ahora dirán que están para eso y que actúan como un sindicato más para defender a sus afiliados por encima de todo y no el bien común”, asegura uno de los letrados a este medio.

Fernando del Valle tiene “total confianza” en que prosperará su recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, ya que considera que se han vulnerado sus derechos fundamentales durante el proceso.

Frenar la entrada en prisión

En una entrevista que Fernando del Valle concedió a El Confidencial en marzo de 2010, el abogado afirmó que se exageraba el tamaño de la operación: “No es una ballena blanca, sino un chanquete”. Esta frase tomó cuerpo en los juzgados y fue cacareada hasta la saciedad. Ahora pesa sobre el abogado marbellí una condena firme de cinco años y medio de prisión. Por eso el letrado, además del indulto al Gobierno, ha solicitado ya a la Audiencia de Málaga que suspenda la ejecución de la  sentencia dictada por el Tribunal Supremo para paralizar su entrada en la cárcel mientras se tramita el indulto.

Del Valle también expresa su total confianza en que la Audiencia acceda a su petición: "No soy un peligro. No soy una persona que no vaya a cumplir. Tengo toda mi vida aquí: mi familia, mi trabajo, mi despacho, donde no he dejado de trabajar en todo este tiempo”.

Del Valle expresa su total confianza en que la Audiencia acceda a su petición: "No soy un peligro. No soy una persona que no vaya a cumplir"

Para conseguir la medida de gracia, no ha dudado en reunir el apoyo de algunos letrados de la ciudad. Pero su arma estratégica es el apoyo del Colegio de Abogados de Málaga. En la entrevista que Del Valle concedió a El Confidencial  aseguró que, con el alboroto creado por el caso, “sus clientes se asustaron y se fueron a otro despacho de abogados de Marbella” que fue “el gran beneficiado de esta operación”, pues se llevó su cartera de clientes.  

Este mismo despacho es uno de los que ahora critican con dureza que el Colegio de Abogados pida que la Audiencia pare una sentencia que ya es firme “a sabiendas de que la que deberá pronunciarse también es la Fiscalía”.

La mayor investigación por blanqueo de capitales

La operación Ballena Blanca, considerada la mayor investigación por blanqueo de capitales en España, no envió a la cárcel a tanta gente como se esperaba. A pesar de que la Fiscalía mantenía la petición de prisión para los 19 acusados, finalmente sólo cinco fueron condenados con penas de cárcel, entre ellos Fernando del Valle.

Los  abogados de los acusados diagnosticaron esta sentencia como un fuerte batacazo a la instrucción y al juez que la llevó, Fernando Torres. La sentencia también redujo considerablemente las peticiones de la Fiscalía, que había elevado a 17 años la petición de cárcel para Fernando del Valle. A pesar de esta considerable reducción, Del Valle no se mostró conforme y anuncio que recurriría. El último día del juicio recitó su letanía: “En la vida he cometido muchos errores, pero no he cometido delitos". “Se reconocerá mi inocencia", dijo. Sin embargo, su recurso en el Tribunal Supremo no prosperó y en enero confirmó la sentencia, aunque le rebajó la pena de seis años a cinco años y medio.